viernes. 19.04.2024

Ángel Gabilondo, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid se autodefine como “soso, serio y formal”. Pero para Gabilondo, la “seriedad no significa que uno no sea entretenido o que no pueda ser incluso divertido. Significa que te tomas las cosas de verdad, y ahora estamos en un asunto muy importante y serio de verdad”.


En su presentación usted dijo que era soso, serio y formal, se lo han preguntado muchísimas veces, pero ¿cuánto de soso, serio y formal tiene el candidato Ángel Gabilondo?

Lo suficiente como para poder hacer un gobierno serio, lo suficiente para hacer un gobierno en serio.

Supongo que tengo algo de esas cosas, yo lo he dicho, no es que lo hayan dicho de mí. Pero me parece que es interesante que pueda dar esa imagen que corresponde, probablemente, a cosas que hay en mí que yo mismo no veo.

De todas maneras, lo que me parece es que la clave, lo que está ahí en el corazón de esas tres palabras abrazadas entre soso y formal, es serio. Y la seriedad no significa que uno no sea entretenido o que no pueda ser incluso divertido. Significa que te tomas las cosas de verdad, y ahora estamos en un asunto muy importante y serio de verdad.

Así que la respuesta directa es ¿cuánto de soso, de serio y de formal? Lo suficiente para saber que desde ese lugar puedo constituir junto a otros hombres y mujeres una candidatura para el Partido Socialista de Madrid que sea muy seria para gobernar en serio.

¿Por qué necesitamos ese “Gobernar en Serio”? ¿Qué necesita Madrid del “Gobierno en Serio” de Ángel Gabilondo?

Madrid lo que necesita es abordar con seriedad y profundidad los problemas de la ciudadanía, de los hombres y mujeres que habitan en Madrid. Ha habido mucha distracción, mucha distracción por muchas razones. Una de ellas porque se ha constituido un personaje en torno a la señora Ayuso. En torno al cual, se hablaba y se comentaba y ha ido agrandándose como personaje, pero no se han abordado directamente los problemas, ni se han hablado muchas veces de los problemas de Madrid, se ha hablado de ella.

Y a mí me parece que esa distracción, ese señuelo en Madrid, ha hecho daño a la política madrileña y por eso para mí la seriedad es centrarnos en aquello que de verdad nos importa que es la vida real y efectiva de los hombres y mujeres de Madrid: sus problemas, su vida cotidiana y sus dificultades para poder vivir con dignidad.

Así que ser en serio es cumplir la propia palabra; ser en serio es centrarse en los asuntos de importancia; ser en serio es tener la humildad para no querer ocupar el escenario o querer ser actor de la política, sino ser también alguien al servicio de los verdaderos actores: la población. Y en este momento, ser en serio es trabajar en esta situación de pandemia para afrontarla con seriedad.

¿Cuáles son los puntos básicos de su candidatura?

Los servicios públicos en una Comunidad Autónoma son la clave de la política. Los servicios públicos son la sanidad y la educación. Y desde luego, también las políticas sociales, la lucha contra la desigualdad, en todos los sentidos de esa palabra, y la defensa también de las pymes, de las empresas, de los autónomos. En definitiva, de los hombres y mujeres que trabajan en Madrid.

Pero si hubiera que ir directamente el punto fundamental de nuestro programa está basado en la lucha contra la pandemia: lograr una buena recuperación y lograr también que no haya, desde el punto de vista social nadie que quede atrás. Para eso, lo mejor, buenos servicios públicos.

“Ser en serio es cumplir la propia palabra; ser en serio es centrarse en los asuntos de importancia; ser en serio es tener la humildad para no querer ocupar el escenario o querer ser actor de la política”

Hana Jalloul, Pilar LLop, son respectivamente la número dos y tres de su candidatura, son dos mujeres formadas, feministas y luchadoras ¿Cuál es el Madrid de las mujeres que diseña Ángel Gabilondo?

Madrid es el Madrid siempre de las personas, ellas son dos mujeres extraordinarias… Lo primero que debemos hacer es que, por el hecho de ser mujer, alguien no tenga peores condiciones, peores posibilidades, peores horizontes. Que pueda tener la misma remuneración, que pueda ser considerada en ámbitos de igualdad en todos los sentidos.

Madrid es también el Madrid de la ciencia, de las mujeres científicas, de las mujeres de la universidad, de las mujeres que están en los trabajos de innovación, de creación y de las mujeres que trabajan en cuidados. La sociedad ha hecho, injustamente, balancear los asuntos de los cuidados sobre la mujer. Y han sido y son siempre las víctimas duplicadas de cualquier situación de injusticia. Las que están más especialmente solas, las que están en mayores dificultades, las que cobran menos, las que de una u otra manera, por su propia condición de ser mujeres, tienen también una violencia específica, violencia de género, violencia machista, que conduce a situaciones impresentables.

Pero me gustaría soñar y sueño con un Madrid de las personas, hombres y mujeres igualmente libres.

Habla usted mucho de la revolución del respeto ¿Qué es para usted esa revolución del respeto?

Recuerdo hace un par de años estando en una reunión con sanitarios, uno ellos se levantó –creo que era médico o enfermero- y señaló, sólo pedimos una cosa: respeto, que se nos respete, que se nos considere. Saber que ningún ser humano es superior al otro. Esto es profundamente humano y profundamente socialista. Nadie es superior al otro por ninguna razón.

Y desde luego, el respeto empieza por el reconocimiento de la libertad, singularidad insustituible del otro, por reconocer la palabra del otro, reconocer del otro y de la otra, reconocer que nadie vive la vida de otro, nadie vive tu vida, nadie muere tu muerte, nadie dice tu palabra.

El respeto es simplemente asumir que el otro tiene una libertad insustituible, que es él incomparable y que es él irremplazable. Y luego es el respeto profesional, el respeto laboral, el respeto social. A veces empleamos la palabra con una verdad, con una sencillez extraordinaria cuando decimos a alguien “perdón, un respeto” y ya entendemos con eso que lo que queremos hacer es preservar tu libertad, tu identidad, tu propia palabra.

¿Cómo describiría la situación de la Comunidad de Madrid a día de hoy y qué cree que urge cambiar de la misma?

La Comunidad de Madrid es una comunidad inexplorada que tiene unas extraordinarias posibilidades. La Comunidad de Madrid es magnífica en muchísimos ámbitos. Es la comunidad de la ciencia, de la investigación, de la creación, de la producción, de la innovación, de la convivencia. Es la sociedad de la capacidad de recepción, de acogida, de incorporación de otros. Es una sociedad dinámica, fructífera, es una sociedad maravillosa, eso es lo que es Madrid.

Otra cosa es el gobierno de la Comunidad de Madrid, que es el que despierta, a veces, reticencias en otros. Yo creo que nadie tiene eso que se dice a veces, madrileñofobia. No creo que la haya, puede ser que la haya contra el gobierno o contra una forma de gobernar o contra personas que se erigen en portavoces de un Madrid que es de otra manera.

Madrid es muy atractivo, pero también es cierto que el gobierno de la Comunidad de Madrid, a mi juicio, no ha estado bien. Madrid es una comunidad que no está bien gobernada porque no se han hecho ni reformas, ni transformaciones, ni regeneración política. En Madrid ha habido mucha distracción, mucho ruido y pocas leyes.

Creo que lo que hace falta es dar esta fuerza dinámica que aparezca el mejor Madrid, el buen Madrid, el Madrid que está ahí, y que se erija en una voz, que a mi juicio, lleve a otra cosa: cambio de gobierno, cambio de políticas, cambio de las formas de gobernar, que para mi gusto no son ni las más adecuadas, ni las más eficaces, ni las más justas.

“Madrid es una comunidad que no está bien gobernada porque no se han hecho ni reformas, ni transformaciones, ni regeneración política”

¿Qué incluye su proyecto para enganchar, para ilusionar de nuevo a los madrileños y madrileñas con el Partido Socialista?

Creo que la fuerza fundamental es una fuerza de progreso, un proyecto progresista. Y progresista significa que la Comunidad de Madrid no se conforma con la situación en la que está, contra el conformismo y la resignación de que esto es inevitable y esperando a que se produzca un milagro. Aquí el milagro lo tendremos que hacer entre todos nosotros. Si la Comunidad de Madrid va algo mejor será por lo que nosotros hagamos, saber que depende de lo que hacemos. Lo que tenemos que hacer es tratar de alejarnos de formas autoritarias, impositivas. Tenemos que buscar espacios de participación, generar dinámicas para que sea posible resolver los propios problemas con dignidad, que uno pueda tener su vivienda, su trabajo, que uno pueda relacionarse y hacer un proyecto vital de sus afectos y elegir la forma de vida.

Una sociedad, yo quiero, de pluralidad y de diversidad. Ese es el Madrid que a mí me gusta. ¿ y qué necesita? Pues yo creo que lo que necesita es otro gobierno y lo digo así, con toda claridad. Y necesita un gobierno que crea de verdad en el estado social y democrático de derecho. Es decir, que crea que lo social y lo económico tienen que ir profundamente unidos y que debe legislarse desde esa vinculación.

Ha de hacerse con un proyecto abierto, que no excluya, que incorpore pero sin extremismos. Para mí, seriedad, significa sin extremismos. Y sin extremismos no significa sin compromiso progresista de izquierdas, significa que es un compromiso centrado, no marginal. Y a mí me parece que Madrid necesita un gobierno del Partido Socialista Obrero Español.

España mira a Madrid con cierto recelo por esa permisividad en la pandemia ¿Cómo cree usted que está gestionando y ha gestionado el gobierno de Díaz Ayuso esta pandemia y cual a su juicio tiene que ser la respuesta ante la misma?

Yo creo que ha habido un error propiciado y fomentado que ha identificado la libertad con una suerte de descuido, creyendo que este hacer cada uno lo que le parece simplemente mejor, o lo que le apetece, o incluso algunos han llegado a decir que lo que le dé la gana, pues esto es la mayor expresión de la libertad.

Yo creo que esa libertad, que es una libertad abstracta, que es una libertad individual que está bien pero no está concretada en lo fundamental de la libertad que es que tiene que ser comunitaria, que tiene que pensar en el bien común, que tiene que tiene que tener una idea de solidaridad y de igualdad: igualmente libres.

El recelo es porque parece que Madrid ha tenido unas ciertas reticencias incluso a las decisiones adoptadas en el ámbito interterritorial y como si fuera reacio, ya no solo reacio a las decisiones del gobierno de España, reacio también a las decisiones de las otras comunidades, reacio también incluso en el gobierno de Diaz Ayuso a las decisiones de los otros miembros de su gobierno, de los otros grupos de su gobierno.

Ha buscado la confrontación con el gobierno de España, con otras comunidades, y también con los propios de su gobierno a quienes ha cesado, y al vicepresidente también, en una confirmación del fracaso de sus políticas.

Esta idea de confundir la permisividad con una idea de descuido en el cuidado de la pandemia tratando de presumir de no tener restricciones… Nosotros siempre hemos dicho que las restricciones deben ir acompañadas de otras medidas, por ejemplo de ayudas, por ejemplo de medidas sociales, por ejemplo de medidas económicas. Si decimos que es imprescindible que la población donde haya más de trescientos casos por cien mil habitantes debe adelantar el toque de queda, donde haya más restricciones ha de haber más ayudas. Si a la hostelería se le pide un mayor esfuerzo, más ayudas.

Yo creo que la comunidad, esto es una comunidad, se llama Comunidad de Madrid, pues entendería y entiende que puedan darse ayudas a quienes están haciendo un esfuerzo por la salud de la comunidad, para que la comunidad no tenga mayores contagios. Restricciones y ayudas deben ir conjuntamente, me parece que en ese sentido, el mensaje de Madrid presumiendo de ser menos restrictivo es un mal mensaje. Desde el punto de vista ejemplar manda un mal mensaje a la gente más joven que parecería que identifica la libertad con un descuido y despropósito, como hemos visto este último fin de semana.

En esa línea que usted dice se está ganando Madrid capital un poco el lema de la capital de Europa de las fiestas, del botellón ¿cree usted que estamos a tiempo de revertir esa mala imagen de capital y cómo quiere Angel Gabilondo que se vea fuera la capital de la Comunidad de Madrid?

Como se ha visto siempre, Madrid es una ciudad muy atractiva, muy atractiva. Siempre ha sido un lugar de reunión donde se celebran muchos congresos, donde se reúnen muchas instituciones e incluso tienen su sede estamentos y altas entidades y empresas. Y además siempre ha habido gusto de venir a Madrid, alegría de venir a Madrid. Pero para encontrarse una ciudad dinámica, viva, con muchas posibilidades, entretenida, gustosa, donde hay mucha cultura, donde hay grandes museos, donde hay grandes posibilidades.

Y ahora resulta que nuestro atractivo es gritar, saltar y tomar algo. Pues si este es el señuelo que Madrid pretende mostrar para atraer a personas de fuera yo creo que ese señuelo es muy inadecuado y además muy caduco, eso no dura. Eso, más bien, aleja y me parece que lo que tenemos que hacer es reincorporar la dimensión cultural, la dimensión social de Madrid y alejarnos de esta imagen más de un Madrid de pandereta.

Y además digo que hay muchos jóvenes que no les gusta ese Madrid. Ellos quieren divertirse, como es lógico, y se divierten como saben hacerlo, pero ahora mismo están preocupados por la pandemia, por la salud de sus padres, de sus abuelos de sus amigos, de sus entornos. Incluso por la salud de, por qué no y así es, de quienes no conocen y nunca conocerán.

Por eso me siento incómodo. Yo vivo Madrid, siento Madrid, soy madrileño adoptado y más que adoptado. Precisamente por amor a Madrid, por respeto a Madrid, por Madrid, no podemos tampoco consentir eso. Pero menos aún porque demuestra una insolidaridad y una frivolidad respecto de la idea de salud y respecto de la salud de los demás.

Habla usted de los jóvenes, una de las preocupaciones que tienen los jóvenes es la vivienda y es un problema que en esta comunidad autónoma es grave ¿qué propuestas tiene usted en materia de vivienda y específicamente para esas personas más jóvenes?

Lo primero que quiero es celebrar el hecho de que el gobierno de España esté ultimando una ley de vivienda. Hace cuarenta años que esto no se ha hecho y es muy interesante porque esto nos permite entender que el asunto de la vivienda es muy amplio, muy complejo y con muchas relaciones. A veces miramos simplemente un lado muy parcial de ella como puede ser el alquiler que es muy importante, pero no miramos globalmente.

Me parece que las viviendas públicas no deben venderse, los municipios no deben venderlo, a fondos de inversión, a fondos privados o como algunos llaman fondos buitre. Las viviendas públicas tienen que ser siempre viviendas sociales de uso social. Hemos propuesto la construcción de 15.000 nuevas viviendas con carácter público para alquiler.

Ahora hay un debate que es importante, que yo no quiero eludir que es el debate de sobre los alquileres o los precios de los alquileres. Incluso es un debate que se ha explicitado dentro del propio gobierno con distintas lecturas. Me parece que lo interesante es que hay una unidad de objetivos, una unidad de propósitos y que lo que estoy seguro es que se encontrará una solución acordada realmente, porque lo que se busca también es tener la seguridad jurídica de que la decisión que se adopte no pudiera lesionar otros intereses legítimos de quien fuera. Tenemos que defender y hacer compatibles derechos de propietarios y de arrendatarios.

Por una u otra razón, primero confío en ese acuerdo y segundo esas otras dos medidas demuestran más bien por donde va nuestra preocupación pero sin vivienda es difícil tener una emancipación juvenil. Es que en Madrid hay muchas personas que invierten el 70% de sus ganancias en poder alquilar una vivienda y no digamos algunos de hasta el 110%. Algunos que quieren sólo alquilar una habitación, la habitación a veces les supone el 40% de su sueldo.

La Comunidad de Madrid dice que construye unas viviendas y esas viviendas públicas que tienen hasta unos 90 metros cuadrados la pone hasta a mil euros cada una, pero claro, si uno se da cuenta de que el salario mínimo interprofesional es de 950 euros empieza la cosa a no funcionar. Tenemos que hacer todo el esfuerzo para que las personas jóvenes puedan emanciparse, hacer su proyecto de vida, el que deseen, y en este momento en Madrid es especialmente difícil. Esto tiene que ser una verdadera prioridad para nosotros.

Madrid es de las ciudades europeas, de las regiones europeas, que más tarde se emancipan los jóvenes.

Hemos propuesto la construcción de 15.000 nuevas viviendas con carácter público para alquiler

¿Cuál será su primera decisión cuando sea presidente de la Comunidad de Madrid?

Lo primero que hay que hacer es establecer con todo rigor y con toda celeridad un plan de vacunación.

En Madrid no hay un plan, como tal, de vacunación, al menos un plan establecido. Creo que hay que establecer, a continuación y con toda claridad, ayudas, propuestas para tratar de lograr la reconstrucción económica de la Comunidad. Esto significa también tomar todas las medidas para que hacer los proyectos concretos para captar los Fondos Europeos, que son decisivos para Madrid, para nuestra recuperación y nuestra acción y también para lograr la reconstrucción social porque ha habido lesión en la cohesión social. Hay mucha desigualdad en Madrid, es que hay personas en una situación muy vulnerable. Madrid, es una comunidad riquísima con el mayor PIB, pero hay muchas personas en mala situación.

Todo esto se puede explicar diciendo hacer unos presupuestos y hacer unos presupuestos donde haya una partida específica, contundente y clara de sanidad que apoye la sanidad pública y lo mismo de educación que se base en la escuela pública como fundamento exactamente de la educación.

Pero tengo una pequeña y gran preocupación que es la salud pública, los centros de atención primaria, los centros de salud, los centros que tienen que ver con las urgencias, es decir, la dotación de personal y de recursos para esos servicios públicos tanto en hospitales como en educación.

He traído aquí lo de la atención primaria porque ha sido muy doloroso la experiencia que hemos vivido donde parece que no se ha entendido y, desde luego el socialismo lo entiende bien, que la medicina de proximidad, el conocimiento individual en tu barrio, en tu municipio, la proximidad que significa también el que alguien te acoja y es donde te vacunan.

Yo sé que me ha preguntado por una, y yo ya sé que he dicho varias, pero también es verdad que he acentuado muy radicalmente una. Esto de la atención primaria es más bien el símbolo de la idea que nos preocupa como servicio público. Las personas, los profesionales, las condiciones de vida de los profesionales, tiene que haber más personas, más sanitarios, más profesores y vacunación, vacunación, vacunación.

Ahora que vienen unos días de descanso y estaremos en la Comunidad de Madrid ¿en qué rincón de Madrid le gusta perderse a Angel Gabilondo, dónde le gusta pasear?

En Heidelberg hay un paseo que se llama el Paseo de los Filósofos y otro paseo que se llama el Paseo de los Poetas, pero aquí se llama el Mirador de los Poetas, que está en la Sierra de Guadarrama desde donde se ve desde arriba extraordinariamente Cercedilla. Y por esta cosa de los poetas o no sé si es por esta reminiscencia de estos lugares alemanes este me parece un lugar extraordinario. Para ir también con los chavales y hacer un paseo me parece muy bien.

Y lecturas, ¿además de Marco Aurelio qué recomienda usted?

Además de Marco Aurelio... me ha gustado la pregunta porque me ha dejado a Marco Aurelio. Irene Vallejo ha escrito “El infinito en un junco” que es un libro muy premiado y muy conocido porque podríamos decir que es el libro de los libros, el libro sobre los libros. Un libro sobre la importancia de los libros.

Yo siempre he tenido mucho cariño a los libros de Emilio Lledó, sobre la educación o cuando él escribió sobre los libros. Pero ahora me voy a centrar en una mujer, una mujer joven, Irene Vallejo, y además porque su libro nos cuenta la vida y la historia de la lectura, la vida y la historia de ese objeto increíble y maravilloso que nos acompaña y nos da vida que es un libro.

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En Madrid ha habido mucha distracción, mucho ruido, pocas leyes y mala gestión