viernes. 29.03.2024

Todos contra Syriza

A la cita contra Syriza no faltó nadie. Parece que consiguieron su objetivo: la derecha de Nueva Democracia ganó las elecciones y gracias al particular sistema electoral griego podrá gobernar con el apoyo de cualquiera de las organizaciones que arengaron contra la formación de izquierdas. La prensa europea califica de europeísta a la derecha griega y proclama que su triunfo es un  alivio para el euro. Triste paradoja.

A la cita contra Syriza no faltó nadie. Parece que consiguieron su objetivo: la derecha de Nueva Democracia ganó las elecciones y gracias al particular sistema electoral griego podrá gobernar con el apoyo de cualquiera de las organizaciones que arengaron contra la formación de izquierdas. La prensa europea califica de europeísta a la derecha griega y proclama que su triunfo es un  alivio para el euro.

Triste paradoja. La derecha que el domingo consiguió, por escaso margen, ganar las elecciones, es la misma que renegaba de Europa no hace mucho tiempo. En la cruzada contra Syriza no ha estado ausente el KKE (comunistas) mucho más cerca de Stalin que de Marx. Ni tampoco los socialistas o los verdes, estos últimos incapaces de cruzar la línea roja que separa las políticas progresistas de las conservadoras. Una alianza política y financiera, institucional y económica, de mercados y voceros del liberalismo. Y ahí están, dispuestos a tranquilizar a la canciller Merkel, aunque sea a costa de una nueva vuelta de tuerca contra la ciudadanía helena.

Rajoy no faltó al contubernio. Proclamó desde México (acude a la cita del G20) su satisfacción por los resultados en Grecia y coreó la canción de Eurovisión: son buenos para Grecia, para España y para Europa. Pero ni la letra ni la música tienen mucho que ver con la realidad. Los mercados solo entienden de negocio y de dinero, y al día siguiente del ‘éxito griego’, nuestra prima de riesgo batió récord y la bolsa miró al suelo.

La moderna inquisición

En su declaración tras las elecciones griegas, CCOO denunció la lamentable injerencia de los responsables de las instituciones europeas y de muchos gobiernos en la vida interna del país heleno para impedir por todos los medios “que una opción de izquierdas, Syriza, pudiera ganar las elecciones. Una campaña antidemocrática que se ha basado además en una mentira: Syriza siempre expresó su apoyo a la permanencia en el euro y en la UE. Solo centró su propuesta electoral en la petición de renegociar las condiciones del rescate”.

Entonces ¿a qué viene tanta calumnia? A la fuerte devaluación de la democracia y de la política en beneficio del poder económico y financiero. Si un proyecto político osa cuestionar el discurso liberal recibirá la visita de la Santa Inquisición.

Y sin embargo, Grecia para salir del hundimiento económico y social, al que tanto han contribuido las políticas impuestas por la troika (Comisión Europea, BCE y FMI), de las que se vanagloria Ángela Mérkel, necesita con urgencia renegociar las condiciones de  rescate y recibir un plan especial de ayuda, como propone Syriza. Todos los analistas, al menos los que no son propagandistas, advierten que si se siguen imponiendo, sin  más, las condiciones de su plan de rescate, Grecia continuará en la depresión y nunca podrá devolver los préstamos.

Pero eso no importa. Como denuncia CCOO, los responsables políticos de la UE han aplaudido que las elecciones griegas las ganaran los conservadores de Nueva Democracia “el partido que cuando estuvo en el Gobierno, falsificó las cuentas públicas de Grecia con la ayuda del banco norteamericano Goldman Sachs, cuyo vicepresidente para Europa era, en ese momento, Mario Draghi, el actual presidente del BCE”. Por cierto Goldman Sachs es también el banco al que ha recurrido Guindos para tasar Bankia, tras su nacionalización.

Son las cosas de la degradación moral de algunos dirigentes políticos y responsables institucionales (Almunia en vanguardia), dispuestos a convertir su cobardía ante los mercados (si no su complicidad) en oficio inquisitorial liberalismo en mano. Que nadie impugne sus profecías. Hacen honor a lo que son. Por eso la mentira es la única verdad en la boca del necio.

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