viernes. 29.03.2024

Unidad de la izquierda alternativa a las Elecciones Europeas. ¿Porque no?

La ciudadanía está muy inquieta e indignada y la calle hierve. Cada semana en diferentes mareas salen a la calle en defensa de la sanidad pública, de la educación pública, contra los desahucios, en defensa del puesto de trabajo, de las pensiones públicas y contra la corrupción. Una parte importante del país está movilizada.

La ciudadanía está muy inquieta e indignada y la calle hierve. Cada semana en diferentes mareas salen a la calle en defensa de la sanidad pública, de la educación pública, contra los desahucios, en defensa del puesto de trabajo, de las pensiones públicas y contra la corrupción. Una parte importante del país está movilizada. Los sindicatos y los movimientos sociales canalizan el malestar de la gente, es una respuesta social amplia y muy unitaria. El sindicalismo confederal ha tenido el acierto de no confrontarse con los nuevos movimientos sociales reivindicativos, y ha tejido una amplia alianza del conjunto de movimientos y asociaciones en torno a la Cumbre Social, que ha sido el marco de las últimas convocatorias, desde la Huelga General del 14N, hasta las movilizaciones del 10 de marzo. Así el sindicalismo ha sabido salir de su entorno natural, el mundo del trabajo, para convertir las movilizaciones en anchas mareas sociales.

Otro aspecto importante es que hay una voluntad de internacionalizar las movilizaciones en el ámbito de la Unión Europea, así tanto el 14N como el 10M se enmarcan en movilizaciones europeas convocadas por la Confederación Europea de Sindicatos, por que todos son conscientes de que la actual política de recortes es fruto de las políticas que salen de la Unión, en especial marcadas por el "diktat" de la señora Merkel.

Pero en el ámbito del Estado la actual crisis es algo más que una crisis económica, se trata también de una crisis de la política derivada de una ley electoral que potencia un bipartidismo hoy cuestionado, y una crisis institucional derivada de una Constitución establecida en el momento de la transición que hoy se demuestra ya caduca e inservible para hacer frente a los retos del país.

Cada día es mayor la demanda de un cambio en profundidad, de las políticas económicas austericidas que llevan al país a una muerte lenta y sin esperanza, en la necesidad de recuperar unos servicios públicos que han sufrido unos recortes intolerables, de retornar a un sistema de relaciones laborales donde haya una posición de igualdad entre los interlocutores sociales y donde la negociación colectiva sea la base del sistema. Pero la demanda social es mucho más profunda, pide un cambio de la arquitectura institucional del sistema, y todo debe someterse a discusión, desde la forma de Estado, hasta la necesidad de una nueva estructura de acomodo territorial, hasta una forma diferente de representación política, que evite el monopolio por parte de pocos, que facilite la aparición de nuevos actores políticos, y especialmente que permita una mayor participación de la ciudadanía. Temas como la República, la necesidad de que el Estado garantice los derechos y los servicios públicos a la ciudadanía, la federalización o confederalización del Estado, el establecimiento de una ley electoral que permita la proporcionalidad y el mismo valor del voto, la participación popular mediante la regulación de temas como la iniciativa popular de referéndums vinculantes, son algunos temas que debe tratar con urgencia la agenda política.

Si no queremos la aparición de populismos, propios de momentos de crisis políticas profundas, se hace preciso que los sectores más avanzados sean capaces de articular una alternativa que canalice las demandas sociales.

En estos momentos, donde se ha dado el periodo más importante y continuado de movilización social se nota en falta una reacción desde el ámbito de la política.

La fuerte reacción social, la más importante desde las grandes manifestaciones contra la OTAN, no ha tenido una correlación en el campo de la política. Recordamos cómo la movilización contra la OTAN comportó la aparición de la primigenia Izquierda Unida, pero hoy no se ven movimientos similares desde los diversos sectores alternativos de la izquierda.

¿Porqué desde Izquierda Unida, Espacio Plural, Equo, o de otras organizaciones políticas, de ámbitos de nacionalidad o autonomías varias, no se plantean un proceso de convergencia política en un amplio frente progresista de regeneración?

En este momento parece que la prioridad sea la reafirmación del propio espacio más que dar respuesta a la demanda de la sociedad. Izquierda Unida parece conformarse con un crecimiento derivado del desastre de los socialistas para conseguir una mejora de sus expectativas electorales, más que con generosidad potenciar una unidad de las izquierdas que pueda escapar a su control. Parece que no hayan aprendido nada de la primera fundación de Izquierda Unida y que al PCE no le gusta la posibilidad de perder el control total de la alternativa. En el caso de Espacio Plural parece que sus alianzas en cada autonomía con fuerzas más moderadas les impida dar un paso y convertirse en el portavoz de la necesaria unidad. Equo por su parte está aferrada a establecer un espacio político propio de carácter ecologista de acuerdo con las directrices del Partido Verde Europeo. Sólo desde Izquierda Abierta parece plantearse el tema, pero también con una posición poco aceptable como es la de definir que el cabeza de cartel sea una personalidad determinada como el juez Garzón.

Demasiado miserias, mucho miedo, y muy poca generosidad es lo que podemos observar por parte de organizaciones de izquierdas y ecologistas alternativas a la hora de conformar un Amplio Frente, una organización nueva que se presente ante el electorado con una propuesta nueva, estimulante y alternativa al viejo sistema representado por la derecha corrupta y recortadora de PP y CiU, y a un PSOE en estado agónico derivado de sus posiciones social-liberales.

Y estamos ante un momento propicio, para la aparición de una alternativa como la que proponemos, como son las Elecciones Europeas de 2014. Los problemas de las políticas económicas vienen de Europa y es el momento de difundir una alternativa al propio modelo de construcción europea; por otra parte el voto en las elecciones europeas es totalmente proporcional lo que puede permitir vislumbrar el potencial de la alternativa; hay tiempo suficiente para conformar este nuevo Bloque electoral y hacerlo mediante nuevas formas de hacer política con procesos de elección de candidaturas abiertos a la ciudadanía de progreso, creando una amplia ola política por el cambio que recoja la movilización social.

Si todos los grupos demandados a participar en este proceso se niegan por unas u otras razones a intentarlo serán responsables de que en el futuro los ciudadanos les hagan tan responsables de la situación como a la derecha corrupta y a los socialistas caducados.

Tienen tiempo para hacerlo y no tienen excusa para no hacerlo, sólo el hecho de priorizar sus intereses partidarios por encima de los colectivos. Ahora veremos si en la izquierda alternativa hay capacidad y voluntad de afrontar con valentía y generosidad un momento político trascendente y crear un embrión de nueva organización política para hacer frente no sólo a las Elecciones Europeas sino posteriormente a las Generales. Ahora veremos si las apelaciones a una SYRIZA española son de verdad o simples proclamas propagandistas. Pero que no duden los responsables políticos que pretenden ser alternativos que el juicio de la ciudadanía será de severidad si no responden a las expectativas. Como dice la canción portuguesa "el pueblo es el único que ordena".

Unidad de la izquierda alternativa a las Elecciones Europeas. ¿Porque no?