jueves. 28.03.2024

Si tan arraigado- y extendido- está, como lo está, el descrédito hacia encuestas y barómetros electorales, ¿por qué seguir haciéndolas?; ¿por qué se paga por hacerlas?; ¿por qué las “compran” quienes las consumen?.

No hace falta darle muchas vueltas: porque sirven para lo que sirven, que es principalmente para dos cosas, ambas unidas de modo indisociable. Para llamar la atención fabricando noticias- con su consiguiente conversión en mercancía- y para entrar directamente en la confrontación electoral, incidiendo en sus resultados.

Según la última Encuesta Preelectoral de Catalunya que acaba de hacer pública el CIS[2], el 57,2 % de los consultados no ha tenido a bien expresar por qué partido votará

Tenue es la línea que en la actualidad separa lo virtual de lo real, lo verdadero de lo ‘fake’, por más que al adentrarse desde esa brumosa frontera en cada uno de esos dos campos y avanzar hacia sus respectivos límites, la distancia permita distinguir con más facilidad mentira frente a verdad o ficticia invención frente a realidad. Claro es que, verdad y realidad -distintas por más que se juegue a confundirlas interesadamente como si fuesen una[1]- son confines a los que nunca se alcanza a llegar del todo.

Según la última Encuesta Preelectoral de Catalunya que acaba de hacer pública el CIS[2], el 57,2 % de los consultados no ha tenido a bien expresar por qué partido votará. Tal porcentaje en una de las cuatro provincias- Girona- alcanza el 61,2 %. Ese grupo mayoritario está integrado por quienes dicen no saber -todavía- a quién votar ( 39,1%); por los que no contestan (11,6%); por los que dicen que no votarán ( 5%) y por los que lo harán en blanco(1,2%). Dicho lo mismo pero de otro modo:solo un 42,8% de los consultados ha expresado su intención concreta de voto.

En anteriores encuestas preelectorales en Catalunya (2015 y 2017), ese último porcentaje ascendía al 69% (2015) y al 70,5% (2017); ambos ya bastante próximos a los porcentajes de participación efectiva registrada después en las urnas.

Con un censo de 5,6 millones de electores, son pues más de 3,2 millones sobre los que, en esta ocasión, a partir de las respuestas de los consultados en la Encuesta del CIS, no es posible predecir - ni siquiera por aproximación- por qué partido votarán ni tan siquiera si lo harán por alguno.

Por otra parte, según esta última Encuesta recuerdan haber votado en 2017 al PSC el 21,5% de los que en ese año votaron (sobre “censo virtual” de la Encuesta restados lo que no votaron entonces por diversas razones). Pero la realidad es que en 2017 los que votaron PSC respecto al censo fueron solo el 11%, es decir la mitad de los que dicen ahora haberlo votado entonces.Algo parecido sucede con ERC, aunque no tan exagerado (dicen ahora que le votaron el 27,3%, pero en realidad en 2017 lo hizo el 17%). Y lo mismo sucede con En Común (10,1% en la Encuesta frente al 5,9% real).

Inversamente, C’s está infra-representado en ese recuerdo de voto (o están sobre-representados los amnésicos o los avergonzados), ya que dicen que votaron el 14% pero de verdad lo hizo el 20%.Infra-representación asimismo pero en mucha menor medida de J x Cat. En el resto de los partidos hay bastante coincidencia entre memoria y realidad.

En esta ocasión y en las actuales circunstancias- de confusión o confusionismo extremos- cualquier análisis serio - o simplemente honrado, o prudente[3]-  de los resultados de  esta  Encuesta, tendría que detenerse aquí, bien para reconocer que no hay nada en ella más destacable que lo hasta aquí señalado, sin otra cosa que añadir que no sean observaciones sobre otras cuestiones de interés que dichos resultados contienen[4], pero al margen de la estimación del reparto de votos entre los partidos concurrentes.   

Y sin embargo, aunque en la nota metodológica del CIS - en su letra pequeña que solo leemos cuatro  ‘frikis’-  se hace referencia a un modelo V108[5] para advertirnos que “este modelo en ningún caso aspira a representar un paradigma anticipado de estimación de voto”, lo cierto es que esa misma advertencia, luego no figura, por supuesto, en ningún titular de los media,que se limitan a reproducir las tablas que contiene el anexo titulado “estimación de voto”,  al igual que las propias cabeceras de dichas tablas ( “Estimación de voto CIS % sobre voto válido, y estimación escaños CIS)

Y es que lo que cuenta es que tales tablas-y solo ellas - son las que dan lugar a grandes titulares -“el ‘efecto’ Illa llevaría al PSC a ganar las elecciones en Cataluña, según el CIS”[6]-, las que alimentan tertulias u opiniones “tertulianas” por escrito plagadas de todo género de conjeturas presentadas engañosamente como análisis, o si no,  lo que es mas grave aún, las que pueden -o parecen- servir para montar de modo temerario estrategias de alianzas postelectorales[7].

El púdico rótulo de advertencia que precedía en mis tiempos al comienzo de algunas  películas, rezaba “Los personajes y hechos retratados en esta película son completamente ficticios . Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia”[8] .

¿Sería mucho pedir que los análisis electorales con pretensión de seriedad sobre lo que  a partir de la Encuesta del CIS pueda suceder en (febrero o mayo ) en Catalunya, fuesen precedidos de similar advertencia?. Al menos si no ,¿por qué no exigírselo a los medios públicos?

[1] Cada día es más frecuente-y más vergonzoso- observar como el propósito de quien apela al “realismo”, no es otro que el de erigirse en poseedor de la verdad. 

[2] Publicada el 21/01/2021

[3] Tal ha sido la posición que al respecto como excepción han mantenido dos personas tan solventes como Pablo Simón y Xavi Domench en el programa 24 h de TV1 el día siguiente al de la publicación de la Encuesta.

[4] Datos tan curiosos, por ejemplo, como que la mayor parte de los que dicen que van a votar a VOX “ recuerda” haber votado a Ciudadanos en 2017, en proporción del triple de los que dicen que votaron al PP…..Lo cual de alguna manera vendría a abonar la equiparación entre el candidato Carrizosa  (C’s), ya bien conocido y sufrido, y el  candidato Garriga (VOX), por conocer. 

[5] Modelo de estimación que ha sustituido a la más que controvertida presentación de los datos “crudos”, sin “cocinar”, felizmente abandonada tras haber alardeado de su ´neutralidad’ y ‘objetividad’

[6] El País 21 de enero de 2021

[7] Tal es por ejemplo la que acaricia una hipótesis de gobierno de “ izquierdas” ( PSC&ERC&EnC) sobre la base de los escaños de esa Estimación del CIS que “en ningún caso aspira a representar un paradigma anticipado…”

[8] Al parecer este mensaje tuvo su origen en la película “Rasputín y la Zarina”, de 1932. La voz del muro.net

Brumosa frontera