viernes. 26.04.2024
Illa Aragones Borras

Mediante la celebración de elecciones en Catalunya algo se ha clarificado el panorama político con los resultados registrados. Por más que muchos se empeñen en lamentar que todo ha quedado igual, que tras la formación del gobierno más probable todo será ‘más de lo mismo’, se abre una nueva etapa con cambios que pueden llegar a tener calado. No es que hayamos entrado en un tiempo ‘despejado’ ni mucho menos, pero las nubes observables son más bien del tipo cúmulo o estratocúmulo, es decir de esas que forman grupos relativamente separados entre sí y que al menos permiten ver secciones de mayor o menor tamaño en el firmamento. Viniendo como venimos de episodios de cirrocúmulos [1], nubes estas que son indicio de una tormenta en las próximas 12 horas, el progreso puede llegar a ser notable.


1. Primeras Conclusiones ( ordenadas por importancia)

1ª La ‘derecha españolista’ ha sufrido en Catalunya un descalabro respecto a 2017 (elecciones convocadas por el 155). En solo tres años se ha pulverizado en 3 partidos difícilmente reagrupables y ha perdido más de un tercio de apoyo en voto popular y la mitad de los escaños en el Parlament.

2ª Los partidos independentistas en su conjunto mejoran resultados ligeramente tanto en términos de voto popular como de escaños, superando en lo primero la simbólica (e histórica) barrera del 50%

3ª Dentro del bloque independentista se registra un sensible corrimiento hacia la izda, no solo porque por primera vez ERC supera a la derecha ex-convergente (Junts), sino porque las CUP ganan en un 50% en votos y consiguen doblar sus escaños (pasando de de 4 a 8).

4ª El PSC obtiene un ‘éxito’ amargo. Aunque “fracasa” la arriesgada apuesta de Pedro Sanchez y su ‘spin’ (Ivan Redondo), obtiene resultados suficientemente buenos como para poder ocultar ese fiasco y presentarlo de momento como un éxito, con un Illa “ganador” …, pero que no podrá presidir Govern (tal era el objetivo). El PSC retiene su electorado tradicional y logra para sí, recuperándolo, el que emigró a C’s (sobre todo en 2017). Pero a costa de ganar por la derecha y no por su izquierda, lo cual supone cierta tensión interna  y un freno a posiciones/inclinaciones hacia su izquierda.

5ª El fraccionamiento y declive de la ‘derecha españolista’ se produce con un aparatoso recrudecimiento/reforzamiento de su componente abiertamente neofascista (VOX, con 11 escaños y un 20% del anterior electorado de C’s). Eso, ademas de sus consecuencias sobre la “cuestión nacional” (componente territorial), llevará a envenenar el clima en el que se desenvolverán el debate y la acción política, no solo al introducir en el primero y en la segunda mensajes xénofobos y homófobos, sino además por el propósito de  arraigarse y extenderse, liderando todo tipo de descontentos, entre sectores sociales muy golpeados por pandemia y proclives por su profunda incultura política a secundar a las derechas radicalizadas (fenómeno común a todos los fascismos de masas, antiguos o modernos).

6ª Regreso a casa. Fin del viaje de los Comunes en vía de reconvertirse una vez más en los restos reunidos del histórico PSUC. Con su obstinación por conseguir que en Catalunya la política discurra solo o principalmente a lo largo de un único eje (izda-dcha), corren riesgos de ‘marginalizarse’. No han sabido /podido aprovechar su posición clave en la escena política para jugar a fondo su condición de partido de izquierda amplia, pero sobre la base de una propuesta decididamente republicana no independentista. No se aprecian síntomas de reflexión y rectificación al respecto.

7ª En los próximos días se hablará mucho de la “abstención histórica” (cercana al 50%), pero con el único fin de deslegitimar el innegable éxito independentista.

8ª La apuesta mas netamente convergente (Mas&Chacon-PDCat) ha fracasado aunque probablemente ha permitido a Illa igualarse en escaños con ERC (logro de no escasa importancia simbólico-publicitaria) y al tiempo acabar con la hegemonía de los seguidores de Puigdemont.

2. De encuestas y sondeos. Varias han sido las voces que en esta ocasión confluyeron al alertar, antes del comienzo de la campaña y coincidiendo con la publicación de la Encuesta Preelectoral del CIS, sobre la dificultad o la imposibilidad de pronosticar o estimar con satisfactoria aproximación los resultados de las elecciones convocadas para el 14-F. Las más solventes sin duda la de Javier Perez Royo, Xavi Domenech y Pablo Simón, a destacar entre pocas más.

La comparación a posteriori entre los resultados registrados tras la votación del domingo y las Estimaciones publicadas han puesto de manifiesto lo acertado de las referidas advertencias. Por centrarnos tan solo en la Estimación más aireada en los medios en su día -la del CIS en sus dos ediciones [2], preelectoral antes del comienzo de la campaña y flash en plena campaña-, el alejamiento de lo predicho respecto a lo ocurrido después no solo es bastante aparatoso sino que presenta un sesgo realmente notable para su manejo en la contienda electoral: una desviación de  5,5 y 7,6 puntos en lo referente a Junts (en la Encuesta preelectoral y flash respectivamente), equivalentes a una infraestimación del 37%y del 61% en términos porcentuales. Por el contrario sobrestimación de similar entidad para otros tres listas: En Común, Ciutadans y Partido Popular.

3. Abstención pero no solo. La extraordinariamente baja participación- 1,65 millones de votantes menos que en 2017- es sin duda uno de los aspectos a los que con mayor frecuencia se ha recurrido a la hora de comentar los resultados. Probablemente lo siga siendo y no con ánimo exclusivamente ‘descriptivo’ sino con variadas intenciones: unas para excusarse y las más para ‘deslegitimar’ en mayor o menor medida los resultados, en particular en lo que atañe a la relativa mejora de las opciones independentistas en su conjunto [3].

Y sin embargo este era uno de los pocos parámetros pronosticable con cierta facilidad  (siempre por aproximación) a partir de los resultados de las encuestas, en especial por las del CIS antes mencionadas y más en concreto aún por la primera de ellas (preelectoral con muestra de 4.000 entrevistados). Y no solo porque según esta  Encuesta “solo un 42,8% de los consultados había expresado su intención concreta de voto mientras que en anteriores encuestas preelectorales en Catalunya (2015 y 2017), ese último porcentaje ascendía al 69% (2015) y al 70,5% (2017), cifras ambas próximas a los porcentajes de participación efectiva registrada después en las urnas” [4]. Sino porque además -y esto es aún más significativo -porque según la segunda de esas Encuestas del CIS -la denominada flash- el 45% declaraba estar poco o nada interesado por la política, al tiempo que hasta un 61,6 % (casi 2/3) de los consultados seguía con poco o nulo interés las noticias y temas relacionados con las elecciones del 14-F.

Para ir algo más allá de lo meramente descriptivo, en el análisis de los motivos y del alcance de esa abultada abstención, el referido incremento de la misma (1,6 millones de votos menos) debería descomponerse para su explicación en al menos tres componentes o elementos a analizar, cuantificar y desglosar conjuntamente con el examen de flujos entre partidos.

a) los ex votantes de C’s que se “han quedado en casa “: alrededor de medio millón una vez que restamos los que ahora han votado por VOX ( 217.000) y los que lo han hecho  por el PSC, mermando así el casi millón de votos perdidos por C’s

b) el efecto Pandemia que habría afectado a todos por igual y que en total explicaría como poco 15 puntos de los 30 que aumenta la abstención

c) otro 10% que afectaría también a todas las listas pero de modo desigual y cuya causa podría ser el cansancio y desmotivación por el deterioro de la situación política catalana a partir de octubre de 2017. De ese modo por ejemplo, la pérdida de los 950 mil votos de C’s de modo tentativo y provisional podría descomponerse más o menos así [5]:

1. Al PSC 135 mil

2. A VOX 217 mil

3. Efecto general pandemia [6] 165mil

4. Efecto general “cansancio” 245 mil

5. Efecto particular votante de C’s185 mil

Valga lo anterior solo a modo de ejemplo, ya que un desglose más consistente solo podrá llevarse acabo partir de la próxima Encuesta postelectoral.


[1] Tipos de nubes, www.significados .com
[2] La Encuesta del CEO ( “el CIS catalán” ) aunque más aproximada en cuanto a los partidos catalanes prensa también fuertes desviaciones en el resto
[3] El porcentaje del voto a las opciones independentistas se ha llegado a referir no al total de los votos, sino al del Censo, pero sin hacer lo propio respecto a las no independentistas, que resultaría ligeramente inferior aún. Con esa referencia al conjunto del electorado, al candidato más votado (el ex-ministro Salvador Illa) solo le habría dado su voto por más de uno de cada diez electores.
[4]  “Brumosa frontera”. Nueva Tribuna 23/01/2021
[5] Para construir el ejemplo se han considerado saldos en vez de movimientos positivos y negativos
[6] En las elecciones celebradas en pandemia en 2020 en momentos de menor severidad de contagios Galicia registró un incremento de la abstención de 15 puntos y Euskadi de 10. En ambos casos se partía de cifras de participación mucho menores que la de Catalunya en 2017 

Nubosidad variable