viernes. 19.04.2024

La vida arreglada

Al señor consejero de Sanidad madrileño no le importaría gran cosa dimitir porque ya tiene "la vida arreglada"...

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También la inconsciencia, el descuido y la laxitud de criterio de las autoridades sanitarias han podido provocar un diluvio de sangre en la crisis del Ébola

Al señor consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid no le importaría gran cosa dimitir porque ya tiene «la vida arreglada». Les aconsejo que saboreen la frase, que le den algunas vueltas en el paladar para extraer toda su sustancia. Es una frase que aflora a la superficie de los medios surgida desde los instintos más profundos de una casta.

Se puede decir lo mismo, con algo más de literatura. Madame de Pompadour, según cuentan las crónicas, se vio cierto día de 1757 abordada en el boudoir por su amante el rey Luis XV de Francia. Venía el hombre desencajado: las tropas francesas acababan de ser derrotadas por las prusianas en Rossbach. «¿Qué va a ser de nosotros ahora?», gimió el monarca. Y la bella encogió los torneados hombros y dejó para la posteridad una frase inmortal: «Después de mí, el diluvio». Hubo en efecto un diluvio, ha escrito un historiador: un diluvio de sangre.

También la inconsciencia, el descuido y la laxitud de criterio de las autoridades sanitarias han podido provocar un diluvio de sangre en la crisis del Ébola. Pero al consejero le trae al soslayo, porque él tiene «la vida arreglada». Que los demás se arreglen también, por su cuenta. Si se equivocan, en el pecado llevarán la penitencia. Incluidos quienes no han pecado, si el contagio se dispara a otros barrios, que siempre serán barrios populares y no exclusivos. Esa no es cuestión que quite el sueño a la Autoridad (a la Austeridad).

Algo parecido debieron de pensar en su momento los dirigentes de Caja Madrid. Los suscriptores de opciones preferentes, los hipotecados, los mindundis, que se apañen como buenamente puedan: yo ya tengo la vida arreglada, el retiro blindado. Y para mejor redondeo, también tengo una tarjeta black. «A mí plin», sería la traducción al castizo de su actitud. O dicho en latín: Fiat Bankia, pereat mundus. En eso estamos.

La vida arreglada