viernes. 19.04.2024
ayuso

Me da lo mismo lo que hayáis votado, en vuestro pecado estáis llevando vuestra penitencia. Pero estáis dando un mal ejemplo al conjunto del país con un conformismo que me cuesta reconocer en un pueblo que a lo largo de la Historia en muchas ocasiones supo luchar firmemente por sus derechos y por su dignidad.

Habéis hecho circular estos días atrás el chiste (que si no se tratara de algo tan grave como la salud podría incluso ser ingenioso) de que “si no os cogen el teléfono en el centro de salud, llamad al bar”. Toda una proclama de dócil conformismo, y una manera de blanquear el chulapismo inadmisible de la manera de gobernar de alguien a quien preferís llamar loca, en lugar de ponerle el adjetivo adecuado de irresponsable o de vendida a los intereses privados en materia de sanidad y aledaños.

Igual que el Madrid del llamado “siglo de oro” era un lodazal desorganizado, sin urbanización, y donde las primeras alcantarillas que se construyen comienzan a planearse en 1606 (cuando ¡los romanos!, siglos atrás, ya habían dispuesto de esos servicios) el Madrid de Ayuso es un sepulcro blanqueado que luce aparentemente como gran ciudad mientras la miseria invade los servicios de salud, tal vez a la espera de que los opulentos del mundo terminen adueñándose de ellos.

Para no dotar de profesionales como es debido a la atención primaria se inventan un sistema para que los ciudadanos autogestionen la pandemia, regalando test o PCRs en las farmacias, y te ponen un teléfono, el 900102112, adonde llamas si das positivo y te dicen que te autoconfines, y que ya te llamarán. Mientras las televisiones sacan durante los días navideños “alegres reportajes” de autoconfinados leves que nos cuentan frívolamente su convivencia con el covid, como si de un juego de rol se tratara.

Pero nadie te cuenta la verdadera realidad, que consiste en que en Madrid hay nuevamente más del doble de casos positivos de covid que el que quienes manejan la Comunidad declaran. Y mientras duran esos entretenimientos televisivos, no te llaman, o llaman a pocos, porque no han dotado de médicos suficientes para afrontar una pandemia. Y el que se cura, lo hace por su cuenta -a saber, por cierto, con qué posibles secuelas-; y el que empeora, entonces sí lo llevan al hospital, cuando a lo mejor podría no haber tenido que ingresar si hubiera recibido la atención debida en su confinamiento.

Un juego de auténticos trileros que parece que nadie quiere ver, y que los tribunales prefieren ignorar: a saber por qué. Aunque también eso tendría que investigarse.

Un caso concreto de un familiar muy próximo: amanece el día 23 de diciembre con síntomas que pueden ser de covid. Compra un test en la farmacia, y le sale positivo. Llama al 900102112, donde le dicen que se confine, y que el día 24 le llamarán de su centro de salud: algo falso e imposible, porque los centros de salud en Madrid, inexplicablemente cerraban todo el día 24 de diciembre, en pleno ascenso de la pandemia. Como el 24 no le llama nadie, llama al número del centro de salud, que le lleva a no se sabe bien qué departamento del sistema donde le dicen que llame al 900102112. Vuelve a llamar, y le repiten que la baja médica (que necesita para su trabajo) se la tienen que dar en el centro de salud: algo totalmente falso, porque en esta situación especial es desde ese teléfono o centro de atención que usa ese teléfono, donde deben tramitar su baja médica y darle una cita con un médico covid.

Como el tema no marchaba, y el paciente no tenía fuerzas para andar buscándose la vida, llamo yo nuevamente al mismo 900102112. Allí me dicen que a mí no me pueden recoger nada más que una reclamación o incidencia, para lo cual me piden mi DNI. Por cierto no quieren recoger el DNI -que les ofrezco insistentemente- de la persona afectada.

Hoy, 27 de diciembre, me pongo en contacto con Trámites Administrativos de la Consejería de Salud, y allí me informan que la persona afectada no está siquiera registrada como paciente de covid: ¡cuatro días después de haber dado positivo! Y que hay que llamar al 900102112. La persona que me atiende se ve que tiene experiencia y conciencia y me dice que el paciente se coloque dos mascarillas y que vaya a su centro de salud, porque allí hay un médico covid de guardia 12 horas para atender los casos. Y el paciente le hace caso y va a su centro de salud donde, tras dos horas y media de espera no le dejan pasar de recepción, diciéndole que se vaya nuevamente a casa y que “le llamarán”.

No creo que el caso que cuento sea un caso aislado. Aplicando un método inductivo-estadístico perfectamente válido, es muy posible que así esté el 25% de los que se hacen los test y dan positivo. Un desastre.

Y ante este caos, los madrileños tienen una obligación social con la sociedad de no quedarse de brazos cruzados. No entiendo cómo no tienen cada día, las 24 horas, llena la Puerta del Sol, en protesta contra esta irresponsable y peligrosa supuesta gestión de una pandemia.

Me pregunto dónde se meten las asociaciones de vecinos, y los propios sindicatos, y los partidos políticos de la oposición (que no basta con llevar mociones a la Asamblea de Madrid), y los sanitarios… Cuando Madrid tiene una situación que realmente -como lo ha sido en otros momentos- extrema, los madrileños aguantáis, igual que lo habéis hecho en momentos anteriores de la pandemia, un trato indebido y vejatorio, sin siquiera mover un dedo.

Madrileños: nos lo debéis a todos los españoles. Ya que os consideráis la cabeza y el modelo de España, lo mínimo es que deis ejemplo y salgáis de ese peligroso gregarismo en el que os habéis puesto a vegetar. Disculpad mi sinceridad: pero es lo que percibo de vosotros en estos últimos tiempos: conformismo, pasotismo, y un aguante que en el fondo tiene una carga de cobardía. A ver si reaccionáis y les paráis los pies a quienes os pisotean a diario.
 

¿Has leído esto?

Madrileños: echaos a la calle de una vez