Cuando se realizo el referéndum en Grecia en relación con las reformas que imponía la UE, hubo un cierto flirteo de Rusia con el gobierno de Alexis Tsipras, en la línea de buscar acuerdos sobre financiación y relaciones económicas. Tiene su lógica que una potencia como Rusia tratara de aprovechar cualquier agujero en el tejido de la Europa Comunitaria para introducir una cuña a su favor.
El pasado 20 de septiembre, cuando se produjeron las detenciones y registros de seis altos cargos de la Generalitat de Cataluña, por presunta implicación en actuaciones ilegales en la promoción del legalmente suspendido referéndum, saltó la información acerca de unas grabaciones realizadas por orden judicial de conversaciones del secretario de Hacienda, y secretario general adjunto de ERC, Lluís Salvadó, en las que afirmaba que ya disponía, o tenía apalabrada la aportación –venida del extranjero, según decía- de “30.000 millones de euros para iniciar la independencia”.
Supongo que la perspicacia de los jueces y fiscales encargados del caso, y de la propia policía judicial (en este caso la Guardia Civil) no habrá dejado suelto este cabo, que puede arrojar mucha luz sobre las alianzas internacionales que puede estar teniendo el núcleo duro del secesionismo. Porque del perfil de los mecenas de la secesión podemos inducir el camino que ésta pretende seguir en el futuro.
Dada la lamentable calificación financiera que tiene internacionalmente la Generalitat (llevamos meses oyendo decir que su único financiador plausible es el FLA), es de suponer que ningún fondo de inversión de cierta “solvencia” dentro de los estándares aceptables se embarque en una cantidad tan elevada. Por lo cual, habrá que suponer que el compromiso proceda de algún fondo “buitre”, de alguna potencia con ganas de enredarle las cosas a la Unión Europea, o de alguna promesa de contraprestación, cuando menos no confesable.
Y me choca que ningún grupo de la oposición en el Parlament plantee hoy –entre otras- esta pregunta. Porque no es un tema irrelevante. Más bien podría ser muy esclarecedor de cara a los ciudadanos de Cataluña. Porque se supone que un proceso del que se presume que se está llevando democráticamente, se ha de llevar en paralelo de manera transparente. Y el vicepresidente Junqueras algo debe saber de los movimientos de sus subordinados.
Espero que el tema sea también relevante para los jueces.