viernes. 29.03.2024

El Partido Socialista como "puta por rastrojo"

Permítame el lector que ante la gravedad del problema sobre el que le invito a reflexionar, comience, para quitar sangre a la cosa, con un chiste que, aunque verde, y en cierto modo “machista”, encierra su intríngulis. Y permítame también que en este artículo eche mano de frases que dicen más de lo que dicen o esconden más de lo que esconden. Es tradicional, dada la flexibilidad de nuestro idioma, acudir al juego sonoro de las palabras para sugerir un pensamiento, lanzar una alegoría o construir una picaresca. Multitud de coplas populares, rondeñas y seguidillas, que jugando con la rima, las ambigüedades, y las contraposiciones, describen de manera exacta cualquier situación, cuanto más complicada, mejor descrita con menores palabras. El que quiera entender que entienda, el que quiera darse por aludido, se dé, y el que quiera pensar mal, pues a ello da pie la aliteración y el doble sentido, lo puede hacer sin sonrojo. Es lo que hay. Se dice lo que se dice. El color depende del cristal con que se mire, verde, azul o rojo. Y voy a lo que voy. Al chiste verde que el lector puede convertir en el color que quiera, y que sirve como ilustración verbal y jocosa a la reflexión sobre la actuación del prostituido partido socialista en nuestro sistema democrático. Un “Partido, Partido” (¿otro PP?), que el cambio viene pregonando y con el mazo dando, pero en el clavo equivocado. Porque, del cambio, han pasado al “cambiazo”. Todo, porque no se quería identificar con quienes abogaban por un auténtico cambio social y democrático. Visto lo visto, su actuación, callando y otorgando, pone de manifiesto que esto no es democracia ni es na, sólo un juego de escaños y poder en el que hoy me toca a mí y mañana te toca a ti, como hacían nuestros antepasados políticos decimonónicos. Así nos ha ido con tanto turnarse, para luego sumarse, y compincharse con el rival.

Y así nos va, querido Sancho. Fiel escudero, con experiencia en gobernanzas de puertas baratarias e ínsulas giratorias, a las que renunciaste ante el mangoneo de unos ruines ofreciendo manjares y otros placeres, que solamente conforman a los pobres de espíritu y a los villanos ansiosos de poder y riquezas. A ti, sabio escudero, que salías de los trances ficticios, a cada cual más enrevesado, planteados por esos bellacos con ánimo de mofa, con tu popular filosofía, dejando boquiabiertos y patitiesos a esos rufianes que siguen multiplicándose y perdurando a lo largo de los siglos. Así nos va, Sancho amigo, tú que eres amante de refranes cuya filosofía desconocen esos villanos y sus mamporreros. Por eso hacen lo que hacen y son como son. Tratan de ocultarse bajo siglas que dicen una cosa y hacen otra, pero tarde o temprano son descubiertos porque cuando va mucho el cántaro a la fuente, acaba rompiéndose. Eso les ha pasado. Comenzaron renunciando a unas ideologías, porque así se lo indicaron de fuera ante el marketing preparado, y porque sin ellas, ideologías y éticas, la vida es fácil, y tenían asegurado el éxito, y acabaron sometiéndose a los poderes de siempre en esta tierra de caraduras, hipócritas, apandadores y acomodados, para acabar acomodándose ellos también, olvidando de dónde venían, y por qué estaban ahí. Cual gentuza sin ética ni escrúpulos, después de un siglo olvidado, hoy acostumbrados al poder y a las altas relaciones financieras y empresariales, acabaron por juntarse con sus enemigos, traicionando sus principios, si es que los tenían. Se han quitado la careta y eso que decían ser, no era sino una externa capa de pintura. Han traicionado sus siglas, a sus militantes y, más grave aún, a la sociedad que les había puesto ahí, a la que deberían devolver ahora todo lo que por su culpa el ciudadano español ha perdido en estos últimos años. Pero Sancho, eso jamás se hará. Si en esta tierra bendita, “Rita, Rita, lo que se da, no se quita”, figúrate lo que se roba, ni los jueces pueden lograr la devolución a su legítimo dueño. A menudo el pirateo -la historia lo ha demostrado-, posee mecanismos de conservación tan potentes y oscuros, que ni la Justicia puede acabar con ellos. En este país, todo se hace sin ton ni son, mejor dicho, con el ton y son que marcan las campanas de la iglesia a las diferentes horas del día, o las campanas de la prensa y unos “barones”  sin baronía, como cuando imperaba el nacionalcatolicismo, que todavía sigue y pesa lo suyo en esta sociedad lastrada por esas lacras.

Sexo, interés y dignidad

Con permiso, para poner la nota de humor y reflexión prometidas, voy con el chiste:

Dos maridos hablan de sexo. Uno intrigado pregunta al otro:

-¿Tú crees que la mujer hace eso por placer o por interés?

  El otro, seguro de su respuesta, le replica:

-Hombre, yo creo que por placer. Porque lo que es interés, interés... mi mujer no pone ninguno.

Sin entrar en polémicas estúpidas sobre sexo y prostitución, dicho únicamente para ilustrar la reflexión sobre la actitud opositora del PSOE en el Congreso, me permito de nuevo hacer referencia al oficio más antiguo de mundo (¿?), que la mujer ejerce siempre obligada. Como parte de su trabajo, simula cariño y entrega con gemidos entre ficticios y acostumbrados, hace “como que hace” el amor... Todo por conformar al “cliente”. Así parece, visto lo visto en “el hemicirco”, que se verá obligado a actuar el grupo socialista respecto al gobierno de su rival al que con su abstención le ha puesto en bandeja la cabeza de todos los españoles. Hacer como que hace oposición. Cómo se conjuga, pues, apoyar una investidura para formar un gobierno y luego oponerse a ese gobierno... ¿Con qué credibilidad? ¿Con qué fin? ¿Con qué argumentos? ¿Lo pusieron para quitarlo a la primera de cambio? ¿Qué cambio? Y no recurran a la falacia de “por España”, “por evitar terceras elecciones”, o porque el otro partido afín -o no es tan afín- no quiso, poniendo líneas rojas imposibles de aceptar. ¿No será que el PSOE está más cerca de la oligarquía que del pueblo? “Cometieron dos errores”, como en la película, y ahora lo quieren remediar retirando la horca de sus cuellos amenazando con una dura oposición al gobierno que han permitido. Si realmente fuera así, no habrían hecho falta alforjas tan complicadas para un viaje sencillo, impedir desde el principio que el PP (Partido Podrido) formara su gobierno. En manos del PSOE, si se hubiera mantenido en sus principios, y aliado con quien debiera, estaba el anunciado “cambio”. Ha hecho, a riesgo de ahorcarse y desaparecer, lo contrario. Ni “pasado el tiempo, como dijo su portavoz, le va dar nadie la razón”. Ha convertido la clara oportunidad de mejorar el rumbo de este país machacado, en un camino lleno de recovecos y riesgos, de incertidumbre y pobreza.

“Que no crea Rajoy que le hemos dado un cheque en blanco”, dicen, prometiendo que serán oposición. Lo han anunciado buscando una justificación al apoyo dado a la investidura de un presidente del partido más corrupto de Europa, cuyo gobierno tampoco se libra de dicha corrupción sistémica. Volviendo al chiste: ¿Lo han hecho por placer o por interés? Creo que aquí prima el interés, un interés, que como el de los bancos, del que dependen, les va a costar caro.

Chiste de interés/sexo y oficio antiguo... Mejor descrito imposible. Vienen, pues, muy a cuento por lo que en el Congreso está haciendo y comenzó haciendo el dos veces, por su división, Partido Socialista, a finales del mes pasado. Sí, cuando votaban antes y se abstenían después allí dentro, mientras afuera en la calle, a unos metros, el pueblo se manifestaba en contra; cuando afuera el paro aumentaba en un mes cerca de 50.000 personas al haber pasado las vacas gordas de los trabajos miserables del verano; y los pensionistas se mordían las uñas, a falta de morder otra cosa, pensando que de un momento a otro se quedaban sin su pensión, que les pertenece porque para eso han estado dando al Estado, metiendo en sus arcas, parte de su sudor; les amenazan con quitársela ahora, cuando más falta hace. Votaban y se abstenían cuando a ese mismo día, los estudiantes se echaron a la calle por centenares en todas las ciudades de España en contra de una ley impuesta y sin consensuar, auto denominada Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la no sé qué, que abreviado es LOMCE, algo así como “lance”, pero sin lanzar, porque es imposible mejorar la calidad si ya hay calidad, menos todavía cuando no la hay. (Otra forma de hacer como que hace el PP del que acaba de aprender el PSOE).

Votaban y se abstenían -el que calla otorga... su asentimiento a la corrupción- dentro del “hemicirco”, casi al tiempo que afuera, en la catedral de la inteligencia, su ex máximo dirigente, “barón sin baronía”, Felipe González, vendido a las grandes empresas hurtadas a la sociedad, se compinchaba con otro mamporrero de las altas comunicaciones y finanzas, que iba de adalid de la libertad e independencia de la información... en una conferencia ante jóvenes con estudios, pero sin futuro, con criterio propio para expresar su malestar, que tanto ha criticado la prensa servil, y “dependiente”. Insultos a la dignidad de unos conferenciantes... sin dignidad. ¡Qué mayor insulto! Con gente así, capaz de desmontar un partido, anunciar miedos y catástrofes tapando las que hay, y eliminar a políticos coherentes... no hace falta dictaduras.  

Visto lo visto, los cambiantes golpistas, ahora pretenden hacernos creer que van a ejercer de oposición seria (sería, con acento). Que van a poner a Rajoy entre las cuerdas, si cuando pudo hacerlo, no lo hizo, ascendiéndolo al podio mediante una patraña urdida por sus altos dirigentes de baja estofa y las grandes empresas de medios y finanzas. Ni ellos se lo creen, pero les conviene que los mangantes de ese partido, más partido que nunca, ascendieran de nuevo a la presidencia a uno de los presidentes más ineptos de Europa, para dirigir un sistema en el que ellos están menos interesados que nadie en que cambie, aunque se les llene la boca desde hace treinta años con el dichoso “cambio”. Un cambio que solamente a alguno de esos llamados “sociolistos” (como les he denominado en varias ocasiones), les ha llegado y beneficiado. Harán como que hacen oposición. Como las profesionales del sexo. Les diferencia que ellas lo ejercen a su pesar, y éstos, por gusto. Y también por interés. ¿O no? Hacen a todo, querido Sancho. Y así andan, como pu... por ras... 

El Partido Socialista como "puta por rastrojo"