jueves. 28.03.2024

El trilema de Podemos y la necesidad de un gobierno del cambio

Esperemos que la iniciativa ciudadana de recogida de firmas en torno a la carta dirigida a PSOE, Podemos y C's sea un acicate para reactivar las negociaciones.

La palabra trilema no está recogida en el diccionario de la Real Academia Española, pero se puede leer en múltiples artículos y trabajos de análisis político y económico. La popularizó Dani Rodorik, profesor de Harvard, en su libro “La paradoja de la globalización “, donde la define como las opciones que hoy deben afrontar los dirigentes de los estados democráticos occidentales en torno a la globalización económica, la democracia política y la soberanía nacional. Explica que en un mundo globalizado como el actual, con democracia y plena soberanía de los Estados, no es posible combinar todo al mismo tiempo y con la máxima intensidad.

En síntesis, si un dilema es la elección entre dos alternativas incompatibles, un trilema es elegir dos opciones sobre tres alternativas que simultáneamente son incompatibles. Que es precisamente lo que estos días Pablo Iglesias y los dirigentes de Podemos, tienen pendiente de resolver ante la investidura de Pedro Sánchez y la formación de un gobierno de cambio.

Por una parte, necesitan no aparecer como los directos responsables de no desalojar al PP del gobierno e impedir la aprobación de importantes medidas que son una clara mejora de la situación actual, como las referidas a la reforma laboral, a un ingreso mínimo vital, instaurar un impuesto sobre los grandes patrimonios o bajar el IVA cultural, etc.

Por otra parte, Podemos necesita repetir el mensaje de que vienen y, sobretodo, que van hacia lugares diferentes que el resto de partidos políticos. Como su líder Pablo Iglesias, recibido el pasado sábado 9 de abril en el Casino de la Aliança del Poble Nou de Barcelona con el grito de los asistentes “no queremos pacto”, repitió al referirse al final de las negociaciones con PSOE y Cs: “hemos resistido la voluntad de otras fuerzas que intentan domesticar y normalizar a Podemos”. Necesitan insistir que ellos están en una orilla frente a todos los demás en la otra.

Y por otra parte, desde la razón misma de su constitución, está su rechazo a ser una organización testimonial instalada en la oposición en el papel de “pepito grillo”. Si algo desde el primer día Podemos ha expresado con nitidez es su aspiración a influir, condicionar y sobre todo a gobernar, en la misma línea del famoso: “El cielo no se toma por consenso: se toma por asalto”   lo cual quedó meridianamente claro en su declaración de intenciones la noche del 20D, al igual que sucedió tras la audiencia real.

Así que, como en el trilema de Robrik, las tres opciones a la vez y las tres con la máxima intensidad no son posibles.

Se puede facilitar la investidura, apuntarse el mérito principal de haber desalojado al PP y condicionar e influir de forma muy importante en la política de nuestro país como resultado de una negociación. Pero ya no se podría defender que se va a lugares diferentes a los demás.  Porque ya no estaría solo en su orilla frente al resto.

Se puede, como parece, no votar la investidura  y afirmar que han impedido que les normalicen y domestiquen. Y con ello,  mantener su orilla.

E incluso se puede defender la ambición declarada de  “tomar el cielo” y unas nuevas elecciones con la posibilidad de ser el principal partido de la oposición, por delante del PSOE. Pero no podrán impedir, por mil ingeniosas metáforas como “Pedro Sanchez enjaulado”,  “los Intereses del Ibex 35” o con otro líder socialista habría acuerdo”, cargar con la culpa, para muchísimas personas de izquierdas,  de frustrar un gobierno del cambio y de las consecuencias de unas nuevas elecciones de las que es muy  probable que salgan  un futuro gobierno de derechas.

El tiempo nos dirá las consecuencias de la opción del trilema elegida por Podemos. Pero merece la pena recordar que un partido vale la suma de sus votos  y de sus alianzas, que el poder es tanto lo uno como lo otro. Además que en política no se ha construido nada duradero desde las intransigencias, los ataques personales y la descalificación. Esperemos que la iniciativa ciudadana de recogida de firmas en torno a la carta dirigida a PSOE, Podemos y Ciudadanos: ES POSIBLE Y NECESARIO UN GOBIERNO DEL CAMBIO: REPETIR LAS ELECCIONES NO ES SOLUCIÓN convertida en menos de 24h en una potente y plural movilización ciudadana sea un acicate para reactivar las negociaciones hacer realidad un acuerdo, evitando ese irredentismo tan común en la historia de la izquierda de despreciar lo posible para idealizar lo imposible. Porque, si se puede, un gobierno del cambio.

El trilema de Podemos y la necesidad de un gobierno del cambio