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De entrada quiero hacer una reflexión. La actuación política de Isabel Díaz Ayuso (IDA) está motivada por el afán de alcanzar titulares mediáticos. Para ello, se sirve de todo tipo de mensajes, sin importarle lo truculentos e hiperbólicos que sean. Y así se habla de ella, Voy a escribir de ella, lo siento. Pero, si lo hago no pretendo hacerle el juego. Si hablo de ella es para desenmascarar su perversa estrategia política.
Ya es conocido el gusto de Isabel Díaz Ayuso (IDA) por la fruta. Lo que ignoraba es que también lo siente hacia los animales, especialmente los perros y los gatos. Trataré de explicarlo. Cuando conozco las declaraciones o acciones explosivas o hiperbólicas de IDA, automáticamente me viene a la memoria la anécdota de la cola del perro de Alcibiades (450-404 a.C.). Un tipo peculiar. Fue estratega de Atenas, tan impertinente y frívolo como desleal. Traicionó a Atenas, a Esparta y a los persas. Regresó a Atenas aprovechándose de las tensiones internas de la ciudad, y tras una aventura naval en Sicilia, favoreció la guerra civil. Acabó asesinado por los persas. El historiador Plutarco cuenta muchas anécdotas de su vida. Era guapísimo, inteligente, deslumbrante y, a la vez, voluble, arrogante, displicente. Es paradójico que su maestro fuera Sócrates, amante de la verdad y tan leal a Atenas. El joven Alcibíades tenía un perro precioso con una cola muy llamativa, que había comprado por un precio exorbitante. Un día cortó la cola al perro y se paseó por Atenas con el animal mutilado. Toda la ciudad empezó a conjeturar, opinar, condenar e indignarse. Alcibíades, tranquilo y risueño, le dijo a un amigo que, mientras los atenienses se preocuparan por la cola del perro, no se fijarían en su mal gobierno. Lo que no sé si IDA la conoce, mas lo cierto es que actúa, como veremos más adelante. Como si la conociese.
Hablemos ahora del gato muerto encima de la mesa. Es una táctica política, no hay que ser muy aprensivos, el gato no está literalmente muerto, ni ha sido realmente tirado sobre la mesa. Se trata de un gato metafórico, no uno de verdad, y se refiere a realizar un comentario tan impactante y tan truculento que cambia todo el foco de atención, haciendo que la gente hable de otra cosa. Sirve para llamar la atención de los medios. En 2013, una figura sin escrúpulos de la política inglesa nos explicó a todos, de manera cruda y simple, cómo funcionaba su trabajo. Se trataba de Boris Johnson, el exprimer ministro de Reino Unido, quien entonces era alcalde de Londres. En una columna en The Telegraph, Johnson reveló el consejo que le dio el estratega político australiano Lynton Crosby, artífice de su campaña a la Alcaldía de la capital inglesa, para ganar en las elecciones de 2008 y de 2012. “Supongamos que estás perdiendo una discusión. Los hechos están abrumadoramente en tu contra, y cuanta más gente se concentre en la realidad, peor será para ti. La mejor apuesta es realizar una maniobra: «Arrojar un gato muerto sobre la mesa, amigo», escribió Johnson.
A Ayuso le funciona la táctica de la cola cortada del perro de Alcibíades y del gato muerto encima de la mesa de Boris Jhonson
Una seguidora acérrima de las actuaciones de Alcibíades y de Johnson es IDA. Cuando se ve acosada con un problema grave, para ocultarlo, corta tantas colas de perro o lanza tantos gatos muertos sobre la mesa como sean necesarios y así se habla de lo que ella quiere. Ahora mismo podemos constatarlo. Ha quedado en evidencia que compañeros de su partido han hecho caso omiso a sus recomendaciones para no reunirse bilateralmente con Sánchez por la cuestión de la financiación autonómica. Su liderazgo en el PP queda eclipsado. Tiene que ocultarlo y llamar la atención con alguna noticia lo más escandalosa y estridente posible. Siempre busca un tema polémico para copar titulares. Se saca de la chistera durante el Debate del Estado de la Región celebrado en la Asamblea de Madrid, la puesta en marcha del primer Centro de Atención Integral Especializado en España para hombres víctimas de violencia sexual. La apertura de este nuevo servicio público está prevista para el próximo año, con una inversión anual de 700.000 euros. Este es el último ejemplo, pero podríamos poner otros más. IDA, en una alocución de 27 enero de 2023 con motivo del Día de la Memoria del Holocausto y Prevención de los Crímenes Contra la Humanidad, comparó el inicio de la Shoah, término que en hebreo significa Holocausto, con la situación que se vive hoy en España: “Todo tiene un origen. La Shoah no comenzó con la Solución Final. Empezó con el señalamiento, la criminalización, la deshumanización y la discriminación. Ejerciendo y fomentando desde el poder público y con los recursos del Estado. Como sigue pasando hoy por todo el mundo, también en España, en escuelas públicas, en entornos vecinales, en algunas calles, plazas”. IDA, el 30 de noviembre de 2022, cargó contra Pedro Sánchez, de quien dijo: “Es un «tirano que pone en peligro el Estado de Derecho por emprender el camino hacia «una dictadura» y «destrozar la democracia». Y qué decir de la concesión de la medalla de la Comunidad de Madrid a Javier Milei, el de la motosierra. Más ejemplos. De los protocolos de la muerte, de los más de 7.000 ancianos muertos en las residencias, que según sus propias no fueron llevados a los hospitales, Porque se iban a morir igual. De los delitos con Hacienda de su pareja se ha corrido un tupido velo. Funciona la táctica de la cola cortada al perro de Alcibíades y del gato muerto encima de la mesa de Boris Jhonson.
Para secundar sus objetivos cuenta con la colaboración mendaz y servil de numerosos medios de comunicación capitalinos, fuertemente subvencionados desde el gobierno de la Comunidad de Madrid. Raro es el día que en el programa de la Sexta, Al Rojo vivo, Antonio García Ferreras, no ponga alguna declaración de IDA. Lo mismo puede decirse de los programas de Antena3, de Susana Griso; o de la Cinco, de Ana Terradillos. Las entrevistas a IDA de Susana Griso son de un servilismo insultante y una afrenta a la profesión periodística. Pero, podríamos poner más ejemplos, en los medios radiofónicos, con Carlos Herrera, o en los periódicos de ABC, El Mundo o la Razón. De OkDiario, del ínclito Eduardo Inda, vale más no hablar.
Me sorprende que alcance una mayoría absoluta en las elecciones. "Había muertos en todas partes, en las casas, en los hospitales, en las residencias, todo colapsado. ¿Y sabe lo que sucedía también? Que mucha gente mayor, cuando iba a las residencias, a los hospitales, también falleció. Porque cuando una persona está gravemente enferma, cuando una persona mayor está gravemente enferma con el Covid-19, con la carga viral que había entonces, no se salvaba en ningún sitio", concluía durante la pregunta parlamentaria IDA. Si tras estas palabras la sociedad madrileña le otorga una mayoría absoluta, el problema ético no solo es de quien las emite, lo es también de sus votantes. ¡Y qué más da los muertos que haya habido y más si son abuelos¡ ¡Y eso qué importa! ¡Libertad! ¡Otra caña y una de gambas!
La llegada de IDA a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid muestra el nivel deprimente que puede alcanzar la política. IDA representa el trumpismo. Según Guillermo Fesser, Trump llegó al poder con un eslogan hueco: “No tenía programa, una frase hueca y grandilocuente que nadie podía negar”. El “make America great again”, “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” equivale al lema de “libertad” de la candidata a la reelección en Madrid. «¿A quién no le va a gustar la libertad? Luego rascas y ¿qué hay debajo? La estrategia es no hacer nada realmente, pero ir de salvador del mundo y demonizar a los demás. Como yo no tengo nada que proponer, voy a hacer que los demás, comunistas, socialistas e independentistas sean tan malos que cuanto más exagere, más me necesitarán. Tanto Trump como IDA se apropian de los símbolos de la patria como la bandera. Son «populistas», mas cuando llegan al poder, evisceran los servicios públicos en favor de lo privado. Y no porque piensen que vayan hacerlo mejor, sino porque es negocio para sus amiguetes. Al final un método de defensa de privilegios obsoletos, discriminatorios y racistas, indefendibles camuflados bajo el señuelo de la libertad y de defensa de la patria.
Quiero terminar con las reflexiones de Manuel Azaña expresadas en un discurso el 21 de abril de 1934 en la Sociedad del Sitio de Bilbao, Grandezas y miserias de la política, que me parecen muy oportunas para evaluar la actuación política de IDA.
El problema de la política es el acertar a designar los más aptos y los más dignos
Azaña considera la política como la aplicación más completa de las capacidades del espíritu, donde juegan más las dotes del ser humano, tanto del entendimiento como del carácter. La política, como el arte, como el amor, no es una profesión, es una facultad, que no tiene nada que ver con la elocuencia. La facultad política se tiene o no se tiene, y el que no la tenga, inútil será que se disfrace con todos los afeites exteriores del hombre político, y el que la tiene, tarde o temprano es prisionero de ella. Un hombre político tiene que sentir emoción delante de la materia política. La emoción política es el signo de la vocación y la vocación es el signo de la aptitud.
Los móviles que llevan a los hombres a la política pueden ser: el deseo de medrar, el instinto adquisitivo, el gusto de lucirse, el afán de mando, la necesidad de vivir como se pueda y hasta un cierto donjuanismo. (Dejo a que cada cual valore cuál es el móvil que ha llevado a la política a IDA) Mas, no son los auténticos de la verdadera emoción política. Los auténticos son la percepción de la continuidad histórica, de la duración; es la observación directa y personal del ambiente que nos circunda; observación respaldada por el sentimiento de justicia (Recuerdo que IDA como Milei se manifestó en contra de la justicia social), que es el gran motor de todas las innovaciones de las sociedades humanas. De la combinación de los tres elementos sale determinado el ser de un político. He aquí la emoción política. Con ella, el ánimo del político se enardece como el de un artista al contemplar una obra bella, y dice: vamos a dirigirnos a esta obra, a mejorar esto, a elevar a este pueblo, y si es posible a engrandecerlo.
El problema de la política es el acertar a designar los más aptos y los más dignos. Se fracasaba en los regímenes cuando el que elegía era la voluntad de un príncipe, su querida, o su barbero. La democracia es quizá y en teoría el mejor sistema para elegir a los más dignos. Aunque nunca es perfecta esta elección. (Evidentemente que en el caso de IDA la elección no ha sido perfecta).