Estos días estamos sufriendo las temperaturas más altas registradas en el mes de mayo y, de acuerdo con las previsiones, en un elevado número de municipios de la Comunidad Autónoma de Madrid, las temperaturas van a alcanzar o van a estar cercanas a los 40 grados centígrados.
Son conocidas las recomendaciones que desde distintas instancias recomiendan a la población una serie de pautas a tener en cuenta para preservar la salud y evitar los efectos perjudiciales de estas altas temperaturas.
En el estudio “Nuevas necesidades preventivas ante el reto climático” realizado por UGT Madrid se analiza la incidencia de las altas temperaturas y los efectos en el ámbito laboral y se considera que es necesario identificar los riesgos laborales de los cambios bruscos de las temperaturas e incluirlos en las acciones preventivas en las empresas y centros de trabajo.
Desde la Secretaría de Salud Laboral de UGT Madrid nos preocupan especialmente las condiciones en las que tienen que realizar sus trabajos un elevado número de personas, colectivos y grupos que, en el desarrollo de sus empleos, están sujetos a los factores de riesgo derivados de las altas temperaturas y que inciden y pueden incidir, en ocasiones de manera grave, en la salud de los trabajadores y trabajadoras.
Se considera que a partir de los 25ºC la productividad laboral empieza a disminuir
Se considera que a partir de los 25ºC la productividad laboral empieza a disminuir, tanto para las personas que desarrollan su trabajo en el exterior, como para las que lo desarrollan en el interior de edificios e instalaciones.
La exposición directa al calor excesivo trae los temidos golpes de calor, u otros daños que se asocian menos veces al calor extremo, como complicaciones de enfermedades crónicas como la EPOC, enfermedades coronarias, diabetes, enfermedades renales, etc. También pueden provocar un aumento de la falta de concentración, resbalones, complicaciones con el uso de determinados equipos, etc.
El calor también puede agravar patologías previas como las enfermedades cardíacas o la alta presión arterial y que las trabajadoras embarazadas estén expuestas a riesgos asociados a la exposición a altas temperaturas.
Además, las altas temperaturas se reflejan también en un empeoramiento de la contaminación atmosférica, con un aumento de los óxidos de nitrógeno y las partículas o el ozono, pudiendo provocar patologías respiratorias agudas, como irritación de las vías respiratorias y crónicas como el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Otro efecto es el aumento de la radiación ultravioleta que puede provocar daños en la piel, alergias, cáncer cutáneo, etc. y daños oculares como conjuntivitis o degeneración macular.
Además, puede tener efectos en la salud mental, provocando ansiedad, fatiga, depresión y hasta tendencias suicidas.
Por todo ello, desde UGT Madrid estamos impulsando una labor informativa y preventiva dirigida a los trabajadores y trabajadoras, a las empresas y centros de trabajo para que se tengan en cuenta estos episodios de calor extremo.
Y muy especialmente entre los grupos de especial riesgo, que desarrollan su actividad laboral en el exterior, como son, entre otros, los que se dedican a la construcción, el personal de limpieza viaria y recogida de residuos, la jardinería, los cuerpos policiales y de seguridad, transporte, ryders y reparto postal y de mercancías, agricultores, sector turismo, agentes forestales y servicios de emergencias, entre otros.
Señalar que se hace necesario implantar medidas organizativas para evitar que no estén expuestos de manera prolongada al calor, evitar en lo posible los trabajos en el exterior en las horas de mayores temperaturas y ofrecer medidas específicas de protección.
Además hay que incluir estas condiciones excepcionales de calor en las evaluaciones de riesgos laborales y ofrecer a la población trabajadora la formación e información adecuadas, junto a los equipos de protección necesarios para evitar que puedan sufrir daños en su salud.
Susana Huertas |
Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT Madrid
