miércoles. 17.04.2024
almeida

Lamento darles la lata a propósito de mis lecturas pero hay cosas que merecen una reflexión. Leí hace unos días que José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid a tiempo parcial, informaba que "Una gran mayoría de madrileños ha percibido en Sánchez hostilidad hacia la Comunidad de Madrid" (madridiario.es en días pasados). Y después de una tensa espera, no he conseguido leer ninguna réplica, comentario o confirmación del resultado del supuesto sondeo de opinión que ha debido hacer Almeida para decir eso. Ha de tenerse en cuenta el prestigio de los abogados del Estado, oposición que ganó don José Luis, para darse cuenta del valor de sus palabras. Bueno, pues ningún efecto aparente de eso que ha dicho.

A mí, me vienen a la mente varias reflexiones. La primera es sobre Tezanos, el presidente del CIS. Imagínense lo que hubiera pasado si ese organismo, después de haber hecho la correspondiente encuesta a una muestra representativa de la población madrileña, hubiera llegado a la conclusión contraria a lo que acaba de decir el semi-alcalde (con perdón). Naturalmente que su imaginación, por muy poco creativa que fuera, les da para saber que Tezanos hubiera sufrido el enésimo linchamiento virtual al que ya debe estar acostumbrado.

Pero Almeida, sin encuestas ni nada, es capaz de llegar a esa conclusión. ¿Porqué? Pues precisamente por lo que dice. Entre su gente, ese, ese precisamente, es el mensaje que mola. Esta vez es un edil de Madrid quien hace a Sánchez enemigo del pueblo, pero lo mismo podría decir el alcalde popular de cualquiera de los muchos municipios españoles que regentan. El caso es darle leña a Sánchez hasta que hable sanscrito, porque inglés sí que habla.

Y no es que tenga, o no, razón, lo que dice Almeida, que a lo mejor la tiene. La cuestión es el desparpajo con el que lo dice, que le hace omitir que eso tan contundente no es más que su opinión, respetable pero insuficiente para arrogarse en portavoz de esa gran mayoría a la que se refiere.

Y si no resiste Almeida la comparación con Tezanos, menos todavía puede resistir el hacerlo si hablamos de Winston Churchill. Se atribuye al gran estadista que, cuando se le preguntó por su opinión sobre los franceses, contestó diciendo que no los conocía a todos. Pero Almeida sí parece conocer a todos los madrileños y, por eso, no le hace falta preguntarles. Como si pudiera saber lo que piensan a partir de cómo pagan sus impuestos o, quizás, por el análisis de las basuras que les recoge todos los días, Almeida es capaz de saber lo que los madrileños piensan de Sánchez. Y eso, con el tiempo que les dedica después de pasar una parte de su apretada agenda portavoceando las consignas de su partido, como los pregoneros de toda la vida. Imagínenselo con una trompetilla y tendrán la imagen completa.

Algo que puede justificar la falta de glosas a esa revelación es que los medios estén muy ocupados comentando la segunda condena al Partido Popular por corrupción y, sobre todo, las abundantes declaraciones al respecto de los dirigentes de ese partido empezando por su portavoz, Almeida. (Por cierto, deberíamos ponernos de acuerdo los que escribimos con cierta ironía para expresar con algún signo cuando la estamos utilizando).

Otra cosa que puede pasar con la falta de comentarios a las palabras de Almeida es que se corresponda con la atención que, en realidad, merece. Claro, que no es mi caso. Yo he respetado siempre la institución municipal madrileña y, aunque en la actualidad esté siendo gobernada a part time, sigue mereciendo ese respeto. Siempre ha habido funcionarios municipales que, por la tarde, trabajaban en otro sitio y no veo por qué el alcalde no puede ser representativo de esos funcionarios.

Bueno, en todo caso espero haber colaborado a rescatar del olvido esa importante declaración de Almeida para que sea valorada como se merece.

O sea.

Almeida, sociólogo