jueves. 28.03.2024

Rompiendo el hielo

Por Ayoze Rodríguez | Cada día nos enfrentamos a todas esas barreras que la vida nos pone en el camino, para que nos cueste avanzar en esa calle tan compleja que ella misma ha inaugurado desde el primer momento en que ponemos nuestros pies en ella.

Si a nosotros en muchas ocasiones nos cuesta romper muros, imaginaos por un momento, cuán complicado puede ser para un ser humano con autismo o una persona con Trastorno de Espectro Autista romper el hielo, algo menos complejo para ti pero más difíciles para ellos y ellas. Con un poco de empatía, seguro que usted  que ahora lee estas líneas, entenderá de qué estoy hablando.

En lo personal, mi barrera siempre ha sido encontrar la respuesta a la pregunta de si mi hija, esa persona con una adorable inocencia y un corazón cuya pureza y bondad es infinita, podrá valerse por sí misma, y que llegado el momento, no nos necesite ni a su madre, ni a su hermana, ni a mí. Pero mirándolo en positivo, precisamente ese interrogante, es la que nos mueve cada día.

Seguro que muchos padres y madres que se encuentran en la misma situación que yo, saben de qué hablo. Incluso hay quien pueda pensar que ojalá su barrera sea la misma que la mía. Pero lo que nos une es estar ahí, ayudándoles diariamente a romper esas barreras, porque sabemos que saben superarlas.

También hay que poner en valor los avances de los sistemas sanitario y educativo. En mi caso, tuve la suerte que referente a mi hija, tanto la escuela como su pediatra, nos pusieron en “alerta”, y  se le detectó de manera temprana, a los 4-5 años, siendo desde esa edad el primer momento que comenzamos a  trabajar con ella.  Pero la realidad es que la mayoría de los casos, suelen ser diagnosticados de manera tardía o muy tardía. 

Poner todos los medios posibles para potenciar las políticas transversales necesarias para lograr una mejora del diagnóstico temprano de Trastorno de Espectro Autista (TEA) e incrementar también las que ayuden a quienes se les ha detectado con retraso, siendo este último, un colectivo con mayor riesgo de exclusión social y más propicio a la hora de padecer otras enfermedades como trastornos depresivos, han de ser soluciones que no pueden esperar. Para lo primero, la nueva reforma del sistema educativo que está por construirse debe de establecer pautas que sirvan para mejorar los protocolos de actuación del Ministerio de Educación en los centros escolares, y sobre todo, aumentar las partidas de becas para niños y niñas con necesidades específicas de apoyo. Para lo segundo, propongo una atención psicológica sanitaria pública exclusiva para ayudar a las personas jóvenes, pero ya en edades más adultas (entre 20-35 años por ejemplo), en aquellas regiones en las que las largas listas de espera sean otra barrera que deban eliminar. Y si esta medida no es posible, pues compatibilizarlas con acuerdos concertados mediante una ayuda económica pública, cuya cuantía se establezca desde la gratuidad hasta un porcentaje adecuado, según el nivel de renta de la persona o unidad familiar.

Pero aún así y todo, hay una barrera más por derribar, y ésta ni la podemos romper quienes somos padres y madres, ni nuestros hijos e hijas. Esa barrera la debe derribar la sociedad en su conjunto, desde el primer pilar de la educación, los hogares, concienciando que las personas con TEA o con Autismo también son seres humanos.

Por ello, como dogma de fe, personalmente he asumido que mi obligación es ayudar a que mi hija aprenda a valerse por sí misma, mediante la mejora de su autonomía personal y de sus habilidades sociales, usando todos los medios que estén a mí alcance. Pero, además, hacer ver a la sociedad que no es una persona a la que se la deba de marginar porque tal vez no encaje en los estereotipos comunes que todos y todas hemos asumido.

 Y es que tal vez, usted que ahora está terminando de leer este artículo, llegue a comprender algún día, que ellos y ellas son personas, dulces, tiernas, incapaces de mentir, totalmente carentes de prejuicios o de maldad, cualidades estas que son carencias en la mayoría de la sociedad.

Rompiendo el hielo