jueves. 18.04.2024
guardia civil bebe inmigrante
Foto difundida por la Guardia Civil.

El empoderamiento de la ultraderecha hizo aflorar las peores miserias de la condición humana; y que a estas, al naturalizarse y fundirse en la maraña de realidades mediáticas, se convirtieran en sentido común para quienes vuelcan su odio en los más vulnerables. La crisis migratoria en Ceuta ha dejado en estos días algunas estampas que condensan la gravedad de la situación por la que atraviesan miles de seres humanos todos los días y en diversas partes del mundo. Un buzo de la Guardia Civil sostiene a un bebé, lo rescata de las aguas del Mediterráneo para impedir que muera ahogado. Estamos hablando de Europa en el siglo XXI. Estamos hablando de los estragos de la guerra, del hambre, de la miseria; pero también del expolio que la Comunidad Europea ha perpetrado en los países de procedencia de los migrantes.   

La labor de los rescatistas, su compromiso con una causa tan justa como noble, representa un soplo de aire fresco en un mundo en donde la empatía ya no cotiza alto. Pero entre las muestras de solidaridad se ha colado el ladrido fascista, la voz de guerra de los odiadores de la vida que no dudaron en hacer gala de la más repugnante de las actitudes. El abrazo de una joven de Cruz Roja a un migrante en la playa de Tarajal es una postal que impacta en las sensibilidades y obliga a reflexionar acerca de una tragedia que tiene responsables con nombres y apellidos. Pero esa muestra de respeto y dignidad ha desatado la ira de esa facción cobarde de la sociedad que odia al pobre, que ha borrado de su memoria la fragilidad de aquella Europa hambrienta de no hace tantos años. “Te lo quieres follar”, “Lo vas a pagar caro”, “Europa no es una ONG”, fueron algunos de los comentarios que en sus redes sociales recibió la joven integrante de Cruz Roja. Estamos hablando de Europa en el Siglo XXI.

En septiembre de 2017 la Real Academia incluyó en el diccionario de la lengua española la palabra Aporofobia, que la Fundación del Español Urgente designó como palabra del año. El concepto surge a partir de los términos griegos áporos (sin recursos), y fobos (temor, pánico). Adela Cortina, filósofa española creó la definición del odio a los pobres, poniéndole nombre a ese fenómeno que a ocurre todos los días y que es fogoneado desde las pantallas de televisión: El miedo, la aversión, el rechazo a los pobres que viene encadenado a la criminalización de la solidaridad, a la naturalización de los sentimientos más bajos y repugnantes de nuestra especie. Y estamos hablando de Europa, en el siglo XXI.

ceuta

Una joven de Cruz Roja consuela a un inmigrante. (Foto tomada de Público)

Estamos hablando de Europa