martes. 19.03.2024

No todas las campañas de odio están fabricadas por personajes desconocidos o relaciones públicas reaccionarios al mando de partidos políticos sin sentido de la decencia; incluso 20minutos se hacía cargo, el pasado 23 de noviembre, de la importancia de un caso como el que trae consigo esta información: "El escritor italiano Roberto Saviano, conocido por sus libros sobre la mafia, suspendió su participación en dos eventos programados en el Teatro Valli de Reggio Emilia, después de semanas difíciles tras el inicio del juicio por una acusación de difamación hacia la nueva primera ministra del país,Giorgia Meloni".

Según parece, los "diarios de extrema derecha, en algunos casos pagados directamente por miembros de la mayoría parlamentaria, arremeten a diario" contra el autor. "El escritor, bajo protección policial desde que publicó Gomorra (2006), fue denunciado por difamación por la líder de los ultras Hermanos de Italia" y la "primera ministra desde el 22 de octubre, después de que este denunciara, en un programa de televisión el 7 de diciembre de 2020, el supuesto uso político que la ultraderecha hacía del fenómeno de la inmigración en el Mediterráneo central".

Como en el caso de Giorgia Meloni, tras algunas campañas de odio, se halla el abuso de poder. Del poder establecido... con nombres y apellidos

Es, en cualquier caso, lo más importante de tal barbarie, el tramo final de esta noticia: "Permanecer bajo fuego enemigo y fuego amigo es un martirio. Yo no soy un mártir, sino un escritor y a través de lo que me está pasando se podría entender la deriva del país" concluyó Saviano.

Deriva de más de un país, en realidad: "Aunque Heidegger, con Wittgenstein, pasa siempre por ser el mayor filósofo contemporáneo, la publicación de los Cuadernos negros lleva a situar su obra en el corpus de los ideólogos de la Alemania secreta", recuerda François Rastier en Naufragio de un poeta.

El reciente libro del sello pamplonés Laetoli destruye el aura de humanismo que algunos (o muchos) especialistas y lectores llegan a reconocer en Martin Heidegger y esa es una de las razones para leer dicho ensayo e igualmente para hacerse cargo del éxito de todos aquellos responsables de la ocultación del pensamiento nazi y el interés fascista en la era de la información interesada.

Como en el caso de Giorgia Meloni, tras algunas campañas de odio, se halla el abuso de poder. Del poder establecido... con nombres y apellidos.

Con perdón. Del argumentario político a la amenaza. elDiario.es recibió este martes un requerimiento notarial en el que Ángeles Muñoz exige a este medio que le entregue los correos electrónicos que tuviera en su poder con indicios de corrupción en un plazo de diez días o, de lo contrario, avisa de que podría interponer una denuncia por revelación de secretos". Sí, se trata de... ¡la alcaldesa de Marbella!

Claro que, quizá, no habitemos en un Estado democrático.

Campañas de odio y abuso de poder