martes. 16.04.2024

La izquierda Centauro y la elección de Presidente del Congreso

La izquierda está enferma. Cierto, todavía no hay un parte médico que certifique de qué patología se trata, porque también el coro de doctores está dividido en aclararse según los síntomas que tiene el animal. Hay galenos que hablan de paralexia; otros indican que se trata de peristalsis. Puede ser, en todo caso, que la izquierda sea un centauro que no se decide en ir ni al médico ni al veterinario. Sea como fuere, la izquierda –en realidad nos estamos refiriendo a las izquierdas—prefiere instalarse en su patología (todavía por aclarar) que ir a tomar las aguas al balneario de Lanjarón.

¿Tanto costaba que los socialistas y los podemitas se pusieran de acuerdo para la elección del presidente del Congreso de los Diputados? Realmente, ¿cuáles han sido los impedimentos: motivos de alta política, sea esto lo que fuere, o mamandurrias de baja intendencia? Las izquierdas, no obstante, responderán, cada una por su lado, con su habitual cantinfleo y, todo lo más, a criticar la deriva de Ciudadanos. Pero qué Ciudadanos ni qué niño muerto. Aquí, Ciudadanos va a lo suyo, pero las izquierdas no saben qué es lo suyo. Y lo peor del asunto es que parece importarles una oblea investigarlo.

Digamos, pues, que Rajoy ha vuelto a derrotar a las izquierdas. Sí, ese Rajoy, considerado el más indocumentado de todos los políticos que en el mundo han sido, ese contumaz gandul que no se mueve ni para abanicarse. Y, sin embargo, sigue inutilizando a las izquierdas. Por la Virgen del Pasmo: ¿si fuera listo qué mayores descosidos nos haría? Dispensen, ¿no será que confundimos la inteligencia de ese hombre con la nuestra?

La izquierda Centauro y la elección de Presidente del Congreso