martes. 23.04.2024
covid laboral

“Los trabajadores y las empresas se enfrentan una catástrofe, tanto en las economías desarrolladas como en las que están en desarrollo. Tenemos que actuar con rapidez, decisión y coordinación. Las medidas correctas y urgentes podrían hacer la diferencia entre la supervivencia y el colapso”, asevera el director General de la OIT, Guy Ryder.

El último informe de la Organización Internacional del Trabajo prevé “pérdidas devastadoras de empleo” en todo el mundo por efecto de la pandemia y afirma que existe un “riesgo elevado” de que para final de año la cifra sea significativamente más alta que la previsión inicial de la OIT del pasado 18 de marzo, de 25 millones de desempleados. 

En esta segunda edición del Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo en la que se ha calificado como “la peor crisis mundial desde la Segunda Guerra Mundial”, se incluye información sectorial y regional sobre los efectos de la pandemia.

Según esta evaluación, más de cuatro de cada cinco personas (el 81%) de las 3.300 millones que conforman la fuerza de trabajo mundial están siendo afectadas por cierres totales o parciales de su lugar de trabajo.​

A nivel mundial, se prevé que la crisis por el COVID-19 hará desaparecer el 6,7% de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo.

"La pandemia superará con creces los efectos de la crisis financiera de 2008-2009", advierte la OIT

Recortes a gran escala están previstos en los Estados Árabes (8,1%, equivalente a 5 millones de trabajadores a tiempo completo), en Europa (7,8%, o 12 millones de trabajadores a tiempo completo) y en Asia y el Pacífico (7,2%, 125 millones de trabajadores a tiempo completo).

Se prevén enormes pérdidas en los distintos grupos de ingresos, en particular en los países de ingresos medios altos (7% o 100 millones de trabajadores a tiempo completo), superando así “con creces”, subraya la OIT, los efectos de la crisis financiera de 2008-2009.

Los sectores más expuestos al riesgo incluyen los servicios de hospedaje y restauración, la manufactura, el comercio minorista y las actividades empresariales y administrativas.

Según el nuevo estudio, 1.250 millones de personas están empleadas en los sectores susceptibles de sufrir “drásticos y devastadores” aumentos en los despidos y disminución de los salarios y horas de trabajo. “Muchos de estas personas están empleadas en trabajos mal remunerados, de baja calificación, donde una pérdida imprevista de ingresos tiene consecuencias devastadoras”, advierte el organismo.

A nivel regional, la proporción de trabajadores en estos sectores “en riesgo” varía del 41% en las Américas al 26% en Asia y el Pacífico.

Otras regiones, África en particular, tienen niveles más altos, lo cual unido a la falta de protección social, gran densidad de población y débil capacidad, plantea a los gobiernos serios desafíos sanitarios y económicos, advierte el informe.

A nivel mundial, dos mil millones de personas (la mayoría en las economías emergentes y en desarrollo) y corren un riesgo especial.

Esta es la mayor prueba para la cooperación internacional en más de 75 años. Si un país fracasa, entonces todos fracasamos

“Esta es la mayor prueba para la cooperación internacional en más de 75 años. Si un país fracasa, entonces todos fracasamos. Debemos buscar soluciones que ayuden a todos los segmentos de nuestra sociedad global, en particular los más vulnerables y los que tienen menores posibilidades de valerse por sí mismos”, afirma Guy Ryder.

“Las decisiones que tomemos hoy afectarán directamente la manera en que esta crisis evolucionará así como la vida de miles de millones de personas”, agregó. “Con las medidas correctas podemos limitar su impacto y las heridas que dejará. Nuestro objetivo debe ser reconstruir mejor para que nuestros nuevos sistemas sean más seguros, más justos y más sostenibles de los que permitieron que esta crisis ocurriera”.

La OIT advierte de que “es necesario adoptar medidas políticas integradas y a gran escala, centradas en cuatro pilares: apoyar a las empresas, al empleo y los ingresos; estimular la economía y los empleos; proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo; y utilizar el diálogo social entre gobiernos, trabajadores y empleadores a fin de encontrar soluciones”.

La OIT califica de "catástrofe" el impacto de la pandemia en el trabajo mundial