martes. 16.04.2024

”Todo lo que era sólido y permanente se esfuma, lo sagrado es profanado y los hombres se ven forzados a vislumbrar  por fin con lucidez sus condiciones de vida y sus recíprocas relaciones”
Manifiesto Comunista. Karl Marx y Friedich Engels.1848


Detrás del “Pacto de Estado” entre el Partido Popular y el Socialista (PP&PSOE) se vislumbra un proyecto estratégico de ambos para la Restauración del bipartidismo perdido. No es solo que ese propósito Casado lo expresara con meridiana claridad en la literalidad de sus palabras ante el  Congreso (1) -“ensanchar el espacio de centro, de la moderación, en el que ambos podemos ganar”- sino que la amable acogida que Sánchez les dispensó, subrayada incluso con el oportuno lenguaje corporal, marcaron por completo esa sesión del Pleno, proyectando de inmediato su significado al universo mediático.

Tan solo un día después, aires triunfales acompañaban el anuncio del “Pacto”, prolongándose durante un día entero, en que en el programa TV 24h tuvimos que oír hora tras hora, hasta veinticuatro, el primer resultado del acuerdo para levantar el múltiple bloqueo institucional que el PP ha venido infligiendo desde su desalojo del gobierno del Estado. En la primera escena de un primer acto se había nombrado por fin el nuevo Consejo de Radio Televisión Española, después de casi de 2 años en que con estrecho margen se adoptara una solución provisional hasta alcanzar la requerida mayoría de dos tercios de la cámara.

A la espera de la prometida publicación de los componentes del nuevo Consejo del Poder Judicial (2) mediante dos comunicados, uno de cada parte con su particular matiz, 24 horas más tarde supimos que el “Pacto”, como en ocasiones sucede con la condensada realidad, “se disolvía en el aire” (3).

Repararlo hasta restituirlo a su estado sólido -es un decir-, requerirá nuevos forcejeos en las tinieblas de la negociación, pero se alcanzará y con toda probabilidad parece que no tardando. De un modo u otro logrará dispersarse la sombra que inopinadamente se proyectó sobre el turbio porvenir judicial de una de las partes, y una vez alcanzado el “consenso” sobre qué persona habrá de ser la que presida (4) dicho “órgano de los jueces”, el acuerdo retornará.  

Es probable que en la inspiración de ese cambio de rumbo que conduce al nuevo “Pacto de Estado”, el mando a distancia se sitúe en Bruselas o en la sede de la cancillería federal de Alemania, como descartable es que otros primeros actores ya en la reserva se hayan mantenido al margen.

Por lo demás esa firma no es improbable que se haya estampado al mismo tiempo-si bien con tinta incolora- bajo el acta de defunción del “Pacto de Colón”.(PP&VOX&C’s).

Así pues, en la implementación del nuevo “proyecto” se ha allanado ya el tramo más cómodo del camino de retorno al “esquema bipartidista”: C’s que prestó grandes servicios (sobre todo en Cat) está ya amortizado, “triturado”. Ha sido fácil porque el grueso de la tarea ha corrido a cargo de la propia víctima que ha sido  al mismo tiempo su principal “ejecutor”, y ello solo mediante la necedad y ‘bisoñéz’  de sus sucesivos dirigentes.

En la labor que hay por delante las cosas son más complicadas y la senda más escarpada: eliminar o reducir a la insignificancia institucional a VOX y a PODEMOS. Para ello habrá simultáneamente división/especialización del trabajo y cooperación entre los nuevos socios o firmantes de este renovado Pacto (PP&PSOE).

En la prosecución en ese proyecto estratégico resulta esencial profundizar/amplificar las discordias en el gobierno de coalición, mediante una campaña de difusión de ese imaginario de trifulca, más que de división, en cuya creación los ‘media están echando el resto.

Difícil lo tienen con VOX, tarea de la que es el PP sobre todo quien se tendrá que ocupar, El procedimiento para ello, ya iniciado, consiste en tomar distancias sobre todo en público, enarbolando el estandarte de la moderación gestual, al tiempo que vayan asentándose los ‘marcos’ (Lakof) que el think tank subcontratado desde la nueva Sede vaya fabricando para la ocasión.

Pero ese distanciamiento que no puede agotarse ni reducirse a imagen y gesticulación, ahondará las diferencias de quienes estarían llamados a unificarse (de algún modo, aunque solo sea en gobiernos periféricos). Requisito por lo demás difícil de alcanzar sobre todo por la disputa de ambos por un mismo espacio (la derecha) y en una coyuntura en la que VOX, a diferencia de PODEMOS, está electoral y sobre todo socialmente en alza.

Y aquí aparece la clave, la esencia de la política, es decir el manejo del “tempo”. El problema es que desde que la posmodernidad es lo que gobierna la realidad líquida y con ello la política, el tiempo aparece dislocado, solo hay presente, o el futuro se convierte en una sucesión de presentes. En este nuevo escenario la realidad se construye a partir del relato, pero de un relato en el que el discurso está ausente: un relato convertido en crónica en la que los acontecimientos se sustituyen por noticias que no son sino una banalización de los primeros.

Pieza esencial o clave para ese retorno al Bipartidismo volverán a ser ,como lo fueron para su entronización y consolidación, “las mayoría cualificadas”. Precisa y paradójicamante éstas, de ser el obstáculo que en un contexto de crisis del bipartidismo provocaba el bloqueo, han propiciado finalmente  el acuerdo para continuar funcionando en adelante de modo inevitable mientras se mantenga ese designio Restaurador, y para seguir haciéndolo después si éste consigue imponerse.


(1) Tal y como certeramente nos recuerda Marta Monforte en su Artículo de Público ese “proyecto” lo ha ido expresando con reiteración “Pablo Casado se hizo con el liderazgo del Partido Popular en 2018 aseguró que aspiraba "a volver a un modelo bipartidista imperfecto, en el que el PSOE y el PP garanticen la alternancia y la estabilidad política en España". Una idea que ha repetido de manera intermitente en función del público al que se dirigía en estos dos últimos años. "Yo añoro el bipartidismo español, España iba bastante mejor con una alternativa anglosajona de partidos de Estado que daban estabilidad, certidumbre y la alternancia que quiere ahora boicotear Iglesias".
(2) El actual lleva en
interinato aún más tiempo que la renovada dirección de RTV .
(3) Marshall Bermann, adoptó 135 años más tarde el comienzo de esa frase con la que este artículo se encabeza como título del libro en que aborda la experiencia de la modernidad (tal es su subtítulo)
(4) 
“¡Busquen al hombre!”. Elisa Beni. diario.es

Pactos de Estado y realidad líquida