jueves. 18.04.2024

La izquierda afronta un futuro incierto

Si Yolanda Díaz no logra configurar una alternativa atractiva de izquierdas que pueda recuperar a votantes de los partidos existentes a la izquierda del PSOE, a votantes de izquierda abstencionistas o incluso a votantes del PSOE desencantados, el futuro será negro para la izquierda y las fuerzas de progreso.
sanchez calvino diaz
Pedro Sánchez junto a la vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el pleno del Congreso.

Es difícilmente discutible que el actual Gobierno tiene un balance de consecuciones en el terreno social difícilmente discutible y poco comparable frente a gobiernos anteriores. Y eso a pesar de gobernar en unos tiempos particularmente poco favorables, primero con la pandemia y después cuando parecía que llegaba el momento de la recuperación toda la situación relacionada con la guerra de Ucrania y su derivada económica.

El Gobierno hizo frente a la crisis de la pandemia de una forma sanitariamente notable y además con la construcción de un “escudo social”, especialmente con medidas como los ERTE’s entre otras para proteger tanto a la economía como a las personas trabajadoras o más afectadas por las medidas adoptadas para combatir la Covid-19. Al mismo tiempo consiguió aciertos en dos aspectos sustanciales: a) en el ámbito europeo la consecución de unos Fondos europeos para la reactivación económica en un volumen importantísimo y que a la vez significó un cambio radical en la actuación de la Unión Europea para afrontar una crisis, y b) en el ámbito interno acuerdos importantes como son los incrementos del SMI, el IMV, o los acuerdos de reforma de las Pensiones o la  Reforma Laboral que mejoraban los derechos y las condiciones de vida de las personas trabajadoras, jubiladas o más desfavorecidas.

Posteriormente para intentar paliar los efectos de la crisis de la invasión rusa de Ucrania, nuevamente ha conseguido dos acuerdos importantes: a) en el ámbito europeo lograr la “excepción ibérica” que permitirá reducir durante un año el computo del precio del gas en la factura energética, y b) la aprobación parlamentaria de las medidas urgentes para paliar los efectos en los sectores económicos y sociales más afectados por los efectos de la guerra.

A pesar de todo viendo las encuestas sobre valoración electoral parece que el gobierno no capitaliza esta actuación sobresaliente y es la oposición radical de la derecha y la extrema derecha, que no ha aportado ninguna propuesta más que una crítica radical a toda la acción del gobierno la que capitaliza un cierto descontento social hacia la política.

Es evidente que esta poca capitalización de la acción política no es toda debida a la oposición de la derecha sino también a errores en la actuación dentro del propio gobierno y los partidos que lo conforman y a alguno de sus socios parlamentarios.

El 'ruido' dentro del gobierno ha sido una constante desde el momento de constitución del propio gobierno

En efecto el “ruido” dentro del gobierno ha sido una constante desde el momento de constitución del propio gobierno. Las constantes discrepancias, en ocasiones con fuertes salida de tono de los componentes de Podemos, debo delimitar que no se ha tratado de todos los componentes gubernamentales de Unidas Podemos, han sido un elemento especialmente negativo derivado en gran parte de su falta de conciencia institucional, han parecido a veces ser la oposición dentro del gobierno cuestionado la unidad de este. Ello fue más evidente en el período de Pablo Iglesias como vicepresidente, y se ha reducido a partir de la vicepresidencia de Yolanda Díaz con una política más dirigida a una acción que evite los “ruidos internos” pero que no ha impedido que en ocasiones esporádicas alguna ministra de Podemos haya continuado manteniendo confrontaciones poco acertadas dentro de la unidad del Gobierno.

Y en cierta manera “el ruido” ha reducido incluso el relato y la explicación de las mejoras conseguidas por los cambios legislativos. Si cada jubilado fuera consciente de la mejora que le ha aportado este gobierno en comparación con el anterior, si cada trabajador que ha pasado de contrato precario a indefinido sea consciente de que es fruto de la acción del gobierno, si cada trabajador afectado por la subida del SMI sepa que es gracias a la acción de gobierno, si los ciudadanos que han accedido al cobro del IMV son consciente de quién lo ha acordado, mejor perspectivas electorales tendrían los partidos del gobierno por poner algunos ejemplos. Pero las consecuciones en parte han sido ocultadas por el “ruido” de las peleas de socios.

Asimismo el Gobierno ha tenido que capear con dificultades la dinámica parlamentaria, no tanto por la composición plural de sus apoyos sino fundamentalmente por la actuación de infantilismo político que caracteriza a un supuesto aliado parlamentario como ERC. En el caso de este partido más nacionalista que de izquierdas no se le puede catalogar como integrante de “la mayoría”, ya que se debe recordar que ERC se abstuvo en la elección de gobierno de coalición. Y después ha votado en contra en tres ocasiones especialmente importantes, en la votación de una prórroga del estado de emergencia, en la votación de la Reforma Laboral y en la votación de las medidas paliativas de los efectos de la guerra en Ucrania. ERC es en definitiva un agente político poco de fiar.

Pero también hay aspectos que han provocado situaciones poco deseables que no han tenido hasta el momento consecuencias derivadas por ejemplo por la poca atención que reciben sus aliados parlamentarios que acusan de una cierta prepotencia al Gobierno. Asimismo actualmente se nota la diferente concepción dentro del bloque de Unidas Podemos respecto al futuro entre la posición que defiende Yolanda Díaz de construir un nuevo polo político y la posición de las dirigentes de Podemos que quieren mantener su preeminencia en una futura alternativa. En este sentido no pasó desapercibido el hecho que el día en que se votaba la Reforma Laboral, las dos ministras de Podemos convocaron un acto propio y no estuvieron presentes en el hemiciclo.

En definitiva, el gobierno tiene problemas que pueden afectar a su futuro electoral y no podemos pasar por alto el giro al centro del PSOE desde su último Congreso. Hasta ahora más perceptible en su política exterior donde se han dado pasos como el inaceptable acercamiento a Marruecos sobre el Sahara, en línea con la política de Estados Unidos, lo que ha provocado el enfriamiento de la relación con Argelia nuestro proveedor de gas. Lo cual también provocó en este caso la crítica totalmente acertada por parte del socio parlamentario con Yolanda Díaz a la cabeza, dado que ni tal sólo fueron informados. Pero aún más grave es su fuerte giro atlantista y “otanista” del Presidente del Gobierno y del PSOE, cosa que contradice la necesidad de una fuerza militar autónoma europea y no subordinada a los intereses militares, políticos y económicos de la UE. Y todo ello en contra de la mayoría del Parlamento.

Todo ello conlleva que el futuro de las fuerzas de izquierda sea incierto frente a unas futuras Elecciones Generales previstas para finales del 2023, pero donde antes y al margen de las andaluzas se celebraran elecciones autonómicas y municipales en la primavera del 2023.

La situación política en este momento parece más favorable para las fuerzas de la derecha y la extrema derecha que para la izquierda. La elección de Feijóo al frente del PP que de momento capitaliza como un mejor candidato que Casado, pese que es una incógnita si comportará cambios en la política del PP al margen de un discurso menos incendiario, pero posiblemente idéntico en lo que comporta a sus políticas o alianzas. Y un mantenimiento de Vox envalentonado después de si éxito al entrar en el gobierno de Castilla León y esperando continuar en el de Andalucía. Cabe decir que este ascenso de las fuerzas de derecha no se produce sólo por su propio esfuerzo sino por la inmensa campaña que los importantes e influyentes medios de comunicación de todo tipo están haciendo no sólo ensalzando la figura de estadista del máximo dirigente del PP, sino de todo su equipo, a la vez que sacan hierro al papel perturbador democráticamente de VOX y al ataque constante y en numerosas ocasiones mendaz contra el Gobierno y sus apoyos parlamentarios.

En el caso de la izquierda todo está mucho más confuso. Planteando que el PSOE pueda mantener y en el mejor de los casos mejorar ligeramente su resultado electoral, todo dependerá de ver como se configurará la alternativa política en torno a Yolanda Díaz. Ella en si es un capital político pero por si sola no es una alternativa política. Depende de cómo se estructure y se plantee su propuesta puede ser el factor para que se pueda establecer un nuevo gobierno de progreso que sea una cierta continuación del actual o no. Si Yolanda Díaz no logra configurar una alternativa atractiva de izquierdas que pueda recuperar a votantes de los partidos existentes a la izquierda del PSOE, a votantes de izquierda abstencionistas o incluso a votantes del PSOE desencantados, el futuro será negro para la izquierda y las fuerzas de progreso. Porque la posibilidad de un gobierno de PP y Vox puede forzar, como desean muchas fuerzas fácticas, a un gobierno de Gran Coalición PP-PSOE o PSOE-PP con algún apoyo más como el del PNV.

La izquierda afronta un futuro incierto