viernes. 11.10.2024
Miguel Tellado y Alberto Núñez Feijóo
Miguel Tellado y Alberto Núñez Feijóo

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El pasado 20 de septiembre un titular de El País decía lo siguiente: “EL PP y Maduro acusan a Sánchez de dar un golpe de Estado con y contra el régimen”. Son dos ejemplos paralelos de la hipérbole en el discurso político. Los que han seguido la trayectoria de Maduro no han de extrañarse del empleo de la hipérbole como también la empleó su antecesor, Chaves. Pero a un político europeo como Núñez Feijóo habría que pedirle más contención. Es cierto que en la derecha se ha asentado la hipérbole, como se ve en Trump, en Milei y en Díaz Ayuso, pero un político que aspira a gobernar España ha de actuar con más contención.

El problema es que Núñez Feijóo parece estar a gusto con la crítica desbocada e irreflexiva. Se ha visto recientemente al criticar la decisión del Tribunal Constitucional de estudiar si inadmite los recursos de inconstitucionalidad de los Gobiernos y de los Parlamentos autonómicos contra la Ley de amnistía, cuando el artículo 32.2 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional restringe los recursos de inconstitucionalidad de los Gobiernos y de los Parlamentos autonómicos a aquellas leyes “que puedan afectar a su propio ámbito de autonomía”. Un jurista medianamente informado ha de conocer esta restricción y las Comunidades Autónomas nunca deberían haber presentado recursos de inconstitucionalidad, pues para combatir la Ley de amnistía basta el recurso de los Diputados del Partido Popular. Pero ante la opinión pública tenían que dar la imagen de un frente común autonómico contra la amnistía. Por eso es grave e inadecuado que el presidente del Partido Popular proteste con intensidad contra una regla que está en nuestro ordenamiento desde 1980.

La derecha no soporta estar fuera del Gobierno, que cree tener reservado por un derecho natural. Y cuando no detenta el Gobierno utiliza toda su artillería propagandística

Siguiendo con la hipérbole, el mismo Núñez Feijóo ha calificado como franquista las previsiones de trasparencia de la prensa que contempla el recién aprobado Plan de Acción por la Democracia. A este respecto, conviene recordar una anécdota que está en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. A principios de 2021 un alto cargo del Ministerio de Cultura y Deporte acudió ante la Comisión de Cultura del Congreso para informar sobre el proyecto de Presupuesto de su Departamento. A pesar de que la cuestión no respondía al orden del día de la convocatoria, un Diputado del Partido Popular se quejó de que la Filmoteca Nacional había programado un ciclo de películas dedicado a la Segunda República y, ante tan desconcertante queja, el alto cargo del Ministerio les dijo que parecían franquistas por quejarse por informar sobre el cine del período republicano. El escándalo que se produjo en la Comisión de Cultura fue muy intenso por atribuir la condición franquista a un Diputado del Partido Popular. De modo que esa cualidad de franquista, que tanto dolió al parlamentario popular, podía recordarla Núñez Feijóo y contenerse en sus acusaciones contra el Gobierno y su presidente.

El problema, como tantas veces hemos comentado aquí, es que la derecha no soporta estar fuera del Gobierno, que cree tener reservado por un derecho natural. Y cuando no detenta el Gobierno utiliza toda su artillería propagandística, hipérboles incluidas, para desprestigiar al Gobierno que no es el suyo. Y por eso Núñez Feijóo nombra Portavoz de su Grupo Parlamentario a un hooligang como Miguel Tellado y da protagonismo en el Parlamento Europeo a otra hooligang como Dolors Montserrat. Por eso, mientras el Partido Popular esté en la oposición le veremos acusando al Gobierno de todos los males posibles y siempre con la técnica de la hipérbole, la desmesura y la agresión.

La constante hipérbole del Partido Popular