sábado. 20.04.2024

Patrón de medida

Por Fernando Santamaría | Cuando hablamos de medir algo que vamos a llamar observable, para que esa medida sea objetiva debe cumplir una serie de parámetros. La principal es que debemos encontrarnos en unas condiciones similares. Así podemos medir un metro en cualquier lugar del universo, si este fuera homogéneo, es decir igual. Pero el Universo no es homogéneo, hay cantidad de variables en sistemas particulares que cambian la posibilidad de medida.

Si consideramos al universo como al PSOE y a los resultados electorales como esas condiciones de medida parece una clara injusticia, una visión no objetiva sino subjetiva mantener la expresión "los peores resultados de la historia del partido" ese fue hace mucho, mucho tiempo con un solo representante, pero fue siempre considerado como un éxito pues la condiciones de medidas eran distintas.

EL PSOE desde la transición hasta Rubalcaba es completamente distinto del que se encontró Pedro Sánchez. Es más, la forma de acceder al cargo de Secretario General es completamente distinto y el ecosistema de la izquierda es totalmente distinto.

Hasta Rubalcaba, Secretario General que cuenta con mi reconocimiento por su trayectoria política, tuvo que dimitir desde la noche después de su derrota electoral por obtener los peores resultados de la historia del PSOE sin ningún rival de peso y contra el PP de Rajoy. Su empecinamiento en no dimitir y el control que se impuso desde Madrid a todos los que intentábamos cambiar el partido con nuevas normas de juego como la limitación de mandatos, listas abiertas, elección del secretario general por parte de los afiliados, no sufragar al sistema político por donaciones privadas directas sino a un fondo común nacional, que nadie deba nada a nadie y decenas y decenas de más cambios. Fuimos obviados por la dirección, eliminados en los medios de comunicación por los periodistas que sabían de nuestra existencia, grupos de militantes que de buena fe trabajábamos por toda España al unísono y en muchos casos sin conocernos entre sí, pero con medidas similares. Algunos si pudimos contactar entre nosotros y trabajar en conjunto por un PSOE mejor.

Al final cumplimos algunos de nuestros objetivos, como la elección de Secretario General por los militantes. Y aquí nace Pedro Sánchez.

Yo conocí a Pedro de forma virtual en las redes sociales, en el Twitter cuando apenas era conocido fuera de Madrid. Lo veía por la televisión en los duros debates de los informativos de la TVE del PP. Él contaba todo lo que hacía, le deseabas suerte o le felicitabas por su intervención y él te respondía. Es lo bueno de ser un político trabajador sin las cargas de decenas de miles o millones de seguidores. Los hater impiden comunicarte con libertad cuando alcanzas ciertos números.

A pesar de todo y gracias a que el partido permite tomar tus propias decisiones hubo otra opción que me gustó más para votar como mi Secretario General en aquel momento. Pero ganó él y ahora es mi Secretario General.

Pedro llegó cuando otro partido explosionó en la izquierda expandiéndose a toda velocidad y rompiendo los equilibrios entre PSOE e IU. Desde ese momento tuvimos que cambiar nuestro patrón de medida, pues cambió sustancialmente el universo en que se movía el partido.

Desde entonces la expresión "los peores resultados de nuestra historia" se utiliza como arma contra el partido a diestro y siniestro y últimamente desde dentro, desgraciadamente. Incluso, escuché a un ex-ministro compararse con su época de trabajador del sindicato en su fábrica en el colmo de juicio sacado de contexto.

Es un grave, un gravísimo error medir el PSOE de ahora con el de hace 30 años y solo da pie a los que nacen a diestra y siniestra intentando comer su espacio. Pero esto lo saben todos y si lo sabes y lo usas solo puede significar que manipulas y mientes.

El PSOE cae al grito de manifestantes de "PP-PSOE la misma mierda es" como respuesta al cambio de la Constitución de la última parte del gobierno de Zapatero y que el partido sufre de forma tan dura en las elecciones que convierten a Rajoy en el peor presidente de la democracia española. La oposición de Rubalcaba fue blanda, sin fuelle contra los argumentos de la España heredada que tanto gustaba blandir al PP. Al primer debate Rubalcaba tuvo que dimitir y dejar que un nuevo líder se fogueara y diera a conocer un nuevo PSOE con unas nuevas reglas y una nueva imagen. Pero esto ya es historia y no tiene vuelta atrás.

Y viene Pedro. Una persona elegida por los votos de los militantes y no por una meritocracia cada vez más alejada de militantes y votantes. Una persona que gana unas elecciones de principio a fin y no unas elecciones interruptus como la compañera Susana Díaz.

Pedro tenía fama de socio liberal y todos nos temíamos un nuevo paso del partido hacia la derecha, pero llegaron las elecciones y el programa electoral, pero sobre todo los hechos como candidato iban mejorando su imagen ante votantes y militantes. Su oposición feroz a Rajoy nos hacía de nuevo tener esperanza de que el PSOE volvería a ser no solo un partido de gobierno, sino de defensa de los trabajadores contra la masacre en los derechos de los mismos ejercida por el PP de Rajoy.

Pedro, primero, dejó en evidencia a un Rajoy huidizo y cobarde ante la posibilidad de perder, quizás por primera vez en su vida, al presentarse con un gobierno en conjunción con Ciudadanos con un espíritu progresista y reformador. Podemos, desgraciadamente pensó más en sus asientos que en cambiar efectivamente el país y aquella tentativa falló. Y fueron los responsables con su postura de que Rajoy creciera de nuevo en las siguientes elecciones, evitando la superación deseada al PSOE y mostrando que su postura fue inmadura e incongruente con su discurso, además de otros errores como unir voto socialdemocrata heredado del PSOE con el voto anguitista de IU que tacha de traidores a los anteriores en un coctel demasiado explosivo.

Desde entonces Podemos solo se ha caracterizado por romper todos los lazos con los partidos que podrían reformar este país de las situaciones injustas que sufren sus ciudadanos. Podemos con sus últimas actuaciones sigue en esta línea intentado eliminar al PSOE de la historia.

Pero Podemos cuenta con ayuda interna y esa es mi visión.

Los barones que ahora quieren que dimita Pedro fueron los primeros en defender a Rubalcaba durante más de dos años cuando el partido se encontraba en una situación de fuerza respecto a sus competidores en la izquierda y no tienen paciencia con un secretario general que sufre la invasión de una nueva fuerza que, respecto a los votantes, tienen una imagen limpia que desgraciadamente estos compañeros barones no tienen respecto a estos mismos votantes.

Los Barones que ahora quieren que dimita Pedro son los que se oponen al no al Rajoy de los recortes de la democracia española y prefieren una abstención que mantenga al PP de la corrupción en el gobierno de España.

Un "no es no" que fue uno de los principales argumentos de la última campaña electoral del partido. ¿Queremos traicionar lo prometido a nuestros votantes con la abstención?, ¿queremos parecernos de verdad al PP que mintió a sus votantes?, ¿queremos ser de verdad lo mismo que el PP? Pues no. Si otros partidos son incapaces de hablar entre sí para evitar la llegada de nuevo de este Rajoy es problema suyo, pero no del PSOE que ofrece el pacto de gobierno.

Lo que ahora se ven como derrotas electorales sin parangón no son más que el reajuste de la nueva situación electoral de la izquierda. Si la izquierda quiere gobernar solo podrá ser en coalición, 85 escaños, en esta nueva situación son números de gobierno, no de oposición, pero pactando, que es lo que de verdad nos dijeron los votantes.

 Para saber si de verdad estamos ante la desaparición del PSOE tendremos que esperar a que se cumplan los ciclos democráticos y los ciudadanos manifiesten su opinión a través de la urnas al menos un par de ciclos. La verdadera derrota del partido fue una toma de decisiones incorrectas y un "me cueste lo que me cueste" y desde luego que está costando demasiado.  Si Ciudadanos quiere sobrevivir no le queda más remedio que pactar con las fuerzas del cambio, aunque no le gusten, hasta que el PP se limpie hasta la médula y entonces ya verán ellos que deciden.

Usar los resultados del País Vasco o Galicia es como despedir a un entrenador por jugar en campo contrario y con el árbitro en contra. Por otras situaciones análogas se sabe que después de un proceso de paz ante un grupo terrorista que actúa en un territorio suele ganar elecciones o subir mucho la opción política de ese grupo terrorista y que con el tiempo los que de verdad obtuvieron esa derrota de la parte armada suelen recibir los beneficios de sus buenas acciones. Recordemos que la brillante acción político-negociadora de Rubalcaba contra ETA ha sido prácticamente borrada de la historia de este país; En la parte de la derecha el PNV ocupa el puesto de Ciudadanos, entendiendo la parte liberal de su ideología económica que es muy similar, no la parte nacionalista en donde son partidos totalmente contrarios, en País Vasco y con un PP desaparecido después del mal uso de las víctimas de ETA redondean los resultados. En Galicia el PP mantiene un bloque profundamente arraigado, tanto que Ciudadanos no tiene enganche en esa comunidad y por tanto no hay dispersión del voto en la derecha; en la izquierda la llegada de Podemos ha roto el espacio y favorecido un desigual reparto respecto a la derecha y todo según la ley D´Hondt aún vigente gracias al bloqueo sufrido por la visión particular de Podemos en la pasada y frustrada legislatura.

Sólo espero que esta terrible situación planteada por los miembros dimitidos de la ejecutiva federal no deje de nuevo a España en manos de Rajoy o nos lleve a unas elecciones que amplíe el margen del peor presidente de la historia de la democracia en España.

Sólo espero que la izquierda, englobando en ella a PSOE y Podemos, y el partido liberal entren en cordura.

Patrón de medida