viernes. 29.03.2024
loteria

Como cada año, la primera cita navideña señalada en el calendario es la del próximo domingo, 22 de diciembre, cuando se celebrará el tradicional sorteo de la Lotería. Un día en el que, como ya dijimos la semana pasada, a Hacienda le tocarán 175 millones de euros por la tributación de los premios, 13,6 millones menos de los que se embolsó en el sorteo de 2018 como consecuencia del incremento del mínimo exento. Y un día en el que los premiados deben tener en cuenta una serie de consideraciones.

Sobre todo por la cantidad de cestas, regalos y otros tantos obsequios que se concederán en línea con los números premiados en el bombo. Presentes que tributan como un incremento de patrimonio en la escala general del IRPF, por lo que el valor debe sumarse al resto de rendimientos percibidos durante el año a la hora de hacer la declaración, deduciendo la retención o el ingreso a cuenta, salvo las cestas que las empresas distribuyen a sus empleados que se consideran rentas del trabajo en especie.

Cualquier premio superior a los 300 euros obliga a practicar una retención del 19%

De esta manera, cualquier premio –distinto de las Loterías, ONCE y Cruz Roja- superior a los 300 euros obliga a practicar una retención del 19%, que debería ingresarse en Hacienda. Si el premio fuera en efectivo, como ocurre en algunos concursos televisivos, el ganador recibirá el dinero una vez descontada la retención. Pero si se entrega en especie, el importe íntegro sobre el que se aplica la retención será la suma de la "Valoración" y el "Ingreso a cuenta", excepto si el importe de este último fue repercutido al ganador.

Por otra parte, en estas fechas es bastante habitual compartir décimos y participaciones con familiares y amigos. Pues bien, en caso de resultar afortunados, quien cobre o deposite el premio debe indicar en ese instante la identificación de todos los partícipes del mismo para aclarar el consecuente reparto de los premios.

En este sentido, si se comparten décimos y participaciones de los tres primeros premios, sometidos al gravamen especial, la Sociedad estatal de Loterías y Apuestas del Estado atribuirá a cada partícipe la parte proporcional del premio menos la retención, aunque el abono pueda llegar a la cuenta del depositario. Sin embargo, si un premiado, en un alarde de generosidad, quisiera regalar un pellizco a otra persona, las arcas públicas podrían enriquecerse porque el beneficiario deberá declarar la donación recibida en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en la Comunidad autónoma donde resida.

Finalmente, los afortunados deben tener especial cuidado en revender décimos premiados a personas o intermediarios interesados en blanquear dinero, pues podrían estar incurriendo en un delito de blanqueo de capitales. Es verdad que el impuesto de Loterías dificulta el blanqueo al detectarse mejor el cobro repetitivo de premios por una misma persona, pero no acaba con esta práctica, dado que los defraudadores pueden tratar de lavar importantes cantidades de dinero comprando varios décimos premiados en una localidad a cambio una comisión.

Dicho lo cual, suerte de cara al sorteo de la Lotería. Y ¡Feliz Navidad!

¿Qué debe tenerse en cuenta de cara a la Lotería de Navidad?