viernes. 24.05.2024
Resultado de la votación en la Asamblea General de la ONU
Resultado de la votación en la Asamblea General de la ONU

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En “La isla de los pingüinos” Anatole France (Premio Nobel, 1921) aborda con ironía el asunto del formalismo. Después de que el personaje inicial, Mael, por su vejez y casi ceguera, bautice a unos pingüinos creyendo que son hombres, se abre en el cielo una diatriba para establecer si ese bautismo es válido. No se puede ir contra las formas. El problema se resuelve finalmente aceptando la propuesta de que los pingüinos se transformen en humanos (unos pingüinos bautizados terminarían en las llamas eternas, en cuanto no cumplirían con la ley de Dios).

Con Palestina parece que también se plantea un problema formalista, pero al revés: existen milenariamente pero no se pueden constituir. Hay un organismo en todo lo alto de la ONU que cada dos por tres veta la realidad. El pasado y el presente de ese pueblo no existen. La inmoralidad del caso es invisible. Y lo peor: el mundo en general, por la vía de los hechos, lo acepta así (como con los saharauis).

Asamblea ONU

Sin embargo, una vez más, al precio de su sangre, Palestina gana a la “comunidad internacional”. La “comunidad internacional” esta vez son 9 votos negativos y 25 abstenciones. El resto de los integrantes de la Asamblea de la ONU, ha votado a favor de que Palestina tenga más voz (sólo eso) en ese organismo. Misterios como el de que Francia, que no ofreció resistencia al nazismo y estableció el régimen de Vichy, este en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Al precio de su sangre, Palestina gana a la “comunidad internacional”. La ONU esta vez con 9 votos negativos y 25 abstenciones ha votado a favor de que Palestina tenga más voz

Hay pequeños países, como Palestina o Sáhara, que son como microscopios que permiten ver el verdadero tejido de las relaciones internacionales. Se ríen de Milei, pero con su no a Palestina en la referida Asamblea, seguramente se incorporará a esa abultada “comunidad”.

Moralidad

No creemos equivocarnos si afirmamos que todas las religiones sancionan matar. Sin embargo, este asunto esencial es el que menos se aborda. Por ejemplo, ¿cómo qué de diez mandamientos no matar esté en el quinto lugar? ¿Es más importante santificar las fiestas, puro formalismo, que no matar? Es más, echamos en falta, y en cabeza, el mandamiento de no hacer sufrir. Y esta perplejidad se refuerza constantemente; hoy, con lo que está sucediendo en Gaza. No es nada nuevo, pero estas cosas cada vez se ven más crudamente en sus interioridades. Se decía que el mentiroso homenajeaba a la verdad. Ahora ni eso. Parece que hemos entrado en un periodo en el que sin sonrojo se quiebren muchos principios que se decían básicos, y por los cuales se señalaba a otros. Se evidencia que a muchos de los actuales dirigentes les falta una capa de pintura clásica, no ya ignorada, sino incluso despreciada.

Berlín

Un ejemplo: el otro día se prohibía en Berlín un congreso de judíos (Voz Judía por una Paz Justa en Oriente Medio) y no judíos (MERA25 Alemania) en el que se iba a tratar el asunto de Gaza. Habían de reunirse seiscientos cincuenta ponentes, pero novecientos policías lo impidieron bajo acusaciones mayores. La prensa dijo: “En sus redes sociales, la Policía ha afirmado que “existe el riesgo de que se vuelva a dar paso a un ponente que en el pasado ya se ha manifestado en público de forma antisemita y ensalzando la violencia”. Este terrible individuo (Ghassan Abu Sittaque, cirujano en Gaza) es (o era) rector de la Universidad de Glasgow. Un encapuchado con visera y gafas negras. Otro participante disturbante es Salman Abu Sitta, postgradudado en Londres y estudioso de la desocupación palestina (desde la Nabka o Catástrofe, 1948, hasta ahora). En definitiva, que las palabras de Hanan Ashrawi están tomando cuerpo: “No podemos contar con que los silenciados nos relaten su sufrimiento”.

Parece que hemos entrado en un periodo en el que sin sonrojo se quiebren muchos principios que se decían básicos

Otro peligroso elemento, desequilibrador de la paz germana, fue en su momento ministro de finanzas de Gracia. Él sabe bien lo que los bancos alemanes hicieron con su país. Su peligrosidad consiste en pedir la paz para Gaza. Hablamos de Yanis Varoufakis, quien informaba de que si hablaba a través de Zoom o de un mensaje de vídeo sería procesado en Alemania por violación de sus leyes. ¿Será un futuro acusado por el TPI? Su discurso está colgado por ahí.

 En este caso no olvidemos que el gobierno alemán es libertad al cubo: liberales, más socialdemócratas, más verdes. ¿Se puede aspirar a mayor concentración de “tolerancia”? Sin embargo, no parecen unos servidores inteligentes, están removiendo innecesariamente el recuerdo de aquella Nakba, ya olvidada o desconocida.

Antisemitas

Reunión antisemita. Pero si la mayoría de los convocantes eran judíos. Y ¿acaso semita se ha vuelto sinónimo excluyente de israelí? ¿No son semitas los palestinos? ¿Son más semitas los judíos polacos, entre otros, emigrados a Israel? El mundo basado en reglas está olvidando hasta sumar.

 Legalidad

Luego está el asunto de la legalidad, es decir, la aplicación de la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, votada en 1947. Esta resolución establece la partición de Palestina (subrayamos, Palestina) en un Estado judío, otro árabe y una zona bajo régimen internacional. Tras 77 años el asunto sigue pendiente. Sin embargo, lo de Yugoslavia (creación de seis o siete estados independientes) se resolvió rápidamente. ¿Es que la “comunidad internacional” que incursionó en Palestina ha olvidado lo que ella misma decidió contra los derechos de un pueblo? ¿Quién descompone así el derecho internacional? 

 Volviendo a Alemania, ¿está regresando a su faz más antipática y reprobable? Que se hayan arrepentido de lo que hicieron en el pasado con los judíos, no significa que no tengan obligaciones morales con otros pueblos, más si estos están amparados por la legalidad internacional.

 ¿Mandato a Saúl?

Yendo al asunto de la moral, sobre todo religiosa, y teniendo en cuenta que la mayoría de los intervinientes son creyentes (judíos, árabes, cristianos…), ¿no les preocupa que su moral no se cumpla? ¿O prima el Viejo Testamento y habrán de cumplir la orden de Jehová a Saúl sobre la “destrucción de Amalec, de sus hombres, niños de pecho y animales”? ¿Acaso, como le ocurrió a Saúl, temen la reprobación por no realizar lo ordenado? ¿Afecta este mandato a los cristianos, que se rigen por el Nuevo Testamento? ¿Hay acaso otro dios que les obliga?

 Laicos

Y en el mundo laico, ¿de qué sirven los derechos humanos, tan constantemente enunciados y olvidados? ¿Palabras así estarán mañana prohibidas, visto lo de Varoufakis?

 No hay que olvidar que muchos partidos progresistas se refundaron para abandonar muchos de sus principios más combativos. Un cambio, argumentaron, por la paz, la no violencia y el abandono de cualquier justificación de lucha de clases. Sin embargo, pareciera que con el tiempo el resultado principal es que se han vuelto más beligerantes que nunca.

 Constitución del orden y del derecho

Terminemos como casi empezamos, con un párrafo de “La Isla de los pingüinos”, ya humanizados los pingüinos:

  “Mientras el monje Bulloch pronunciaba estas palabras un robusto pingüino de piel blanca y pelo rojizo atravesaba el valle cargado con una enorme maza. Acercose a un humilde pingüino que regaba sus lechugas abrasadas por el sol, y le gritó:

--¡Tu campo es mío!

Después de pronunciar estas palabras dominadoras, golpeó con la maza la cabeza del hortelano…”

Más adelante Anatole France aclara que así se constituyó el orden y el derecho. No parece que exagerara. Este es el mundo que se considera civilizado sobre los demás.

Palestina frente a la “comunidad internacional”