Ángel Tomás Monedo |
Ir a la ópera a Verona supone una experiencia multicultural donde un paseo por los alrededores de la arena, antes de una actuación, permite observar gente de todas las edades, fans que vienen cada año incluso de fuera de Italia, sobre todo de Alemania, pero también de España, y familias y grupos que llegan con viajes organizados.
La Arena de Verona es un antiguo anfiteatro Romano, construido en el siglo I después de Cristo, en la actualidad, con sus 2 mil años de construcción aún se encuentra casi completamente en pie, lo que lo hace el anfiteatro más grande y mejor conservado de todo el mundo. Continúa cumpliendo su función de anfiteatro, es utilizado para representar las óperas líricas más conocidas de la historia musical, así como también viene siendo utilizado como «lugar de conciertos especiales» extraordinarios cuando un artista o grupo se presenta en la ciudad de Verona, como el caso de Pearl Jam.
Con una excelente orquesta sinfónica, con los más reconocidos artistas líricos del mundo, todos dirigidos por Franco Zefirelli (reconocido productor de «Romeo y Julieta», «Hermano sol, hermana luna», y escenógrafo de «La Traviata» entre otras) asistir a una de estas óperas es un evento que llena de emoción incluso a los que no son amantes de la ópera lírica, ante todo por el lugar donde se lleva a cabo la ópera: un anfiteatro Romano de 2000 años de antigüedad, es como realizar un viaje en el tiempo y convertirse en un romano más a divertirse observando un espectáculo con una especial escenografía de las obras, donde el vestuario y los artistas realmente son extraordinarios.
La 101 edición para el público español incluye en su programación a Plácido Domingo que el 21 de agosto regresa un año más al festival areniano, esta vez como protagonista de una gala lírica en su honor. Hace más de medio siglo que el artista madrileño está ligado a la Arena de Verona, escenario en el que debutó en Italia en un hoy ya lejano 1969. La Arena es un lugar especial donde la tradición operística convive con las mejores visiones del mundo del teatro, incorporando la tecnología que se pone al servicio de la ópera para facilitar en la puesta en escena de obras únicas y de gran calidad.
La edición de este año programa siete títulos de ópera y cinco veladas concertísticas y de ballet que se celebran del 8 de junio al 7 de septiembre
La edición de este año programa siete títulos de ópera y cinco veladas concertísticas y de ballet que se celebran del 8 de junio al 7 de septiembre. Se incluyen clásicos que se repiten cada año como Nabucco de Verdi, la Traviata, Carmen y Rigoleto. Destacar “Roberto Bolle and Friends que regresa a la programación los días 23 y 24 de agosto, y la Novena Sinfonía de Beethoven el 11 de agosto. Es aconsejable comprar las entradas con anticipación, ya que se suelen agotar, especialmente las más económicas. Vía internet con tarjeta de crédito a través de la página web oficial de la Arena de Verona. La página web, aunque se encuentra solo en Italiano e inglés es de fácil lectura, y la compra de las entradas se produce de forma bastante clara, fácil e intuitiva, a través de un proceso guiado donde se selecciona la obra que se quiere ver, el día y los asientos que se desean. También las entradas se pueden adquirir en la taquilla que se encuentra en la parte trasera de la arena, no olvidar incluir un pequeño paraguas para evitar alguna de las tormentas veraniegas. Un paseo nocturno después de la ópera lleva a callejear por un trazado urbano peatonal, con menos presencia de turistas, y disfrutar de su arquitectura y excelente gastronomía, donde no deben faltar sus famosos helados.
Forza Verona.
