jueves. 28.03.2024
11M monumento Alcalá
Monumento a las víctimas del 11 M en Alcalá de Henares.

Día difícil el de hoy, día triste en el calendario donde los haya, día para la reflexión y el recuerdo. Hoy se conmemora el 16º aniversario del atentado terrorista del 11 de Marzo en Madrid. La mayor matanza cometida en España en su Historia reciente. Han pasado muchos años y recordamos aquel jueves con tanto detalle y tanta exactitud que nos parece que fue anteayer. En la vida hay momentos que se marcan a fuego, sobre todo cuando te toca de lleno, y este es uno de esos días. No lo recordaría tan minuciosamente si mi hermana no hubiera sido una de los más de dos mil heridos de aquella masacre. Me reitero en calificar aquel día como una masacre, una matanza, un asesinato en masa que causó la muerte de 192 personas y destrozó la vida y los sueños de dos mil más. Insisto en la dureza del lenguaje, para que nunca se olvide lo que aquello supuso, ni se banalicen las consecuencias de lo ocurrido. La vida sigue, soy el primero en tener actitud positiva ante las adversidades, pero hay hechos e historias que no se pueden y no se deben olvidar para que no vuelvan a repetirse.

Yo tenía 16 años, y esa mañana de jueves recuerdo que tenía un examen de inglés, cursaba 1º de Bachillerato en el IES Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares, y como todas las mañanas me disponía a salir de casa, había quedado con mis compañeros del barrio para ir hacia el instituto. Mi único interés era acabar el examen que tenía a primera hora, terminar las clases, esperar a mi hermana a que viniese de trabajar e ir a comprar con ella un regalo para nuestro padre, ya que su cumpleaños era al día siguiente y no nos había dado tiempo hasta entonces. Es curioso cómo en cuestión de segundos tus prioridades cambian y se esfuman sin más, sin motivo aparente. No sé por qué, encendimos la televisión (nunca lo hacíamos) y constatamos en casa lo que se iba intuyendo, se trataba de un atentado terrorista. Nunca antes en mi vida sentí tanta indefensión, un miedo que iba en aumento a medida que escuchaba las noticias que daban a cuentagotas, ya hablaban de muertos y de varias bombas en diferentes trenes. Lo primero que hace tu cerebro, al menos el mío, fue negar la evidencia y hacerme creer que mi hermana no estaba allí, que estaría en otro tren. Nunca un autoengaño fue tan duro. La vida de mi hermana se congeló en ese momento. 

Afortunadamente mi hermana se salvó, pero su vida se paralizó en Atocha. Caprichos de la vida hicieron que mi hermana fuese la única que sobrevivió del vagón repleto en el que viajaba

Muchos familiares desde Alcalá de Henares corrimos a nuestros coches, camino de Madrid, estando más de dos horas parados en la carretera, y sin rumbo ni saber dónde ir. Tras sufrir un continuo caos de movimiento, por fin en un hospital nos dijeron que había entrado una chica con ese nombre herida, que no tenían más datos. En ese momento creo que los ojos de muchos de nosotros no veían lo que teníamos alrededor, yo buscaba entre la gente, aun sabiendo que era difícil, yo seguía buscando. Aquello era un flujo continuo de personas deshechas, familias buscando a sus seres queridos, ilusiones perdidas y la mayor incertidumbre que hemos sufrido en nuestras vidas. Al fin pudimos verla, efectivamente era ella y estaba allí, su mirada no se me va a olvidar jamás. Hasta entonces quise negarlo, en ese momento me derrumbé. Sin embargo, tuve suerte. Mi hermana sobrevivió, pero muchos familiares allí presentes sufrieron otro destino. A partir de entonces fueron interminables horas de espera, sin datos, sin saber qué estaba pasando, solo nos dijeron que estaba muy grave. Uno se siente perdido, solo se te vienen a la cabeza momentos en los que no tenías que haberle dicho tal cosa aquel día, en los que discutiste por tonterías aquel otro. No te preguntas por qué ha ocurrido ni quién ha sido, eso viene más tarde, solo piensas en esa persona. Ese día mi padre se quedó sin regalo de cumpleaños, aunque el hecho de que ella estuviera con nosotros fue el mayor regalo que un padre puede tener.

Afortunadamente mi hermana se salvó, pero su vida se paralizó en Atocha. Caprichos de la vida hicieron que mi hermana fuese la única que sobrevivió del vagón repleto en el que viajaba. Ella tenía 24 años, y solo años después cuando yo los cumplí fui capaz de conocer el alcance que tuvo cortarle de raíz sus sueños e ilusiones.

Con este escrito quiero poner en valor a muchas víctimas, como mi hermana, que son ejemplos de superación, de luchar por la vida, de reinventarse a sí mismos, de ganas por reír, y de muchas más cosas, a pesar de las limitaciones físicas y psicológicas que tendrán para siempre. A mí la vida me ha enseñado a valorar el presente, a no dar por sentado un futuro, y a ser camaleón ante los obstáculos.

Muchos pensarán que algo así te cambia la vida, pues sí, pero de todo se aprende y a todo te adaptas. Nuestra rutina cambió, nuestra vida también, pero hoy somos felices con lo que tenemos. No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. ¿Queda odio? ¿Queda rabia? No voy a negar que hubo un tiempo en el que fue así, me pregunté mucho tiempo el porqué, pero el porqué solo trae porquería. Más tarde vino el para qué, pero las respuestas tampoco consolaban. Al final optas por aislarte ante preguntas retóricas, porque si no quedas atado al recuerdo y al rencor, lo cual te impide avanzar en cualquier faceta de tu vida.

Hoy muchos podemos decir que no tenemos rencor, no sentimos rabia. Desligarte de aquel recuerdo es imposible, tampoco quiero hacerlo. Lo que realmente me hace avanzar sin mirar atrás es ver cómo mi hermana, y muchos otros, han conseguido reinventarse. No podemos estar más orgullosos de ellos.

Para que nunca dejen de avanzar. “Nuestra vida es un constante viaje, desde el nacimiento hasta la muerte. El paisaje varía, la gente cambia, las necesidades se transforman, pero el tren sigue adelante" Paulo Coelho.

Y porque perdonar no es olvidar, sino recordar sin odio. Vaya por delante mi pequeño homenaje en este escrito de opinión.


Miguel Castillejo Calvo, concejal del ayuntamiento de Alcalá

11M. Nunca dejéis de avanzar
Comentarios