jueves. 28.03.2024

Algunas reflexiones

Estamos en una de esas épocas en las que los acontecimientos avanzan a tal velocidad, y el ruido y el alboroto son tan fuertes...

Estamos en una de esas épocas en las que los acontecimientos avanzan a tal velocidad, y el ruido y el alboroto son tan fuertes, que se hace imprescindible detenerse a reflexionar para no ser devorados, literalmente, por la propaganda y la verborrea que lo inunda todo.

Y la primera cuestión que debe ser aclarada en este “totum revolotum” es que, en democracia, la raya que no puede traspasarse nunca, es la que marca la frontera del respeto al imperio de la Ley.

Por muy ineficaz o inútil que resulte o parezca un gobierno, solo a través de los mecanismos que establecen las leyes, puede ser contestado.

Lo otro, lo de Ucrania y tantos otros lugares que derriban gobiernos en las calles, se llama de otra manera. Por mucho que en el caso de Ucrania haya terminado siendo avalado por una cada vez menos reconocible Unión Europea.

Por eso, tampoco son de recibo las pretensiones de Artur Mas, esas de inventarse competencias que no tiene y pretender defender que lo más democrático es votar, en lugar de respetar (hasta que se cambie) la ley de leyes que es la Constitución y por la cual el mismo gobierna.

Enfrentar a los ciudadanos con las leyes, repito, en democracia; no le dará más razón y sí dificultará cualquier posible salida negociada en base al desarrollo de la autonomía.

Pero sigamos adelante. Nos marchamos en el mes de Julio, dejando en el seno del País y de la izquierda, los rescoldos del fuerte desengaño para con los partidos y que amenazaba, especialmente, con arrasar los cimientos de la izquierda tradicional, PSOE e IU. Y donde, emergía con fuerza arrolladora, el fenómeno popular de “PODEMOS”.

Fenómeno, que con cuatro ideas, amenazaba con barrerlo todo. Y que simplemente, colocando en el primer término de su denuncia, “la fotografía de la incoherencia” de quienes se habían venido presentando a sí mismos como los defensores y adalides de las ideas de la izquierda, había sido suficiente para conseguir subir los decibelios de la contestación, y en muchos casos, especialmente en lo que respecta al PSOE, el abandono de cientos de miles de votantes, que de pronto querían expresar que ya no se veían representados por “la casta”, término acuñado con éxito por PODEMOS.

Que haya bastado con cuestionar, radicalmente eso sí, a las representaciones políticas (la casta), para alcanzar semejante éxito político, solo nos indica hasta qué punto el alejamiento entre representantes y representados había llegado. Y también, el grave y mayúsculo hartazgo que la ciudadanía venía anunciando hacia los “políticos profesionales” sin que estos hubieran querido enterarse.

LLEGA EL TIEMPO DE CONSTRUIR

Lo más fácil, la crítica demoledora hacia esa casta de políticos que han venido actuando al margen (cuando no en contra) de los intereses mayoritarios de la ciudadanía, ya se ha producido. Y se ha puesto en evidencia que estos nuevos tiempos requieren también nuevas formas y contenidos que respondan a las inquietudes de la población.

Las formas ya están cambiando y puede empezar a verse un antes y un después en temas como la voluntad de acabar con las puertas giratorias y algunas prebendas… Esperemos que solo sea el comienzo de muchos otros.

En el lado de la ciudadanía, también otra observación. Baja la fidelidad del voto a los partidos, te voto hoy pero mañana ya veremos. Y crecen las exigencias de tener que parecerse más, mucho más, a lo que se dice representar.

Y esto sirve lo mismo para la izquierda tradicional, que obviamente lo tiene mucho más difícil porque no le valen las promesas y tiene que ir con el ejemplo por delante, y para los recién llegados que ahora deberán presentar (más allá de la denuncia) un programa y una alternativa creíble.

El curso político comienza calentito, calentito; con procesos electorales en el horizonte inmediato…, y desde aquí se lo iremos contando.

Algunas reflexiones