sábado. 20.04.2024
psoe andalucia

El conocido como susanismo ha sido malo para los intereses del PSOE en Andalucía y de hecho le ha llevado a la derrota en la que siempre se consideró la joya del psoismo. Susana ya lo hemos escrito muchas veces es una versión del felipismo, renovada en la cara, no en las ideas ni en lo fundamental. Cuando Susana Díaz fue derrotada, cosa que era más que previsible, fue el pueblo andaluz el que le dio la espalda. No la querían, no la quieren. Fue también un castigo a enjuagues, corrupción, clientelismo y endogamia de unos aparatos incapaces no solo de renovarse, sino de entender las necesidades sociales, reclutando además para cargos electos en niveles de gobierno superiores a ayuntamientos –si bien no en todos y dependiendo de su tamaño y si son capitales de provincia- a personas del entorno y en la mayoría de los casos con una nula preparación política y muchas debilidades profesionales. Encima todo esto trufado de sectarismo, porque el susanismo es muy sectario.

Moncloa, porque Ferraz en realidad, no existe, es Moncloa quien últimamente impone ritmos, hace las listas y dispone, también en Andalucía está dispuesta a intervenir. Que conste que el sustituir a la señora Díaz es imprescindible. Pero darle la palabra a la militancia también. No conocer Andalucía es malo al objeto de diseñar una campaña. La Comunidad más poblada de España, con un gran territorio, que es habitable y nada hostil, con muchas posibilidades de todo tipo, tiene ocho provincias muy pobladas la mayoría y las orientales son muy diferentes de las occidentales. La alcaldía de Sevilla a alguien de Málaga o Almería, le importa un pimiento. Granada tiene sensación de abandono y muchas veces culpa a Sevilla de eso. Jaén forma parte de la España vaciada y del olvido, siendo una provincia con mucho voto del PSOE y la izquierda, pero le ha servido para muy poco. Ningún Rasputín de la Moncloa puede decidir por las y los andaluces, porque en Andalucía lo que haga el PSOE si es muy importante. Estaremos o no de acuerdo en sus políticas, de hecho el PSOE ha sido una rémora para la construcción de una izquierda real, con base social, igualitaria y que defienda algo imprescindible como es la reforma agraria y que finalmente ha acabado entregando Andalucía a su peor enemigo, la derecha, a las castas que durante siglos han oprimido al pueblo andaluz, a los propietarios.

Ahora Moncloa juega la carta de Juan Espadas y desde luego si logra la fidelidad de los aparatos provinciales y el 50% de ellos los controla ya, impondrá a Juan Espadas. Pero Espadas es parte del problema. El candidato de Moncloa viene de la tecnocracia construida por la Junta de Andalucía y ha demostrado preferir los pactos por el centro, cosa esa que no existe y encima carece del gracejo de Susana. Espadas es una persona vinculada a la Iglesia Católica, las cofradías y no a los movimientos sociales, sindicales, la universidad o el ecologismo. Es un técnico, un funcionario. No lo digo despectivamente, lo digo preocupado.

Han surgido corrientes de la militancia en el PSOE Andaluz que han sabido ver el problema y se han planteado un sistema de primarias más abierto, con un debate programático y de ideas. De hecho la corriente Andalucía Socialista ha propuesta la candidatura de Luis Ángel Hierro, un profesor universitario de economía en Sevilla, que fue diputado al Congreso y con amplia militancia en el PSOE y que si está elaborando de forma participada y abierta un programa. Hierro no ha formado parte de ningún gobierno de la Junta de Andalucía y es un trabajador docente en activo, no un profesional de la política como Díaz o Espadas. El programa de Susana Díaz y de Juan Espadas es el mismo. Andalucía necesita un revulsivo que la arranque de las garras de la derecha. Una derecha que a diferencia de la madrileña, pone buena cara, pretende ser amable, pero que privatiza sin piedad, cierra la educación pública y la persigue, destruye lo público y es agresiva contra el territorio y el medio ambiente y depende de VOX. No tiene más proyecto que el especulativo de sol y ladrillo, turismo y construcción mientras la industria aeronáutica se destruye, los astilleros cada vez están peor, no hay planes de reindustrialización y de deja morir la empresa Abengoa por venganza política. El enchufismo de la derecha andaluza es escandaloso. Los programas de mujer y violencia son pura entelequia y pasan a ser de familia y no de sexo y las políticas sociales son caridad y no justicia y para eso les sobra el sector público de servicios sociales y asistenciales incluyendo la sanidad.

Susana Díaz boicoteó un acuerdo parlamentario para implementar una banca pública andaluza y ahora Andalucía es una colonia financiera de Madrid y Barcelona en el mejor de los casos y van a haber miles de despidos de buenos empleos, por su culpa y de su gobierno Andalucía carece de lo que podía haber sido un sistema bancario público y sostener el empleo. Andalucía necesita y de verdad una pasada por la izquierda y no en el sentido del demagogo Alfonso Guerra que tantos años nos engañó.

Andalucía necesita recuperar su orgullo de pueblo luchador y altivo que supo reivindicar la reforma agraria y el reparto de la riqueza. Andalucía no está en el siglo XIX pero sus nuevos jornaleros y jornaleras son camareros y camareras, albañiles, empleadas del comercio o lo que es peor vive el renacimiento de la esclavitud en muchas explotaciones agrícolas con personas de otros colores, razas u orígenes, pero que sin su esfuerzo no comeríamos ni exportaríamos tomates o pimientos, fresas o cebollas… Inmigración que VOX quiere echar pero que trabaja en pésimas condiciones para muchas y muchos de sus votantes.

¿Está todo esto incluido en el programa de la izquierda oficialista andaluza incluido el derecho a la libre elección y federación de Andalucía? ¿Qué dice Juan Espadas de todo esto? Es imprescindible la construcción de un andalucismo social y solidario, pero que mire por su tierra. Un socialismo andaluz y andalucista, de clase, feminista, ecosocialista y por el reparto y la defensa del clima y de la tierra. Porque el cambio climático en Andalucía va a producir efectos terribles, sequías que no logan superar los temporales, perdida de ecosistemas, falta de agua y que nos llevarán al desierto y al hambre.

¿Aprenderá el PSOE la lección de Madrid en Andalucía?