martes. 19.03.2024
diaz ayuso
Isabel Díaz-Ayuso en una imagen de archivo

Mientas se desarrolla y expande la pandemia, la Sra. Ayuso (Isabel Díaz Ayuso, IDA) no ha perdido el tiempo, y no se ha dedicado precisamente a adoptar medidas para controlar los contagios y reforzar la Sanidad Pública sino a favorecer los intereses empresariales de sus amigos.

Hace tiempo el Roto publicó dos viñetas que son premonitorias y explican muy bien la situación. En una de ellas un ave carroñera señalaba Las épocas de desastres son épocas de grandes oportunidades* y en la otra desde lo alto de una rascacielos, se supone que una oficina de “alto standing” una voz decía La perspectiva engaña: lo que hay abajo veis como un desastre desde aquí arriba se percibe claramente como una gran oportunidad**. Que gran premonición sobre el comportamiento de IDA

Vayamos a los hechos:

Cuando la pandemia se hace ya ingobernable, IDA abre el hospital de IFEMA (después de que el PP llevase 10 años cerrando camas en los hospitales públicos de la Comunidad), lo que su escudero definió como “un hito en la historia de la sanidad mundial”. Para ello, su puesta en funcionamiento, mantenimiento y posterior cierre utiliza los servicios de empresas privadas, y cuando se cierra, una decisión precipitada y claramente errónea, se comienza a derivar los enfermos que antes recibía el IFEMA, es decir los que estaban en situación estable y menos graves, a los centros privados. Paralelamente se abren los denominados “hoteles medicalizados”, que en realidad eran hoteles para el aislamiento de pacientes asintomáticos u oligosintomáticos.

En el medio decide hacer un más que cuestionable hospital de infecciosos en Valdebebas, y lo pone en marcha mediante contrato con 14 empresas privadas, en lugar de abrir, lo que habría sido más rápido y menos costoso las 1.600 camas que cerraron en los centros de gestión pública o los espacios no utilizados en los hospitales de Esperanza Aguirre (por ejemplo la torre 4 de San Sebastián de los Reyes), o el antiguo hospital de Puerta de Hierro. Además, el nuevo hospital que supuestamente iba a abrirse en octubre ya se demora en principio hasta fin de año e incluso hay unas declaraciones de la Consejería de Sanidad que señalan que se utilizaría como almacén centralizado.

Cuando empiezan los rebrotes, IDA que había prometido 600 rastreadores para pasar de la fase 2, y que reconoce en julio que solo tiene 181, después de rechazar 100 rastreadores gratuitos que le ofrece el ayuntamiento de Madrid hace un contrato de ¡22 rastreadores! Con Ribera Salud, y paralelamente comienza a hacer PCR a población general, de dudosa utilidad, mientras que las que se realizan a contactos tienen demoras de entre 4 y 8 días, cómo no, mediante un contrato con la misma empresa privada, a la que por cierto también se encargan las pruebas que se realizan al profesorado en unas condiciones abracadabrantes (largas colas, hacinamiento, etc), y se vuelven a contratar con hoteles. Para seguir la linde, se descubre que la concesionaria de los laboratorios de los hospitales PFI que inauguro Esperanza, está derivando pruebas PCR a los hospitales públicos, obviamente a coste 0.

Todo ello, y lo que no conocemos, se ha hecho sin concurso alguno, en contratos por motivos de urgencia, hechos a dedo con empresas amigas, y mientras se racanean fondos para la Sanidad Pública, un buen ejemplo son los rastreadores no contratados o el nunca realizado refuerzo de la Atención Primaria, aunque es posible que en la “neolengua” se considere como tal el cierre sistemático de centros de salud y/o la reducción de los horarios de atención, y la ausencia de refuerzos de personal en los hospitales públicos. Por cierto si algún día se abre el nuevo hospital de Valdebebas, ¿con que personal se hará?, porque hasta ahora no hay ninguna previsión de contratación y un hospital sin personal solo es un edificio vacío, quizás por eso se ha insinuado lo de convertirlo en un almacén de material.

Otro aspecto interesante es la capacidad de IDA y su escudero para encubrir los hechos mediante anuncios sistemáticamente incumplidos, de un IFEMA con 5000 camas se pasó a uno con menos de 2.000, de 600 rastreadores a 181, de refuerzos en AP a cierre de centros… Mientras tanto anda muy preocupada por los contagios provenientes de Barajas que se han demostrado irrelevantes, y con posados de luto, funerales católicos y otras escenificaciones con la evidente intención de despistar a los medios y al personal, y procurar así que pase desapercibida su desastrosa gestión de la pandemia, y su retraso en tomar medidas eficaces para la contención del virus.

Hay una versión que mantiene que IDA es un ejemplo viviente de aquello de que la estupidez humana es infinita, que decía Einstein, pero yo no lo creo, es obvio que tiene su punto y que el desparpajo que la caracteriza la pierde en ocasiones, pero toda su actuación en esta pandemia evidencia que lo que desde aquí abajo, desde la población y los centros sanitarios, vemos como un desastre, ella es capaz de convertirlo en una gran oportunidad, para la privatización sanitaria, para las empresas privadas y para sus amigos. 

Mientras sigan siendo los irresponsables gestores de la Sanidad madrileña nuestra salud estará en peligro. Es urgente que se vayan.

Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

*Viñeta El Roto
**Viñeta El Roto

Las “grandes oportunidades” sanitarias de la señora Ayuso