viernes. 29.03.2024
PSOE ASAMBLEA MADRID
Bancada socialista en la Asamblea de Madrid.

A un ciudadano normal y más si es de provincias, le resulta difícil de entender los resultados electorales en la Comunidad de Madrid. Desde las elecciones de 1995 hasta hoy sigue gobernado el PP, con Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes e Isabel Díaz Ayuso. Con mayorías absolutas, las de Ruiz Galllardón y Esperanza Aguirre. Pudo cambiar esta historia. Conviene recordar. Dos diputados socialistas, Teresa Sáez y Eduardo Tamayo, 2 sinvergüenzas, al ausentarse en la sesión constitutiva de la Asamblea de Madrid el 10 de junio de 2003, no votaron al socialista Simancas y así impidieron un Gobierno de izquierdas de coalición del PSOE e Izquierda Unida, lo que supuso la repetición de las elecciones, tras las cuales llegó Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Hoy en día tenemos una evidencia empírica apoyada en numerosas actuaciones judiciales de la existencia durante muchos años de donaciones ilegales, en una cuantía más que suficiente como para haber distorsionado la competición en los diferentes procesos electorales, que supusieron las mayorías absolutas de Esperanza Aguirre.

Para vayamos al momento actual. Ya se da por hecha la victoria electoral, incluso con mayoría absoluta, de Isabel Díaz Ayuso (IDA) el 4-M. El mismo día de la disolución de la Asamblea de Madrid y la convocatoria de las elecciones para el 4-M, la mayoría de los medios indicaron ya, que, según tres sondeos, la futura presidenta de la CM sería IDA. ¡Qué rapidez en los sondeos! ¿Qué empresas los han realizado? ¿Para qué medios?  Las encuestas no se diseñan para informar a la ciudadanía sino para influir en los resultados. El bombardeo constante y compulsivo de encuestas se hace para que nuestra atención esté donde ellos quieren y lo seguirán haciendo hasta que votemos bien, es decir, lo que ellos quieren. Luego las tertulias las debatirán y las desmenuzarán con fruición.  El papel de las encuestas en la democracia merecería estudios y trabajos de investigación. Un artículo demoledor y contundente sobre cómo determinados medios, como La Razón, cocinan las encuestas electorales, auténticas encuestas fantasmas, es el publicado el 25 de junio de 2017 en este medio por Jesús Parra titulado Desmontando a Marhuenda.

Por otra parte, se ha impuesto una realidad política, la hemos visto ya en las últimas elecciones catalanas del 14-F y no hay indicios que ocurra de otra manera en la Comunidad de Madrid (CM) tras el 4-M, que las elecciones no las gana el mejor candidato, ni el mejor programa, ni la gestión más positiva. En tiempos de un tribalismo político, las gana aquel que tenga la capacidad de movilizar con más fuerza a su tribu ideológica. Y las tribus no se mueven por la razón, sino por las emociones.

¿IDA es la mejor candidata? La pregunta ofende. Podemos compararla con Ángel Gabilondo, Pablo Iglesias o Mónica García. Los partidos deberían ser más escrupulosos a la hora de seleccionar a sus candidatos en función de su formación, capacidad, mérito y, sobre todo, de sus valores éticos.  ¿IDA lleva el mejor programa? Es el neoliberalismo puro y duro. Ataque al Estado de bienestar, mediante privatizaciones. Rebajas de impuestos a las clases privilegiadas. ¿IDA ha gestionado positivamente la pandemia? Los datos están ahí, en proporción a su población más contagios, más muertes que en el resto de España; y las residencias convertidas en morgues. IDA no es culpable de nada. Ataca a los rivales políticos, escurre el bulto con una mano mientras busca bronca con la otra.  Madrid vive en una burbuja informativa creada por los medios capitalinos, encabezados por los Herrera, Quintana, Griso, Marhuenda e Inda, hasta el punto de que el Hospital Isabel Zendal es un referente de la medicina mundial.  Ahora mismo IDA tiene la desfachatez de afirmar sin cortarse en absoluto. Hace falta tener cuajo o mejor cara dura. Tampoco es de extrañar, si tenemos en cuenta quién le asesora. “Los turistas vienen a Madrid a ver los museos, a ir de compras, y, a veces, a los bares”. Según las últimas encuestas de la Comunidad de Madrid los pintores más visitados han sido Johnny Walker “etiqueta negra” y Jack Daniel`s.

Lo que sí ha conseguido IDA es movilizar a su tribu a base de eslóganes, primero Socialismo o libertad y luego Comunismo o libertad. No necesita más. De verdad, resultan grotescos y surrealistas. ¡Qué manera de pervertir hoy algunos la palabra libertad! Una palabra tan sublime y de tanta altura moral algunos la ensucian, cuando salen iracundos a las calles en coches de lujo y con cacerolas a reclamarla y unos políticos la usan como señuelos electorales. ¡Que sabrán ellos qué es la libertad! Su concepción de la libertad es la de los privilegios, sus privilegios. Su libertad de elección de centro educativo es para que sus hijos no compartan pupitre con emigrantes, ni gitanos, ni acnés. Su libertad económica es para que no les obliguen a pagar impuestos ni a cumplir una legislación laboral. Su libertad consiste, según José María  Aznar I “El incorruptible” en «Déjame hacer lo que yo quiera», « ¿Y quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?». «Déjame que beba tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás».

Por otra parte, la contribución del socialismo y el comunismo a nuestra democracia fue trascendental, en definitiva, a la libertad. Cualquier español normal, no aquejado de prejuicios o de mala fe, lo debería tener claro. Antes de la Transición con muertes, exilio y represión. Durante la Transición con generosas transacciones. Y después la izquierda ha contribuido a grandes avances sociales y políticos: divorcio, sanidad universal, aborto, enseñanza gratuita hasta los 16, pensiones no contributivas, ley dependencia, matrimonio homosexual y la eutanasia. Además, recurrir hoy al espantajo del comunismo es una insensatez y una falta de respeto a la ciudadanía. ¿En el 2021 en la Unión Europea y la OTAN en qué cabeza cabe una revolución comunista en España?

No obstante, parece inexorable el triunfo de IDA. Insisto, sobre todo, porque IDA ha sabido movilizar más y mejor a su tribu. Lo ha hecho siempre la derecha.  Al respecto, me han parecido muy interesantes y aleccionadores los artículos publicados en este mismo medio por Jesús Gago Izquierdas. Ir divididas aumenta la abstención y ¿Votar es de derechas? Los títulos son muy claros. Lo que vienen a plantear, no es que la Comunidad de Madrid sea de derechas, sino que votan más las derechas que las izquierdas. Las izquierdas se abstienen más al presentarse divididas y enfrentadas.

Si las derechas votan más, es decir, se abstienen menos, es porque tienen muy claro qué está en juego: el mantenimiento o reforzamiento de sus privilegios, realizados y defendidos políticamente por la derecha  en las últimas décadas. En cambio,  ese potencial electorado de izquierda, algunos- que son demasiados -de quienes menos o casi nada tienen, no ven o no confían lo suficiente en que los gobiernos - sean éstos de un signo o del otro- vayan a alterar en algo o en nada su desfavorecida situación. Por ello, ¿para qué votar?

Dice Jesús Gago que el principal objetivo de las izquierdas debería ser la mayor participación (o la máxima reducción en la abstención) de su electorado “natural”, es decir del que reside en los barrios y ciudades populares, más que esa quimérica búsqueda del voto desengañado y ahora “huérfano” que antes se entregó al partido que se decía de “centro” (C´s). En definitiva las izquierdas deberían movilizar a su potencial electorado, a su tribu. Ilusionarlo. Mucho me temo que no consigan ese objetivo y así una nueva derrota. Alguna de esas izquierdas, la del PSOE, lleva ya demasiado tiempo acomodada a la derrota,   a ejercer ese papel de oposición. Además la convocatoria de elecciones las ha cogido desprevenidas. La agenda política hace tiempo que la marca la derecha en la Comunidad de Madrid. Las izquierdas actúan de una manera reactiva.

Son también muy atinadas y van en la misma línea, las  reflexiones expresadas por el profesor de instituto de Zaragoza, Jorge Cajal, en un reciente artículo en El Periódico de Aragón de título muy llamativo Las 1.280 almas de Díaz Ayuso. Es una referencia a Jim Thompson a su novela '1.280 almas. Muchos comentaristas de izquierdas se divierten ridiculizando a IDA o muestran su incredulidad ante tal grado de analfabetismo político. Pero su discurso es observado por sus partidarios como una anécdota divertida que no empaña la voluntad decidida de que nada cambie en Madrid y por ello van a seguir votándola. Mientras tanto la izquierda lleva décadas sin proponer una salida interesante (llamativa, ilusionante) a quienes votan sistemáticamente por políticas de derechas o se abstienen, a pesar de las supuestas evidencias del desastre: destrucción de servicios públicos, corrupción, impunidad para los grandes poderes económicos, elevados niveles de contaminación, despilfarro del presupuesto en infraestructuras ruinosas (La Ciudad de la Justicia), alquileres desorbitados o, recientemente, instrucciones para no derivar ancianos de residencias a hospitales en plena pandemia. ¿Cómo es posible que en semejante laboratorio neocon haya sido imposible explicar que existen otras opciones? Quizás habría que buscar respuestas en la firmeza con la que se defiende lo contrario que la derecha: si la izquierda-determinada izquierda, la mayoritaria, la del PSOE- critica las privatizaciones pero privatiza, apuesta por la escuela pública pero extiende la concertada, apoya las protestas de la sanidad pública pero se trata en la privada, redacta la ley de dependencia pero no revisa el oligopolio de las empresas que gestionan las residencias, dice comprender la precariedad de los jóvenes pero se resiste a regular los precios del alquiler, es posible que el electorado acabe desconfiando de quien, además, parece dividirse por razones aparentemente personales. Con una oposición algo errática y dividida, IDA tenía ganadas las elecciones hasta la aparición de Pablo Iglesias, que ha cambiado completamente la campaña electoral.

Concluyo. ¿La izquierda en la Comunidad de Madrid ha puesto sobre la mesa un programa de izquierdas, de verdad, en las últimas décadas? Cuando digo, de verdad. Nada de asalto al Palacio de Invierno, ni de instaurar los soviets, ni implantar la dictadura del proletariado. Hablo de un programa socialdemócrata. Lo grave es que defenderlo hoy es revolucionario. Ha sido el gran triunfo del neoliberalismo. Ese programa socialdemócrata está en nuestra Carta Magna, lo que ocurre es que no se cumple. Elías Díaz, invocando a Dworkein, dijo que nuestra Carta Magna se redactó antes de la revolución conservadora de Thatcher y Reagan, por ello está todavía impregnada ideológicamente del pacto suscrito después de la II Guerra Mundial entre socialdemócratas y democristianos, que originó el Estado de bienestar. En el ámbito socio-económico es una Constitución socialdemócrata. Sólo desde este contexto puede entenderse su artículo 1.1, “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho… “. Palabras que no son huecas. Aquellos Estados que constitucionalmente se proclaman “sociales”  tienen una cláusula social transformadora, reconocen una serie de derechos económicos y sociales y regulan el proceso productivo.

La cláusula transformadora está reflejada en el art. 9.2: Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad e igualdad sean reales y efectivas

En cuanto a los derechos socio-económicos están los derechos de huelga y libertad sindical, al trabajo, a la protección de la salud, a la cultura, a una vivienda digna, a un medio ambiente adecuado.

En cuanto a la regulación del proceso productivo aparece recogido en los principios rectores de la política social y económica del capítulo III del Título I y en la Economía y Hacienda del Título VII. En este último Título VII aparecen una serie de artículos que abren una serie de posibilidades inmensas para tratar de cambiar la realidad social y económica. Son tal como señala Elías Díaz “artículos en rojo”, frente a “artículos en azul”. Por ejemplo el artículo 128. 1. “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. De acuerdo con este artículo podrían reservarse al sector público servicios esenciales como el financiero o el energético, por el interés general. El artículo 129. 2. Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción”. O el artículo 131. 1. El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución.” 

De los artículos comentados del Título VII nuestros gobernantes hacen caso omiso, cuando sus contenidos comprometen muy seriamente a los poderes públicos y a la misma Constitución como norma primera de nuestro ordenamiento jurídico y, desde ahí, al propio Tribunal Constitucional.

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