miércoles. 24.04.2024

La seguridad del estúpido

macri

“El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”
Bertrand Russell


No hace falta ser un iluminado para advertir la perversidad con la que los medios de comunicación inoculan falsedades al espectador idiotizado, a sabiendas de que éste repetirá como un loro cada una de las mentiras que se le exhibirán como realidades irrefutables. Sin embargo, a diferencia del loro, la víctima de las maniobras de desinformación masiva creerá poseer una opinión, sin sospechar siquiera que no es dueño de criterio alguno, sino un repetidor serial de criterios ajenos; sin sospechar siquiera que esas patrañas que repite, atentan contra sus propios intereses.

Al menos de momento, la mentira en el periodismo argentino tiene patas tan largas como para mantener a la sombra todas y cada una de las maniobras delictivas de Mauricio Macri, que sin embargo salen a la luz en destacados medios internacionales. Con el 90 por ciento de la prensa a su favor, el presidente argentino puede mantener en silencio los delitos por los cuales –de existir una justicia independiente-  debería estar tras las rejas.

Los escribas a sueldo del gobierno necesitan argumentos con los que desviar la atención de algún criterioso que pudiera pensar en la legitimidad de la fortuna del presidente, por no mencionar las dudosas medidas económicas con las que ha beneficiado a la clase más acomodada del país. Para dicho fin, los sicarios de la comunicación -beneficiados por el poder hegemónico que los hace poseedores de la verdad que se les antoje- utilizan toda clase de argucia a sabiendas de que el espectador no pondrá en tela de juicio eso que han decidido mostrarle. El público ignorará, entre otras irrefutables realidades, los fraudes financieros del presidente, y seguirá creyendo que la “felicidad para todos” es la única intención por la que este empresario se convirtió en gobierno.         

Quienes aún conservamos algo de memoria sabemos la complicidad que existió entre estos mismos medios que protegen a Macri, y la última Dictadura Cívico-Militar que desangró a Argentina entre 1976 y 1983. La complicidad y el perverso ejercicio de tergiversación de la verdad se han puesto en marcha nuevamente, aunque esta vez en una democracia que sufre cada golpe que le propina este nuevo gobierno que ahora prohíbe que se hable de la Desaparición Forzada de Santiago Maldonado, envía a Gendarmería a las escuelas en las que los alumnos reclaman por las falencias edilicias, reprime y justifica su brutalidad creando la figura de un “Enemigo Interno” que -en definitiva- somos todos aquellos que nos mantenemos en las antípodas del macrismo.    

Para la posteridad dejó Bertrand Russell una de las más certeras frases que jamás se hayan escrito: “El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”.  Mauricio Macri y su equipo de gobierno no han vacilado en ostentar una seguridad tan férrea que confirma la irrefutabilidad de la reflexión del filósofo inglés. Esta seguridad es propiciada por el blindaje mediático del que goza. Sin embargo, Macri no debería olvidar que gobierna una Argentina ganada apenas por un puñado de votos, gobierna una Argentina que supo enfrentarse a monstruos mucho más temibles, una Argentina que, a pesar de los esfuerzos de la prensa sicaria, enfrentó a Videla y echó a piedrazos a Fernando de la Rua. 

Puede que los delitos financieros de Macri pasen desapercibidos mientras la Justicia vea en él a un poderoso cliente que paga por adelantado. Lo que la mitad de los argentinos no están dispuestos a dejar pasar, es este intento por volver a una Argentina en la que la negación de la verdad acabó en tragedia.     

La seguridad del estúpido