viernes. 19.04.2024

Libre albedrío

Juan José Rodríguez | La  supresión del libre albedrío que hoy se observa  se debe al desarrollo de una estrategia predeterminada: suprimir la información imparcial y la credibilidad de la mayoría de organizaciones sociales.

En la  primera, los asalariados tienen difícil oponerse al cambio de informar, por adoctrinar o manipular. La resistencia se erradica sin contemplación y los medios prefieren convertirse en el fenómeno mediático que favorece el desarrollo de la estrategia marcada.

Son necesarios dos tiempos para el asalto a las organizaciones sociales.

En la primera fase, estas organizaciones olvidan su cometido social a base de ser regadas con prebendas económicas, subvenciones y protagonismo ejecutivo innecesario, que sobredimensionan su estructura orgánica y adormecen a sus bases.

En una segunda fase, los medios de comunicación dinamitan la credibilidad de las organizaciones, con lo que desaparece el contrapeso necesario para un equilibrio entre lo público y lo privado, los derechos y las obligaciones, lo legal y lo ético.

En dos pasos consiguen sustituir el libre albedrío por el miedo: miedo al futuro, miedo al presente, miedo a perder el trabajo, miedo a la subida del gas, miedo a la factura de la luz, miedo y más miedo.

El miedo bloquea la creatividad, el miedo impide el progreso, el miedo paraliza a la sociedad, el miedo ya tiene su razón de ser: Reforma laboral, Reforma educativa, Reforma Judicial, Reforma Constitucional, Reformas y más reformas.

Recuperar el libre albedrío no es tarea imposible, es necesario tenacidad, ingenio y constancia.

Las organizaciones sindicales son tenaces en el empeño  de revertir situación actual de parálisis en sus bases y descrédito de su estructura. Para ello, están realizando procesos de reestructuración y fusión de federaciones, que les permitan dar el servicio que demanda la clase obrera con garantías de éxito y reducir el déficit económico.

El ingenio de periodistas independientes permite que la información imparcial llegue a la ciudadanía utilizando las nuevas tecnologías que abren multitud de posibilidades a la hora de comunicar.

La información es devorada de forma incesante  por la clase social media y alta, sin embargo, no es tan fácil llegar a los estratos desfavorecidos de la sociedad, que están a la merced de las grandes empresas.

Llegar a toda la sociedad solo es posible con la complicidad de esta parte de la ciudadanía informada, replicando como el eco a sus iguales aquello que leen, escuchan, conocen… a los diferentes estratos sociales.

La constancia de las organizaciones políticas en la defensa de valores que representan el bienestar social es progresista y fundamental para liberar el albedrío.

Mirando por el retrovisor podemos observar que  para las elecciones del 2000 el candidato del PSOE elegido en primarias fue José Borrell. Sin embargo su renuncia permitió que el  Secretario General y perdedor de esas primarias, Joaquín Almunia, se presentara como candidato y llegaran a pactos con Francisco Frutos (coordinador general de IU).

Todo era posible por el interés general. Las líneas rojas se teñían de verde esperanza y se compartían proyectos que ilusionaban a las bases, en aquel entonces más consciente de la vulnerabilidad de ser clase obrera.

¿Dónde quedó el discurso fraternal del hijo de Juana Posse en pro de la unidad de las clases obreras? Si él se encontrara hoy entre nosotros, sufriendo las consecuencias de los excesos de unos pocos, dudo que estuviera de acuerdo con aquel que un día fue compañero, no solo por defender ideas bajo las siglas de Socialista y Obrero, sino también por serlo y sentirlo, y que hoy es más conocido por ser expresidente del Gobierno y asesor de una gran empresa y que se dirige desde un estrato social bien diferente al de las bases para marcar al partido político, al que tanto debe, el camino a seguir.

Sin libre albedrío no se pueden dar lecciones de clarividencia, la mente se incapacita para razonar respuestas y sólo se dice y se hace lo que se debe y no lo que se puede... Libertad para tener la seguridad de que nuestra elección es la consecuencia de nuestras propias experiencias y necesidades y no la imposición interesada de unos pocos manipuladores con grandes dotes comunicativos y grandes medios de comunicación donde exponerlas.

Libre albedrío