viernes. 29.03.2024
IDA&MONASTERIO

“Nunca he votado al PP y me cuesta, pero esta vez será Díaz Ayuso”
Fernando Savater .”Convencido”. El País 24704/20’21

“Los fascistas no me dan miedo. Miedo me da la ausencia de antifascistas en política”
Paolo Berazzi. Periodista de Repubblica. Único periodista europeo bajo permanente amenaza de grupos neofascistas y neonazis (1) 


El aplastante triunfo del PP en 2011- tanto en el Estado como en la Comunidad de Madrid - impidió advertir que el exitoso proceso de reunificación de las derechas había tocado fondo y llamaba a su fin.

Casi tres décadas antes, la quinta columna de una minoritaria Alianza Popular había conseguido la implosión de la Unión de Centro Democrático liderada por Suárez hasta hacer desaparecer sus restos reconvertidos en Centro Democrático y Social, capitaneando tras ello con habilidad su propia reconversión en en Partido único de la derecha (Partido Popular), con capacidad para alcanzar el gobierno del Estado, como así sucedió.

Las elecciones europeas del 2014 y tras ellas la generales celebradas al año siguiente hicieron visible el agotamiento y crisis del régimen de turno bipartidista que conformó la política en España desde el final del franquismo. En esas segundas el PSOE obtuvo justo la mitad del apoyo que había obtenido en las del 2008

De modo simultáneo el desvelamiento judicial de la corrupción sobre la que el Partido Popular ha asentado su poder- con especial intensidad en la Comunidad de Madrid -abrió una grieta de gran envergadura en la berroqueña compacidad de la derecha. En las elecciones de 2019 obtuvo menos del 40% del apoyo recibido en 2011. En conjunto, los dos partidos del turno que en 2008 habían logrado reunir el 92,8 % de todos los votos emitidos en España, en abril de 2019 se quedaron con el 54%.

Por desgracia, la desasosegante y al tiempo confortable instalación de la opinión pública de izquierdas en el tópico de su insuperable división interna, impidió reparar lo suficiente en el hecho de que esa dolencia había acabado por aquejar también- aunque de modo tardío- a la derecha.

En el eje izquierda-derecha, desde entonces fragmentado en el interior de ambos lados, está abierto un proceso inconcluso de confrontación por la hegemonía, al tiempo que en cada uno se intenta la recomposición y la restauración del bipartidismo perdido.

En el lado de la derecha el hito que de modo más simbólico y significativo señala el comienzo de ese proceso de recomposición es la Foto de Colón (10/02/2019), escenificando así justo tres años después de haber fracasado el pacto Sanchez&Rivera sellado con solemne ritual en el Congreso bajo el abrazo de Genovés el 24/02/2016, una alianza -con unidad de acción- de los tres partidos en que la derecha se encontraba dividida,

En la izquierda a su vez, después de aquellas elecciones de 2016, se inicia un proceso análogo, aunque no simétrico, con el Comité federal del PSOE celebrado tan solo unos meses después (1 de octubre de 2016) que culmina con la defenestración de Sánchez por obra de sus barones. Tras el inesperado resurgimiento de éste, el proceso prosigue y se prolonga en los titubeos tanto para la formación de gobierno subsecuente a las elecciones de abril de 2019 posteriores a la moción de censura que hace caer al PP (1/06/2018), como en la repetición de aquéllas en noviembre, de las que al final surge la actual coalición de gobierno.

La particularidad es que mientras que al principio en la izquierda, de los tres partidos en presencia (PSOE; PD’s e IU) los dos con mayor apoyo electoral están entonces casi en equilibrio, el agrupamiento de uno de ellos (PD’s) con el minoritario (IU) y la simultánea aparición de un cuarto (Más Madrid escindido de PD’s), da como resultado el desplazamiento en Madrid de ese nuevo agrupamiento (UP) a la última posición y la conquista del segundo puesto por el último en comparecer.

Algo similar es lo que de modo asimétrico y desplazado en el tiempo acabará sucediendo en la derecha tras la aparatosa e inesperada irrupción de VOX y la posterior ‘debacle’ de Ciudadanos, en la que éste acabará por ‘disolverse’ como sus predecesores de UPyD, mientras que aquél aguanta aferrado al Partido Popular. Aunque no exento de contradicciones, ese nuevo bloque PP&VOX resulta sobre todo en Madrid cada vez más indiscernible en quienes lo componen, principalmente en sus dos lideresas (Ayuso&Monasterio).

Dentro de esos procesos en curso es, en mi opinión, donde ha de enmarcarse el entendimiento del significado de la elección del próximo 4 de Mayo, cuyos resultados a uno y otro lado de la línea divisoria, serán determinantes en la prosecución de los respectivos combates por la hegemonía en el interior de cada bloque y para la recomposición interna y sus diferentes posibilidades de reunificación sobre todo en el campo de las derechas.

(1) Entrevista de Daniele Nalbone para Micromega

4-M: crisis y recomposición del bipartidismo