viernes. 29.03.2024
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Imagen de archivo.

Mario Regidor | Hoy nos desayunamos con dos noticias de impacto: el resultado de las elecciones municipales y autonómicas y sus consecuencias en forma de adelanto electoral para el 23 de julio.

Conviene hacer un pequeño análisis:

Para empezar, el PP ha ganado las elecciones municipales y autonómicas, sin paliativos. Conviene tener en cuenta este punto porque no es lo mismo unas elecciones municipales y autonómicas que unas generales, a pesar de que el PP ha tenido mucho éxito en hacer de esta campaña una especie de referéndum sobre Sánchez y el gobierno en clave nacional minimizando los logros económicos y de empleo y polarizando el mensaje volviendo a revivir a ETA, debidamente motivado por el ¿error? a la hora de configurar las listas por parte de BILDU. ¿Fue un error, de verdad? ¿O formaba parte de una estrategia previa para mediatizar el mensaje y lanzar una proclama interna a nivel de comunidad que permitiera una lucha de tú a tú con el PNV? Esto es motivo, quizás, de otro artículo, pero vamos a centrarnos en lo que nos ocupa por el momento.

La convocatoria electoral marca un sprint último que no sé hasta qué punto podrá permitir que Yolanda Díaz logre “sumar” con Podemos

Por otro lado, la convocatoria electoral marca un sprint último que no sé hasta qué punto podrá permitir que Yolanda Díaz logre “sumar” con Podemos. Es posible que la debacle que se ha producido a la izquierda del PSOE mueva a un pacto lo más rápido posible en especial teniendo en cuenta el proceso de elaboración de listas que se nos viene encima a corto plazo y que, a buen seguro, suscitará controversias entre ambas formaciones.

Este aspecto es vital para conseguir que la izquierda siga ostentando el poder a nivel estatal. El PSOE ha perdido las elecciones, pero la debacle de Unidas Podemos ha debilitado el flanco izquierdo mientras que, a pesar del generalizado desastre de Ciudadanos, Vox ha asumido el liderazgo de esa parte de la derecha que necesita el PP para gobernar. Este punto, más que la bajada en número de votos y cargos políticos obtenidos por el PSOE, es la pieza clave que hay que enmendar para que el gobierno de progreso del país mantenga su vigencia en el tiempo.

Ahondando más en este punto, debemos destacar que los resultados de Vox pueden resultar algo engañosos. No olvidemos que en las generales de abril de 2019 sacaron 24 diputados y solo 7 meses después, en noviembre de 2019, obtuvieron 52 diputados. Entre medias, en el mes de mayo, se celebraron elecciones municipales y autonómicas y Vox no maximizó el poder que podría haber conseguido ya que no entró en prácticamente ningún gobierno autonómico ni local y no logró los resultados que esperaba. Cara a unas elecciones generales, donde Vox parte con 52 escaños, estos buenos resultados locales y autonómicos están en gran medida amortizados, pero conviene ser vigilantes porque, si extrapolamos, nos encontramos con que, efectivamente, PP y Vox pueden sumar mayoría absoluta. Y, recordemos, no es lo mismo un gobierno autonómico o ciudades gobernadas con un partido de extrema derecha, que un gobierno nacional de la importancia del español gobernada por una coalición de partidos de derecha y ultraderecha y más si tenemos en cuenta que España ostentará la presidencia del Consejo de la Unión Europea desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre… Tenemos el ejemplo italiano con Giorgia Meloni, pero no ha pasado por el momento de ocupar de facto la presidencia de la UE como le va a pasar a España próximamente. Y, en caso de ganar las elecciones, Abascal pedirá un papel preponderante como posible vicepresidente en estos meses de 2023 para labrar su figura política y mandar un mensaje de reafirmación de su partido y sus ideales allende nuestras fronteras.

Esto nos coloca en la tesitura de que, probablemente, esta campaña, ya sin dudas de carácter nacional, se va a polarizar a la hora de buscar las mayorías necesarias para gobernar. Ya sabemos cuál es la opción de Feijóo, porque sinceramente, no tiene otras. De los 350 diputados pocos, si no son los de Vox, le van a prestar apoyo para una eventual investidura como presidente lo que deja abierto el mundo nacionalista para que pueda prestar apoyo a Pedro Sánchez para continuar con la senda de acuerdos de los últimos 5 años. En esencia, son estos dos modelos los que se dirimen el 23 de julio.

Un aspecto muy preocupante es la necesaria movilización electoral para que la izquierda pueda ganar en estas elecciones y reactivarse

Un aspecto muy preocupante es la necesaria movilización electoral para que la izquierda pueda ganar en estas elecciones y reactivarse. La fecha de celebración de las elecciones no ayuda en ello, pero es posible que se opte por reactivar una posición hegemónica del PSOE para tratar de absorber lo que quede de Unidas Podemos apelando al voto útil si Yolanda no consigue aunar fuerzas en esta izquierda maltrecha. Los nacionalismos volverán a ser esenciales para comprobar si se consigue revertir la situación de estas elecciones en un cortísimo período de tiempo.

Es vital que Yolanda Díaz y Ione Belarra se sienten a hablar y consigan llegar a un acuerdo en beneficio de todos

Recordemos dos cosas: unas elecciones generales no son lo mismo que unas autonómicas y municipales y la diferencia entre PP y PSOE en número de votos es de 3 puntos, menos de 800.000 votos. Una cuestión clave será cómo se maximicen los votos conseguidos y su conversión en escaños. Es evidente que, una vez desaparecido Ciudadanos, el espacio de la derecha se aglutina en torno al PP y a Vox. El panorama en la izquierda se fragmenta mucho más y, con nuestro sistema electoral, esa división en diferentes partidos impide la conformación de un frente común contra la derecha lo cual minimiza las aspiraciones de revalidar el gobierno. Por eso, es vital que Yolanda Díaz y Ione Belarra se sienten a hablar y consigan llegar a un acuerdo en beneficio de todos. Por otro lado, con los partidos nacionalistas, al estar limitados a un ámbito territorial concreto, pueden maximizar sus resultados y contribuir a la formación de un nuevo gobierno de izquierdas. En resumen, Pedro Sánchez tiene un recorrido importante y mayor que la coalición de derechas que ya ha demostrado hacia donde puede llegar. Se encuentra en máximos. La cuestión radica en la capacidad de sumar y llegar a acuerdos y en esta parte, la izquierda tiene mayores posibilidades.

Por todo lo anterior y, teniendo en cuenta que hay un espacio que ganar y movilizar a la izquierda del PSOE, mantengo lo que resume el titular del artículo: “Aún queda partido”. Pero, depende de la buena voluntad de todos y de la capacidad de movilización.

Aún queda partido