viernes. 19.04.2024

La maldad y la buena muerte

Sólo seis países permiten la eutanasia o el suicidio asistido en el mundo: Suiza, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia y en algunos estados de Estados Unidos

Por Mariola Marrero | Muerte digna, es la que se efectúa con todos los alivios médicos y los consuelos humanos posibles. También se denomina ortotanasia. No es equivalente a la eutanasia porque no es una muerte bajo petición ni por demanda.

Suicidio Asistido es cuando se le proporciona a una persona con conocimiento los medios necesarios para suicidarse, asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, prescripción o suministro. El paciente acaba con su propia vida.

Eutanasia, del griego eu (que significa bien o fácil) y thanatos (muerte). Etimológicamente sólo significa "buena muerte".  Están la eutanasia directa, cuando se adelanta la muerte de una persona que tiene una enfermedad incurable. La activa,  es la muerte del enfermo por medio de fármacos letales,  y la pasiva, consistente en la muerte del enfermo por suspensión del tratamiento médico y alimentación asistida.

Sólo seis países permiten la eutanasia o el suicidio asistido en el mundo: Suiza, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia y en algunos estados de Estados Unidos. En Holanda, gozan de ese derecho los menores mayores de 12 años, y en Suiza los extranjeros. La asociación Dignitas  ayuda a la "buena muerte", lo que ha generado un "turismo de la muerte".

Italia en la Constitución reconoce el derecho a rechazar un tratamiento y Francia lleva años sosteniendo un debate abierto y cíclico sobre la muerte digna y los límites de la eutanasia o el suicidio asistido que están prohibidos por ahora.

Bélgica, pionera, está a punto de ir más allá y aprobar la muerte asistida a los menores. El Parlamento belga vota tras el visto bueno del Senado con el apoyo de partidos socialistas, liberales y ecologistas, y la oposición de los democristianos, los nacionalistas ultra derechistas y la Iglesia, como no podía ser de otra forma.

En Noruega, Dinamarca, Alemania o Austria, existe un modelo similar al de España.

En España, la eutanasia es ilegal. El artículo 143 del Código Penal contempla penas de dos a cinco años por ayudar a suicidarse a alguien, y de seis a diez si se ejecuta la acción. Las condenas se reducirían si la persona asistida hubiera dado su consentimiento y padeciera una enfermedad incurable o sufriera fuertes y constantes dolores.

 Según  encuestas del CIS, los españoles apoyarían la despenalización de la muerte asistida pero queda un largo camino y un debate que algunos no quieren tener… Ni siquiera los cuidados paliativos se aplican igual en todas las comunidades autónomas, aunque es un derecho reconocido por el Sistema Nacional de Salud.

 El domingo 2 de Abril, José Antonio Arrabal, se quitó la vida, tenía  58 años y era enfermo de ELA. Estuvo meses pidiendo al Gobierno que despenalizara la eutanasia. Como ya Ramón Sampedro reclamó sin éxito y le llevó a su muerte en 1998.

El diario El País publicó el jueves 6 de Abril un desgarrador video donde  exponía las razones por las que se había decidido a “ser libre”. Para José Antonio, el diagnóstico de la ELA le sentenció a muerte. Su pena era no poder ser asistido por un médico que le suministrara la letal medicación y el no poder disfrutar en sus últimos momentos de su familia por el temor a que se les enjuiciara. En suma, se quejaba por tener que morir” solo y en la clandestinidad”.

 Arrabal dice en el video que es "indignante" que en España el suicidio asistido y la eutanasia no sean legales "."Hoy soy yo, pero en el futuro pueden ser tus abuelos, tus padres, tus hermanos, tus hijos, tus nietos o tú", nos recordó  antes de ingerir una combinación de medicamentos que tuvo que comprar por Internet.

La esclerosis lateral amiotrófica, o ELA es una enfermedad devastadora que se caracteriza por pérdida progresiva de las neuronas motoras, produciendo debilidades de los músculos bulbares, de las extremidades, torácicas y abdominales. El único fármaco efectivo para la ELA es el riluzol pero sólo puede prolongar la vida 6 meses. La severidad de la enfermedad, la poca efectividad de las medicinas y la dependencia de otros llevan a que el riesgo de cometer suicidio en estos enfermos sea seis veces más alto que en otras patologías

El por qué no tenemos libertad para poner fin a nuestra vida de manera digna si esta se convierte en un sin vivir es, a día de hoy  una de las barreras que nos limita el progreso y la evolución como sociedad. La decisión sobre cuando acabar con nuestra vida no debería estar en otras manos que en las nuestras sin penalización, con la asistencia de profesionales y rodeados de nuestros seres queridos.

 El 28 de marzo el pleno del Congreso aprobó tramitar una proposición de ley a propuesta de Ciudadanos para garantizar el derecho a una muerte digna y el proceso que deben asumir los profesionales sanitarios. La iniciativa fue apoyada por el PP, PSOE, Unidos Podemos, UPN y  Compromís, ERC se abstuvo y PNV y del Partido Demócrata Europeo Catalán votaron en contra. Pero, tan solo unos días antes, el pleno había rechazado otra proposición de Unidos Podemos, para legalizar la eutanasia y entonces el  PP, PSOE y Ciudadanos pidieron un "debate sosegado".

Pero no hay sosiego para los enfermos de ELA, ni para todos los que sufren una enfermedad degenerativa que les merma como personas y les arrebata la dignidad. Solo entendería que los muy religiosos se opusieran, porque la religión sigue entorpeciendo la evolución natural de la sociedad y ése debería ser el único debate. La religión, más que nada, necesita evolucionar al igual que algunas mentalidades arcaicas que intentan imponer su criterio como la única verdad, a pesar del dolor que su ostracismo le produce a muchos. ¿Y si fuera, como decía José Antonio, un miembro de su familia o ellos mismos?

Se puede ser pro vida, cuando esa vida vale la pena vivirla.

Pero también hay que ser pro muerte cuando es uno mismo el que no se reconoce como persona, cuando la única vida que te espera es indigna, dependiente y te ves consumiéndote y degenerando en algo que nadie quisiéramos ser.

Obligar a alguien a que amanezca cada día sin esperanza de mejorar, sabiendo que lo único seguro es el dolor y el sufrimiento, no solo de su cuerpo y mente, sino de su entorno, es de un egoísmo inexplicable

La maldad y la buena muerte