jueves. 18.04.2024
pere aragones
El president de la Generalitat, Pere Aragonès.

Por David Buxens | Finalmente, se produjo la investidura de Pere Aragonès, no sin esfuerzo y con renuncias en favor de unos socios muy mal avenidos desde hace por lo menos un lustro con la formación que dirige desde LLedoners, Oriol Junqueras. Todo el universo republicano giraba en torno al pacto prioritario con la CUP, pero la formación capitalista, como hasta el más despistado conoce, sólo persigue crecer a costa de un desgaste palpable de ERC, atrayendo hacia sí a los más reaccionarios de la formación republicana.

A ERC hay que concederles, eso sí, que desde que se constituye la “Mesa de Diálogo” con el Gobierno Central siempre han estado sentados y han hecho propuestas. En cambio, y cito a Gabriel Rufián: “Divergencia, o como quieran llamarse ahora son los que ni siquiera quieren saber nada de diálogo y eluden construir para el beneficio social”. Todo ello se deduce de un plantón de la Presidenta del Parlament y segunda autoridad en territorio catalán, la investigada por supuestamente trocear contratos en favor de un amigo cuando dirigía el Institut de les LLetres catalanes, la inefable Laura Borràs.

Dicho lo cual hemos sabido que la oportunidad de diálogo para superar la crisis social, económica y de desarrollo provocada por un procés en el que ni sus promotores creían, está ahí, eso sí previa renuncia de Oriol Junqueras a una unilateralidad que sólo se conseguiría a través de seguir mintiendo con los datos y un buen cristiano no se lo puede permitir, ya que es pecado, ¿Verdad Oriol? y un Gobierno Central que acaba de aprobar en Consejo de Ministros la concesión de indultos parciales para los nueve políticos encarcelados, con la correspondiente inhabilitación política. Para las derechas reaccionarias de nuestro país, esto supondrá poder seguir encendiendo la peligrosa división social para desgastar al Gobierno de Coalición cuando parece respirar tras el abandono de un Pablo Iglesias más preocupado por su ego como “prima ballerina” de la formación de la que fue parte importante pero no única en su proceso de creación.

Este “proceso de deshielo” se va a ver amenazado por los ruidos y gesticulaciones de siempre, de los que temen que un proceso de federalización de nuestro país, les lleve a tener que mostrar sus hondas carencias, reinventarse en partidos políticos compatibles con la realidad europea, moderar el discurso o desaparecer. Es el caso de los de la foto de Colón 2.0 con Arrimadas y sus carteles, sí, pero su inacción su falta de propuestas y su permanente apego a la ultraderecha invalidan un futuro crecimiento como ya ha evidenciado la ciudadanía en las últimas elecciones. Luego tenemos a un Casado que ya no sabe a quién más engañar para que el pueblo español se desinforme de la gran estafa que ha supuesto el PP, partido sistémicamente corrupto en una época de la que el propio Casado era parte activa y por cargo, necesariamente conocedora. Finalmente, tenemos a VOX quienes en sesión parlamentaria defendieron que a aquellos que pregonaban que se pueda “fusilar a veintiséis millones de rojos.” Esa es su gente.

Del otro lado tenemos a los que imponen que “sólo los que se expresan en català pueden ser tenidos como ciudadanos de primera” (Borràs), los que el Lunes 21 de Junio se manifestaron en favor de que no hayan indultos y de que Junqueras permanezca en prisión (ANC convoca) y los que siendo mediocres y sicóticos necesitan una cámara para celebrar que el Tribunal de Justicia Europeo ha suspendido la medida cautelarísima que a su vez suspendía la condición de europarlamentarios de Puigdemont, Comín y Ponsatí.

Ante esta situación, el partido que resultó vencedor de las pasadas elecciones autonómicas, el PSC de Salvador Illa, ha tomado tres medidas que entiendo fundamentales para el futuro de Cataluña, la primera y más importante, abrir una Oficina Parlamentaria al frente de la cual estará un gestor de sobrada experiencia y eficiencia como es Ferrán Pedret y mediante la cual todo interesado puede dirigir sus propuestas, quejas e inquietudes en un amplio abanico de materias: Economía, Cultura, Educación, Cambio Climático, Salud… esta primera medida enlaza con la segunda, crear “un gobierno en la sombra” que conteste a toda inacción del Govern conducido por Pere Aragonès y obligue principalmente a los republicanos a rendir cuentas y presentar programa de Gobierno, cosa que hasta hoy no se han visto obligados a hacer. Esto supone un cambio respecto a la legislatura anterior en la que el principal partido de la oposición, Ciutadans, más pendiente de la performance que de hacer oposición, perdió una oportunidad de ser un partido necesario. Esto no parece que vaya a suceder esta vez, con un PSC dispuesto a obligar a la coalición de gobierno a cumplir con sus funciones y exigiendo a una ERC que se sigue alineando con una derecha reaccionaria y trumpista y pierde crédito cuando era más sencillo y tenía un mejor encaje además de una mayoría superior una coalición de izquierdas presidida por Salvador Illa quién todo apunta más capaz de resistir los brotes sicóticos de la corrupta y decadente extrema derecha carlista neoconvergente, más pendiente del sabotaje a actos de otras formaciones que de proponer soluciones reales para la Cataluña que dicen querer, pero en la que sólo ellos caben.

Concluyo siendo como siempre acostumbro, optimista irredento. La salida a la parálisis política general que hace que el pueblo se desmovilice y se frustre pasa por combatir a los extremistas políticos y la necesaria transformación de nuestro espacio de actuación en una más que necesaria República Federal, los tiempos están cada vez más maduros, pero…¿Está el socialismo español dispuesto a asumir no pocos riesgos para conseguirlo? ¿Y el eurosocialismo? La respuesta, la dio Miquel Iceta en su primer periodo como Primer Secretari de los socialistas catalanes, depende de Diálogo, Negociación y Pacto.

Cataluña: gesticulación o esperanza