jueves. 18.04.2024

Mis muertos, tus muertos. Nuestros muertos

Estaba claro que la gripe aviar era perjudicial para la salud pero de lo que nadie nos advirtió fue de la “crisis avícola” que convierte gaviotas en aguiluchos...

Estaba claro que la gripe aviar era perjudicial para la salud pero de lo que nadie nos advirtió fue de la “crisis avícola” que convierte gaviotas en aguiluchos. Y de esas mezclas de especies que se hacen buscando cosas raras salió esa rara avis entre gaviota y cabeza sin neuronas pero con pollo, el “gavioaguilucho” que muchos de éstos que se llaman Nuevas Generaciones (NNGG) y acusan una degeneración neuronal incompatible con la democracia, padecen y exhiben sin pudor.

La degeneración llega a tal punto que algunos de estos “mozos” lamentan la muerte de Franco como si ésta se hubiera producido ayer por la tarde.

Y, claro, de padres gatos, hijos michinos. De tiparracos que aplauden en un pleno municipal las ejecuciones de Franco sin que a sus compañeros de bancada les sangraran oídos y ojos, a herederos del régimen que se mofan de estafados de preferentes o jalean banderas fascistas.

En esta espiral por ser el más bobo, el menos demócrata y el más ancestro de los homínidos no reparan gastos. Si unos se fotografían con banderas del aguilucho los otros levantan la mano y los “listos de la clase” arremeten contra los muertos y sus familias. Para el PP y NNGG son travesuras.

Para mí son delitos que debieran estar castigados con la misma cárcel que castiga a la izquierda abertzale si esto es de verdad un estado de derecho (en minúsculas pequeñas). Sí, cárcel para quien comete los mismos delitos. El tiempo no mitiga el dolor de las víctimas que llevan llorando decenios a sus familiares asesinados y enterrados en cal viva en las cunetas de las carreteras. Por mucho que intenten pisar con sus cochazos su memoria, no lo lograrán porque ésta no se puede comprar el dinero. Porque, aunque lo intenten, jamás podrán mercantilizar con el dolor verdadero de no poder haber ni dado digna sepultura a quien perdió su vida peleando por la libertad que ultrajan estos hijos de aguilucho convertidos en gaviota.

Porque todos los muertos no son iguales para el PP y les molesta profundamente que para los “rojos” sí lo sean. Y es que una servidora no atisba a ver la diferencia entre el tiro en la nuca en nombre de ETA o de Franco como tampoco sé qué separa a los que enaltecen la labor de ETA y los que jalean los fusilamientos franquistas. Y eso sólo puede suceder por un déficit en la convivencia democrática y el respeto a los Derechos Humanos (sí, en mayúscula). Apliquemos la medicina que tanto ha recetado el PP tantas veces a la izquierda abertzale: hasta que aprendan a convivir con las reglas democráticas y dejen de enaltecer la violencia fascista, que sean ilegalizados.

Hay buena gente en el PP, lo sé, pero mientras callen ante estos tipos, estarán otorgando. Y yo, la verdad, me movería –y mucho- para salir de esta foto.

Y ¿saben de lo que me siento verdaderamente orgullosa? De que jamás he visto a nadie de Juventudes Socialistas alegrarse de los asesinatos. Ni de ETA, GAL, o de aberración semejante. Ni a nadie del PSOE teniendo que justificar semejantes actitudes. Eso nos separa, la sensibilidad.

 La ciudadanía quiere compromisos. Entre otras cosas, me comprometo a luchar contra el fascismo.

Porque los muertos duelen. Todos.

Mis muertos, tus muertos. Nuestros muertos