viernes. 19.04.2024
GOB

A muchos patriotas de postín hemos oído por tierra, mar y aíre; por activa, pasiva y perifrástica la necesidad imperiosa de formar un gobierno para evitar unas terceras elecciones. Parece que ya lo tenemos. Un gobierno de coalición a nivel estatal por primera vez en nuestra democracia postfranquista. Ya defendí en este mismo medio la conveniencia de un gobierno de coalición que hubiera evitado la repetición de las elecciones.  El artículo de 26/7/ 2019 llevaba el título de Consideraciones sobre la esencia, el funcionamiento y génesis de los Gobiernos de Coalición. Entre otras ideas expresaba: “Gobernar en coalición exige más pericia política, un mayor dominio del arte de la política y, sobre todo, el establecimiento de pautas de comportamiento interno, en el seno de la coalición. Un GC debe incrementar la comunicación entre gobernantes y gobernados teniendo en cuenta una opinión pública progubernamental con criterios dispares, exigir a los miembros del gobierno protocolos muy claros para la comunicación de políticas, diseñar criterios para gestionar posibles crisis de gobierno, crear órganos plurales de coordinación de la acción de gobierno, clarificar las relaciones entre el gobierno y los grupos parlamentarios que lo apoyan… Un GC no son dos gobiernos, es uno solo, del que pueden formar parte dos o más partidos políticos… Gobernar en coalición permite expresar mejor los principales valores de la democracia. Compartir responsabilidades de gobierno con otras formaciones es una apuesta decidida por el pluralismo político, ampliando así la base social del gobierno. Como efectos de estas dinámicas coaliciones del poder compartido, la sociedad obtiene mayores explicaciones sobre la acción de su gobierno, se percibe una mayor sensibilidad gubernamental hacia sus reivindicaciones, los ciudadanos se interesan más por la política y la sociedad, en su conjunto, gozará de mayor salud democrática. Los factores que condicionan la formación de GC se encuentran muy vinculados con el fortalecimiento del sistema democrático”.

Ya tenemos Gobierno de Coalición. Práctica política muy extendida en Europa. Pero, mira que se lo han puesto difícil los patriotas de determinados partidos políticos y determinados medios. Yo no sé quién acuñó aquel desdichado nombre de gobierno Frankestein ¿Cómo puede denominarse con ese epíteto a un gobierno formado o apoyado por fuerzas políticas, que han sido electas por la ciudadanía española tras unas elecciones generales?

Que esta derecha tan patriótica dé muestras de tal desesperación, debería ser una señal inequívoca para Sánchez e Iglesias de que van en buena dirección

Las críticas a la formación del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos por parte de la derecha política y mediática se han basado, según su relato,  en considerar que la negociación para la abstención de ERC, era una traición y una infamia a todos los españoles; y por supuesto un ataque a nuestra Constitución. Deberían leer más nuestra Constitución. No solo el artículo 2º: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Les recomiendo, no menos importante, el artículo 1º: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. ¿Cuánto han contribuido a aumentar las desigualdades en España estos años atrás las políticas del PP con el apoyo de Ciudadanos?  Y quiero referirme al pluralismo político, que les cuesta entender a esta derecha patriótica española. Vamos a ver, ¿los 869.964 votantes, y los 13 diputados de ERC no salieron de las elecciones generales celebradas en España el pasado 10-N? ¿Tendrán la misma legitimidad que el resto de las fuerzas políticas?  Y si la aritmética parlamentaria a ERC le ha proporcionado un determinado papel protagonista a la hora de formar un gobierno, ellos no son culpables. En una democracia auténtica, ¿tendrán derecho a plantear en una negociación sus propuestas políticas? Como hacen el resto de las fuerzas políticas.

Estoy plenamente convencido que esos ataques furibundos de la derecha política y mediática a la negociación con ERC para formar gobierno son totalmente mendaces. Y son mendaces, porque saben perfectamente que el gobierno presidido por Sánchez nunca podrá llevar a cabo una acción política que vaya contra la Constitución. Otra cosa es que para encauzar el conflicto político catalán, y también español, esté abierto a reformar la Constitución. La Constitución siempre es reformable según unos trámites. Pero esa derecha sabe que para cualquier reforma su conformidad es imprescindible. Lo que realmente le preocupa a la derecha política y mediática, es el programa de PSOE-Unidas Podemos. Esto es lo que de verdad les preocupa. ¿Por qué? Porque es un programa que podría situarse en unos planteamientos claramente socialdemócratas. En absoluto, radicales, populistas, ni comunistas.

¿Cómo es posible que un programa socialdemócrata se considere hoy radical, populista o comunista? Tiene una explicación. La imposición de la hegemonía neoliberal ha criminalizado cualquier planteamiento socialdemócrata. ¿La hegemonía neoliberal cómo se ha impuesto? Según Xavier Domènech, al final de la II Guerra Mundial en Europa occidental la hegemonía fue la socialdemócrata, impregnada de la teoría económica keynesiana. Toda hegemonía implica una alianza, un pacto social de clases, donde una de ellas detenta la supremacía hasta tal punto que consigue convertir su proyecto de clase en un proyecto, que es percibido ya no como de clase, sino como el común y extensible a todas ellas y a toda la sociedad. Este proceso de construcción de la hegemonía, implica una operación cultural compleja, mas tiene una base consensuada y presupone un pacto social. El neoliberalismo dinamitó el pacto social, socialdemócrata, posterior a la II Guerra Mundial, realizado entre la democracia cristiana y la socialdemocracia, que estuvo vigente hasta los años setenta del siglo XX. Si hoy se ha convertido en hegemónico el neoliberalismo, son tan responsables los que lo han preconizado, como los que lo han consentido y asumido. En definitiva, se ha producido un pacto social. Mientras se expandía el neoliberalismo, ¿no gobernaban los González, Mitterrand, Blair, Schroeder, ZP-? Y sin embargo, los que autodenominan socialdemócratas aducen que los neoliberales son siempre los otros, los gobiernos conservadores, los grandes grupos financieros, mediáticos o políticos; pero no ellos. Thatcher será un demonio, pero su pensamiento late en muchos corazones de una socialdemocracia que dejó de creer y de defender a las clases populares, y se formó en varias décadas en el pensamiento neoliberal hasta hacerse totalmente inservible como alternativa. Por ello, ya no sabe cómo emprender un nuevo camino al margen de todo aquello que ha asumido. Lo que empezó como una lucha de clases, iniciada e impulsada por las clases altas, transformándose en un nuevo pacto de clases, se convirtió finalmente en una nueva hegemonía, la neoliberal, que no solo afecta a los partidos de la derecha, sino también a los de la izquierda, e incluso, todavía más, a todos nosotros.

Por eso para Sánchez e Iglesias salir de esa hegemonía asfixiante del neoliberalismo para poner en marcha su programa socialdemócrata no será tarea fácil. Porque en esa imposición neoliberal las élites económicas han contado desde los años 70 con la ayuda mendaz de los escuderos de la derecha: think tanks creados y financiados por grandes corporaciones, la mayoría de la clase política, la academia, los medios de comunicación (COPE, Onda Cero, ABC, La Razón, El Mundo,  Antena3, Telecinco… )Y actualmente las élites económicas siguen contando con esos mismos escuderos.  Lo podemos constatar por las voces tronitronantes y desesperadas en esta España nuestra de la derecha política y mediática. Nada más hay que ver los comentarios de los Casado, Abascal e Inés Arrimadas. Sobre esta señora, no me resisto a hacerle una pregunta: ¿no ha aprendido nada? Sigue con el mismo discurso de Albert Rivera. Así dinamitará a su partido. ¿Es eso lo que pretende? Y si nos fijamos en los titulares de la prensa de derechas, entre ellos La Razón, ABC, El Mundo,  son truculentos.  Y en las soflamas de los Carlos Herrera…

Que esta derecha tan patriótica dé muestras de tal desesperación, debería ser una señal inequívoca para Sánchez e Iglesias de que van en buena dirección. Esta mañana tomando un café en un bar de mi ciudad, Zaragoza, me he tomado la licencia de hacerles una recomendación y una pregunta a dos vociferantes y encolerizados conciudadanos por el pacto de PSOE-Unidas Podemos. La recomendación era que se leyeran el contenido del pacto. Y tras su lectura, la pregunta: ¿qué propuesta hay que no vaya en beneficio de la gran mayoría de la población?  No obstante, les he recordado algunas de ellas: el control de los alquileres, la rebaja del recibo de la luz, la derogación de los artículos más lesivos para los trabajadores de la reforma laboral del PP, el incremento de los impuestos a las rentas altas, planes para combatir la violencia de género, combatir y corregir el cambio climático… He comprobado que no se lo habían leído. Eso sí, uno de ellos estaba encolerizado porque en el pacto del PSOE con el PNV se abre la posibilidad de participación  de Euskadi en competiciones deportivas a nivel internacional, claro está su preocupación era del futbol. Y le he replicado que en el Reino Unido, participan ya en competiciones internacionales las selecciones de País de Gales, Escocia… Y la respuesta ha sido da tal contundencia que no he podido replicar. Ahí va la respuesta: Ah pero allí es una isla. Perfecto.

¡Cuánto cabrea a la derecha patriótica este gobierno de PSOE-Unidas Podemos! Buena señal