jueves. 25.04.2024

Ni todo el ruido del mundo puede tapar a los ojos de los españoles la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez para proteger el bienestar de la gente y para avanzar en modernización y en derechos. Y mira que lo intentan. Y mira que inventan. Y mira que tienen medios ruidosos…

Pero por mucho ruido que generen los altavoces políticos y mediáticos de la derecha, los españoles tienen ojos, tienen oídos, tienen inteligencia, criterio propio y experiencia personal para valorar lo que hacen unos y lo que hacen otros.

El Gobierno de Pedro Sánchez gestiona, afronta problemas, atiende desafíos, resuelve los problemas que importan a la gente. La oposición de la derecha genera ruido, controversia, enfrentamiento, Y falsas polémicas que solo importan a la derecha.

Invitaron a los españoles a pronunciarse sobre el “sanchismo” en las elecciones del 28 de mayo. Ahora ya prefieren que no, porque algo les dice que el pronunciamiento se les puede atragantar

La semana en la que el Presidente del Gobierno comparecía en el Congreso explicando cómo se hará realidad el derecho a una vivienda digna y accesible para millones de jóvenes españoles, la derecha se regocijaba con las diferencias en el seno del Gobierno.

Como si las diferencias entre socios de gobierno en partidos diferentes no fuera lo habitual en todo el mundo. Como si el desacuerdo en un proyecto de ley pudiera ocultar la realidad del acuerdo en otros 209 proyectos, que ya están en el BOE mejorando la vida de la gente. Como si la verdadera noticia en relación a la ley del “solo sí es sí” no estuviera en la plena vigencia de una ley que protege a las mujeres y en la corrección final de sus efectos indeseados.

La semana en que se aprueba en comisión parlamentaria la primera Ley del derecho a la vivienda en España, gracias a la mayoría gubernamental, la derecha trata de asustar a los españoles con la falsedad de la ocupación generalizada de viviendas. Como si cada familia corriera hoy el riesgo de perder su casa cuando salen a comprar el pan o a pasear al perro.

La semana en que se convalida el Decreto Ley que amplía la excepción ibérica y consolida para España la factura energética más barata de Europa, la derecha entretiene con la demagogia del uso del avión oficial por parte del Presidente del Gobierno. Como si los anteriores Presidentes hubieran viajado pedaleando por los carriles bici del mundo.

La semana en que la OCDE eleva su previsión de crecimiento económico para España en 2023 del 1,3% al 1,7%, por encima de las economías más fuertes de Europa, la derecha entretiene con otra falsa polémica en torno a la independencia del CIS. Como si el CIS no fuera el único organismo demoscópico absolutamente transparente con sus datos y procedimientos.

La semana en que se conocen los buenos datos de creación de empleo en la primera quincena del mes de abril, cada vez más estable además, la derecha pone falsamente en cuestión la integridad de los funcionarios del Instituto Nacional de Estadística, manipula los datos sobre  proporción de empleo público y engaña acerca de la contabilidad de los trabajadores fijos discontinuos. Como si trabajadores y parados no se contaran ahora como se han contado siempre.

La semana en que el Presidente de los Estados Unidos invita a la Casa Blanca al Presidente del Gobierno español, que acaba de regresar de una reunión con el Presidente chino, de un Consejo Europeo y de una cumbre iberoamericana, la derecha intenta dañar el prestigio internacional de España con invenciones peliculeras sobre móviles espiados en Marruecos.

La semana en que se anuncia un paso más en la dignificación de Cuelgamuros y la memoria democrática de nuestro país, con la voluntad de la familia de Primo de Rivera para reubicar sus restos, la derecha recurre ante el Tribunal Constitucional la recién aprobada Ley de Memoria, que condena el franquismo y reconoce a sus víctimas. Como si las familias de represaliados por la dictadura no tuvieran derecho a recuperar de las cunetas y sepultar dignamente a sus seres queridos.

Gestión, gestión y gestión, por una parte. Ruido, ruido y ruido, por otra parte.

Pero da la sensación de que el PP está cambiando de estrategia de cara a la campaña decisiva del 28 de mayo. Hablaron de que las elecciones autonómicas y municipales serían “un anticipo de las elecciones generales”. Ahora ya no quieren ni oír hablar del “anticipo”, porque “en mayo el PSOE resistirá”.

Dijeron que el 28 de mayo se contrastaría en las urnas el “efecto Feijóo”. Ahora ya no mencionan “efecto Feijóo” alguno, salvo para hacerse cruces para que el líder popular no vuelva a meter la pata con sus declaraciones fuera de guión.

Invitaron a los españoles a pronunciarse sobre el “sanchismo” en las elecciones del 28 de mayo. Ahora ya prefieren que no, porque algo les dice que el pronunciamiento se les puede atragantar.

Y es que la mayor equivocación de la derecha española reside en su falta de confianza en la inteligencia y madurez del votante español, que hace mucho tiempo aprendió a distinguir las gestiones para mejorar de los ruidos para engañar.

Gestiones para mejorar y ruidos para engañar