jueves. 28.03.2024
covid madrid

La situación de la Comunidad de Madrid en la gestión del coronavirus Covid19 es preocupante, porque se esta produciendo una saturación de los servicios sanitarios, especialmente las urgencias. En este contexto la presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado varias medidas “estrella” que se han planteado más como “marketing” para su venta en los medios que como medidas eficaces para abordar la situación con contundencia.

Primero hay que ser conscientes de que la Sanidad Pública madrileña ha sufrido durante años los resultados de una política neoliberal que ha propendido a disminuir la importancia del sistema sanitario público y favorecer al sector privado a costa de los presupuestos públicos que, de entrada, han sido raquíticos y en disminución en los últimos años (La Comunidad de Madrid ha destinado a la Sanidad 10.800 millones € menos entre 2010 y 2019 que el promedio per capita de las CCAA, y tiene en este año el 2º menor presupuesto sanitario per capita de todas ellas). Los resultados son bien conocidos: hay 1.950 camas hospitalarias y 3.000 trabajadores sanitarios menos, en una comunidad autónoma que ha aumentado su población, por otro lado, la Atención Primaria ha sido especialmente castigada (es la 1ª entre las CCAA en tarjetas sanitarias por enfermera, pediatra y administrativo y la segunda en cuanto a medicina de familia). Algo especialmente importante, mas en momentos como el actual, es la ausencia de camas de media y larga estancia (existen 0,15 camas/1000 habitantes frente a 0,31 del conjunto del país y 1,4 de la UE), en este entorno además hay un hospital (el antiguo Puerta de Hierro) que permanece años cerrado (400 camas) a pesar de haberse prometido en 4 ocasiones su apertura como centro de media y larga estancia. Como también lo es que con el pretexto de “optimizar la gestión” de los consumibles sanitarios (entre ellos las mascarillas, batas de aislamiento, etc) se redujeran los stock del equipamiento que existía en los centros sanitarios y que explica en parte las carencias de este material en una situación de crecimiento agudo de la demanda.  Y podrían señalarse un largísimo etc. más de despropósitos llevados a cabo por el PP madrileño en su empeño continuado para destruir la Sanidad Pública y favorecer los negocios sanitarios privados.

Los costes de adaptación de un hotel a su supuesta medicalización serían muy elevados y su implementación en el tiempo se demoraría bastante

La puesta en funcionamiento de “hoteles medicalizados” en la región ha sido una de estas propuestas, propuesta que no tiene en cuenta las diferencias estructurales que existen entre un hospital y un hotel, el primero dedicado al diagnostico y tratamiento de enfermos, el segundo a alojar con comodidad a los huéspedes según la RAE. Un hotel obviamente carece de gases medicinales en las habitaciones, de camas adaptadas a moverse con enfermos, de ascensores donde caben personas encamadas y con aparataje sanitario, la ausencia de controles en las plantas, por no señalar al personal que, en los hoteles, obviamente carece de cualificación para atender a personas enfermas y con necesidades de cuidados sanitarios. Es decir, los costes de adaptación de un hotel a su supuesta medicalización serían muy elevados y su implementación en el tiempo se demoraría bastante, salvo claro esta se opte por la chapuza para hacerse la foto, ¿se acuerdan de la Sra Aguirre con su incubadora y su falso personal sanitario ambulante escenificando “inauguraciones” de hospitales que se abrieron realmente muchos meses después?

Un caso distinto son las residencias, algunas de las cuales, las pensadas para personas con alto grado de dependencia, si pueden reunir condiciones para una transformación más o menos rápida ¿pero que pasara entonces con las personas que actualmente están en ellas?

Una buena alternativa, que también se menciona es la de potenciar la atención domiciliaria, por cierto nada nuevo porque es un “leiv motiv” de la administración hace años, pero resulta que en la comunidad de Madrid hay 4 equipos de atención domiciliaria y con ellos es imposible dar asistencia a 6,6 millones de personas, ya son pocos para atender solo a la ciudad de Madrid, a toda la Comunidad es imposible, se precisarían como mínimo una veintena distribuidos por el territorio de la región, y evidentemente en eso no se esta avanzando.

Otra cuestión ha sido la desastrosa gestión del teléfono específico para atender al Covid19 al que se recomienda llamar en lugar de acudir al médico ante la presencia de síntomas y cuyo colapso y desatención fomento la presencia en urgencias de muchas personas.

Por fin tenemos el sector sanitario privado, y ahí también debe de puntualizarse, en Madrid hay mas hospitales privados que públicos, según la presidenta Ayuso, 61 (44 según el Catálogo de Hospitales), pero el número de camas es netamente inferior, el 27,72%, porque muchos de ellos son muy pequeños y tienen unas condiciones, de personal y equipamiento, muy limitadas y en poco pueden contribuir a atender a enfermos graves, aunque evidentemente esta bien que, si es necesario, puedan utilizarse para el servicio público.

Que la Sra. Ayuso haya puesto al frente de la respuesta a la crisis a Antonio Bargueño y que su consejero de Hacienda sea Javier Lasquetty no hace prever nada bueno, porque han sido 2 de los artífices de las medidas de privatización y recortes de la Sanidad Pública que han disminuido su capacidad de respuesta en momentos de crisis como el actual, y han demostrado sobradamente que anteponen los intereses del sector privado sobre los de la salud de la población. Hay que cambiar de política y de políticos, necesitamos una apuesta contundente y mantenida sobre unos servicios públicos de calidad porque son la garantía de una respuesta eficaz y de calidad, para todos y todas, especialmente para los que no huimos a escondernos en Marbella en urbanizaciones de lujo cuando llega un momento de peligro.


Marciano Sánchez Bayle, Presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

Un hotel no es un hospital