1.682.000 personas (el 10% de la población asalariada) ha trabajado desde sus domicilios de forma ocasional o habitual durante el tercer trimestre de 2021, según un informe elaborado por CCOO en base a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Año y medio después del inicio de la pandemia, el teletrabajo se consolida en el mercado laboral y cada vez son más las empresas y organizaciones que optan por esta fórmula como complementaria al trabajo presencial.
Tradicionalmente, el trabajo desde casa tenía más peso entre los autónomos (un 30% de la población que trabaja por cuenta propia), mientras que entre la población asalariada era prácticamente testimonial (un 4%). La primera ola de la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, disparó el teletrabajo hasta el 17% (2,63 millones), un alto porcentaje que obligó al Gobierno a regularlo por ley.
El informe recoge que de ese 1,7 millones de personas que teletrabajan, 1,1 millones (65,4%) lo ha hecho de forma habitual y 582.000 (34,6%) de forma ocasional.
Las mujeres concentran más de la mitad del teletrabajo en España (el 52%): hay 883.000 mujeres y 799.000 hombres asalariados que trabajan en su domicilio. Además, 6 de cada 10 trabajadores tiene entre 35 y 54 años, siendo menor en las franjas de edad más jóvenes y elevándose el porcentaje a medida que aumentan los tramos de edad.
Aunque el trabajo en el domicilio ha aumentado en todas las comunidades autónomas, Madrid y Catalunya son las comunidades autónomas donde más se concentra esta fórmula, con el 54,3% del total, y elevándose hasta el 60% entre la población que teletrabaja habitualmente.
Un 19% de la población asalariada de Madrid y un 13% de la de Catalunya trabajaron desde su domicilio en el tercer trimestre de este año.
El informe destaca que el teletrabajo es especialmente reducido en La Rioja (4%), Cantabria (4%) o Navarra (5%).
Por sectores, información y comunicaciones encabeza el teletrabajo con el 49% con 300.000 personas. Le siguen actividades financieras y seguros (28%); actividades profesionales, científicas y técnicas (26%) y educación (23%).
Por el contrario, la incidencia del teletrabajo es muy reducida entre la población asalariada de la agricultura y ganadería (1%), hostelería (1%), sanidad y servicios sociales (3%) o construcción (4%).
En comparación con nuestros vecinos europeos, España sigue teniendo un menor peso de teletrabajo que la media de la UE y eso, pese al avance experimentado durante la pandemia. El informe recoge que, en 2020, trabajó desde su domicilio el 18% de la población asalariada de la Unión Europea, el 20% de la Eurozona frente al 12% de España.
El peso del teletrabajo entre el empleo asalariado alcanza su máximo en 2020 en Países Bajos (36%) y Finlandia (36%), seguidos de Dinamarca (33%), Bélgica (29%), Francia (26%), Austria (25%), Portugal (22%), porcentajes muy superiores al ya citado de España (12%), señala el estudio de CCOO.
El sindicato subraya que el menor desarrollo del teletrabajo en España en comparación a otros países de nuestro entorno “es reflejo, en parte, de la asentada ‘cultura’ empresarial del presentismo en España, que se traduce en la ‘necesidad’ de acudir físicamente a los puestos de trabajo y mantener un mayor control presencial de los trabajadores”.
