viernes. 26.04.2024
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Este año 2020, en el Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo, que se celebra este 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se centra en abordar el brote de enfermedades infecciosas en el trabajo, prestando especial atención a la actual pandemia de COVID-19.

Según la OIT, dos millones ochocientas mil trabajadores mueren cada año a causa de los accidentes y enfermedades laborales, causadas por las malas condiciones de trabajo.

Se trata también de una “pandemia letal, aunque de otro tipo”, que ya ha causado la muerte a unos 15 millones de personas entre 2010 y 2020, que día tras día acaba con la vida de 7.200 trabajadores diarios, y que, año tras año, suma millones de muertes sin que vaya remitiendo.

Al contrario, las víctimas mortales anuales siguen aumentando: en 2013 las muertes eran 2,34 millones, que pasaron a ser 2,78 millones en 2017. Los dos mayores accidentes laborales de la historia han sucedido en la última década: el de Rana Plaza, en Dacca, Bangladesh, en 2013, en el que fallecieron 1.130 costureras al derrumbarse el edificio en el que trabajaban; y el desastre de Brumadinho, en Minas Gerais, Brasil, en el que unos trecientos mineros –todavía no se sabe con certeza cuantos– fallecieron enterrados tras la ruptura de la balsa de residuos tóxicos que acompaña ese tipo de explotaciones.

La OIT ha difundido un vídeo que incluye declaraciones de Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España y de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, además de la participación de Rosa Santos, directora de empleo, diversidad y protección social de CEOE; Pedro Linares, Secretario Confederal de Salud Laboral de CCOO; Ana García de la Torre, Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT; y CEPYME.

Con ocasión del 28 de abril, la OIT advierte de que podría producirse una segunda ola de propagación del virus si no se garantiza la seguridad de los trabajadores que retomen su labor.

La OIT ha instado a los gobiernos a que tomen medidas encaminadas a prevenir y controlar el COVID-19 en el lugar de trabajo, mediante una colaboración y un diálogo eficaces con organizaciones de empleadores y de trabajadores.

La OIT aboga por garantizar la protección de los trabajadores a medida que se produzca el desconfinamiento

"Todos los empleadores deben llevar a cabo de antemano medidas de evaluación del riesgo y velar por que su lugar de trabajo cumpla estrictos criterios en materia de seguridad y salud, a fin de minimizar el riesgo de exposición de los trabajadores al COVID-19", señala la OIT y advierte de que sin esas medidas de control, "los países corren un riesgo muy elevado de que se produzca un repunte del virus". 

"Únicamente mediante la aplicación de medidas de seguridad y salud en el trabajo podremos garantizar la vida de los trabajadores, de su familia y de las comunidades en su conjunto, y velar por la continuidad del trabajo y la supervivencia en el plano económico", ha señalado Guy Ryder, Director General de la (OIT).

Las medidas de control de riesgos deben adaptarse específicamente a las necesidades de los trabajadores que llevan a cabo una labor de primera línea frente a la pandemia. Entre ellos se encuentran los trabajadores sanitarios, las enfermeras, los médicos y el personal de urgencias, así́ como las personas que trabajan en comercios minoristas de alimentos y en los servicios de limpieza.

La OIT ha subrayado asimismo las necesidades de los trabajadores y las empresas más vulnerables, en particular en la economía informal, así́ como de los migrantes y los trabajadores domésticos. Las medidas para proteger a esos trabajadores deberían incluir, entre otras, actividades de capacitación y formación sobre prácticas de trabajo seguras y saludables, el suministro gratuito de equipos de protección personal, de ser necesario, el acceso a servicios públicos sanitarios y la provisión de medios de subsistencia alternativos.

RECOMENDACIONES DE LA OIT

1º Analizar los peligros y evaluar todos los riesgos de contagio en relación con los procesos de trabajo, y proseguir esa evaluación después de que haya tenido lugar la reincorporación al trabajo.

2º Aplicar medidas de control de riesgos adaptadas a cada sector y a las características específicas del lugar de trabajo de que se trate.

Entre esas medidas cabe destacar:

-la disminución de la interacción física entre trabajadores, contratistas, clientes y      visitantes, y el mantenimiento del distanciamiento físico si se producen interacciones;

-el aumento de la ventilación en el lugar de trabajo;

-o la limpieza periódica de superficies, a fin de garantizar la desinfección e higiene del lugar de trabajo, y el suministro de instalaciones adecuadas para el lavado de manos y la higienización;

-o la entrega de equipos de protección personal a los trabajadores, de ser necesario sin costo alguno.

3º Establecer disposiciones relativas al aislamiento de personas susceptibles de haberse visto contagiadas y al análisis de otras personas con las que hubiera podido estar en contacto;

4º Brindar apoyo en materia de salud mental a los miembros del personal; y

5º Ofrecer actividades de capacitación y formación e información sobre salud y seguridad en el trabajo, en particular en relación con prácticas higiénicas adecuadas y la implantación de controles en el lugar de trabajo (incluidos equipos de protección personal).

2,8 millones de trabajadores mueren al año en el mundo por accidente o enfermedad laboral