viernes. 19.04.2024
feijoo congreso

En la campaña electoral en la que Feijoo accedió por primera vez a la presidencia de la Xunta, reiteró una y otra vez que él arreglaría el problema del paro en 45 días. Doce años después, hay cerca de 30 mil personas paradas más, en media anual, que en 2008, siempre según datos de la EPA. El paro registrado ha sido y sigue siendo objeto de manipulación por lo que no se pueden utilizar sus datos. Quizá esto haya sido lo único que ha hecho Feijóo en términos de empleo, que no nos podamos creer las cifras de paro registrado.

En el conjunto del Estado la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado un 1,2% en relación con 2008: hay 227.034 personas afiliadas más. En Galicia la afiliación ha disminuido un 5,4%: hay 58.471 afiliadas menos.

Estos dos datos deberían ser suficientes para mostrar la incompetencia de Feijóo en uno de los asuntos más importantes de cualquier gobierno, las políticas de empleo y trabajo. Pero aún hay más incompetencia.

Feijóo no ha sido capaz de gastar uno de cada tres euros asignados a políticas de empleo

Desde mi punto de vista lo peor que puede hacer un gobernante es no ser capaz de invertir el presupuesto asignado a cada política, aún más si los fondos provienen de otra administración. En esto Feijóo destaca. Desde que llegó a la Xunta en 2009 de los 5.154 millones de euros asignados a políticas de empleo ha dejado sin gastar 1.775 millones de euros, el 34,4% del crédito asignado. Feijóo no ha sido capaz de gastar uno de cada tres euros asignados a políticas de empleo.

Esta afirmación no es una proyección ni nada parecido, esta afirmación proviene de los datos que facilita el propio Feijóo al Parlamento de Galicia sobre la ejecución presupuestaria por programas. Es tan grave que me parece necesario repetirla: entre 2009 y 2021 Feijóo ha dejado sin gastar 743 euros por cada parado gallego y han sido muchos.

De los fondos asignados a formación para el empleo, 1.370 millones de euros para formación de personas paradas y 358 millones para ocupadas, quedaron sin gastar 573 millones de formación para paradas y 196 millones para ocupadas; el 41,8% y el 54,8% respectivamente. Feijóo no ha sido capaz de poner en marcha una política de formación para el empleo que, obviamente, partiendo del análisis de las competencias de quien demanda empleo y las necesidades del mercado de trabajo gallego, traduzca en formación esos déficits.

Ahora mismo, la patronal de la construcción está reclamando personas cualificadas. Desde 2011 se le está advirtiendo de esa necesidad, al mismo tiempo que se le reclama la incorporación de mujeres al sector. No ha continuado con el programa de formación (Muller porque sí) que formaba a mujeres paradas provenientes de sectores muy maduros feminizados, el textil y confección, por ejemplo, en sectores masculinizados y con demanda de empleo, como se preveía que iba a pasar con la construcción.

En Galicia, con Feijóo, se ha estado formando a peones de jardinería en el medio rural. ¡Brillante Feijóo!

También se le ha estado reclamando un Plan de formación en competencias clave para permitir que el grueso de demandantes de empleo que carece del Graduado en ESO pudiera, mediante esta formación, acceder a módulos formativos de nivel 2. Prácticamente no se ha hecho nada en este sentido. En vez de formar en competencias clave, matemáticas y lenguaje fundamentalmente, han puesto en marcha alguna formación de nivel 1, formación para peones, algo absurdo si partimos de la propia definición que hace la Clasificación Nacional de Ocupaciones (C.N.O.): “Las ocupaciones del Nivel de competencias 1 suelen exigir el desempeño de tareas físicas o manuales sencillas y rutinarias. Pueden requerir el uso de herramientas manuales, tales como palas, o de un equipo eléctrico sencillo, tales como la aspiradora. Para el desempeño eficaz de algunas ocupaciones del Nivel de Competencias 1, puede exigirse el ciclo completo de educación primaria o primer ciclo de la educación básica (nivel 1 de la CINE 97)”. En Galicia, con Feijóo se ha estado formando a peones de jardinería en el medio rural. ¡Brillante Feijóo!: así podrían acceder a módulos de nivel 2 de jardineros. Con la formación en competencias clave podrían acceder a cualquier formación de nivel 2 de cualquier familia profesional.

En vez de poner en marcha estos planes de formación u otros similares, ha preferido dejar sin invertir 769 millones de euros, digo invertir porque la formación para el empleo no es un gasto sino una inversión. Estos millones los habrá ido teniendo que devolver al SEPE porque proceden de fondos finalistas de cuotas de formación. Feijóo utiliza el grito de guerra de “Mejor ignorantes…” y devuelve el dinero.

La otra parte de los fondos de empleo podría haberlos invertido en programas de adquisición de experiencia o de reincorporación a las rutinas laborales para quienes llevan en paro más de un año. Ha habido de media cada año entre 2009 y 2021 más de cien mil personas paradas de larga duración de las que 78.402 carecen de prestaciones. Desde 2015 Feijóo solamente ha puesto en marcha programas de contratación de demandantes de empleo en el rural para dar cabida a los ayuntamientos en los que gobierna el PP. Inicialmente el programa Aprol Rural estaba dirigido a municipios con menos de 10.000 habitantes y lo pone en marcha en 2016 una vez que, tras las elecciones municipales de 2015, desaparezca el PP del gobierno de las ciudades y villas de mayor población de Galicia.

Una de las características de Feijóo es su absoluto clientelismo

Esta es otra de las características de Feijóo: su absoluto clientelismo. No le importa lo que pase con las personas sin trabajo, solamente aquellos que viven en los municipios en los que gobierna el PP y en los que pretende seguir ganando las elecciones. El resto parece como si no fuera de su incumbencia y, todo ello, con fondos estatales.

Una tercera característica es su absoluta caradura. Todo lo que tiene de incompetente lo tiene de carencia de vergüenza. Habiendo dejado sin gastar en 2021 casi 235 millones de euros, de los que una buena parte tendrá que devolver por ser fondos finalistas, monta el numerito de los 9 millones destinados a planes piloto para los futuros programas de garantía juvenil.

Amenaza, cosa que siempre hace para luego intentar chantajear, con recurrir ante el Tribunal Supremo si no se modifica el sistema de reparto. En 2019 quedaron sin gastar 135 millones de euros, en 2020 otros 135 millones y en 2021 los mencionados 235 millones de euros. Pese a ello, ha dejado sin gastar 505 millones de euros en los últimos tres años, pretende llevar al Supremo al Ministerio de Trabajo por repartir 9 millones entre Euskadi, Navarra, Extremadura y Valencia para un programa experimental. Hay que tener muy poca vergüenza para dar una rueda de prensa haciendo esa denuncia o, incluso, ninguna.

Feijóo se va de Galicia dejando sin gastar 1.775 millones de euros en políticas de empleo