jueves. 28.03.2024

Mariano Mourinho

Todos los aficionados al fútbol sabemos qué podemos esperar de un equipo entrenado por José Mourinho: nada en lo referente al disfrute del juego...

Todos los aficionados al fútbol sabemos qué podemos esperar de un equipo entrenado por José Mourinho: nada en lo referente al disfrute del juego y una posibilidad de éxito gracias al resultadismo más básico. Cualquier cosa vale para ganar llevando el límite del reglamento hasta sus últimas consecuencias. En algunas ocasiones los equipos de Mourinho han logrado grandes éxitos, equipos con gran tradición pero venidos a menos, tal y como ocurrió con el Oporto, el Chelsea o el Inter de Milán, pero lo más lógico es que los sistemas de liderazgo del portugués lleven a la destrucción de las esencias fundamentales, del respeto y de las tradiciones más arraigadas. Sin embargo, una vez que se consiguen los éxitos Mourinho suele desaparecer. Su egocentrismo no le permite bajar de los altares del éxito logrado.

Haciendo un repaso a las trayectorias de José Mourinho y de Mariano Rajoy podemos ver muchas semejanzas, sobre todo cuando nos referimos a la gestión que el Presidente de Gobierno está haciendo del mayor problema que tienen los ciudadanos españoles: el desempleo. Al igual que Mourinho, el gobierno de Mariano Rajoy busca por cualquiera de los caminos posibles reducir las cifras del paro para poder mostrar resultados, junto con sus sicarios mediáticos, en un gráfico, una tabla de Excel, una slide de Power Point o un discurso (ahora que estamos en campaña electoral, lo harán en sus mítines). Todos recordamos el espectáculo bochornoso que dio el Chelsea de Mourinho en su partido de semifinales de Champions League en el Vicente Calderón. No era un equipo que quisiera ganar, sino que era un equipo que solo pretendía no perder utilizando un sistema defensivo propio de equipos pequeños. Todo vale con tal de que el resultado final sea positivo. La gestión de las políticas activas de empleo de este gobierno es igual que la gestión táctica de Mourinho, y el mayor responsable de esto es su Presidente. Hace un par de semanas, casi coincidiendo con el partido antes citado, se hizo pública la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2014. Ahí se vio cómo el gobierno de Mariano Rajoy se aferró al resultado en bruto, 2.300 desempleados menos, obviando cómo la población activa bajaba y se constataba que, a pesar de la euforia y de las alharacas propagandísticas de los panfletos de la derecha, la España de Rajoy sigue destruyendo empleo. Sin embargo, Rajoy afirmó que estaba contento con estas cifras, es decir, que demostró lo que muchos pensábamos desde hace mucho tiempo, que el PP y su Presidente están contentos con la desgracia y el sufrimiento de un 26% de la población española. En esta semana hemos visto el dato engañoso del paro registrado. Digo que es engañoso porque no se computan muchas variables: personas que no se inscriben en el INEM, personas que no renuevan su demanda de empleo porque ya tiran la toalla ante la imposibilidad de encontrar un empleo, personas que se ven obligadas a exiliarse porque el gobierno de su país no es capaz de garantizarle un empleo digno con un salario digno que le permita vivir sin necesidad de acudir a la Beneficencia. Todos estos casos están olvidados por este informe del INEM. Pero los propagandistas del Movimiento (tanto los tradicionales como los recién llegados que se han vendido por 725 millones de euros), y el propio Mariano Rajoy le intentan sacar todo el lustre posible. Por cierto, que los mismos que alardeaban de datos, de recuperación son los que durante el gobierno de Rodríguez Zapatero afirmaban que lo normal es que el paro registrado de abril bajara por el efecto de Semana Santa. Ahora estos datos son el reflejo de esa recuperación económica que se han inventado, al menos de esa recuperación que la clase obrera no ve. ¿Dónde estaban el día en que la EPA les dio una bofetada de realidad? No aparecían. Lo mismo que Mourinho, ante los malos resultados se los dirigentes del PP y su Presidente esconden detrás de los Secretarios de Estado, mientras que ante los buenos sacan a relucir su currículum. Siempre hay algún Karanka que se coma el marrón.

Como ya he dicho anteriormente, el modo en que se bajan las cifras del paro no importa. Lo importante es que bajen para poder presumir en Europa y para ganar unos cuantos votos en las elecciones europeas. Mourinho ha ganado títulos, muchos títulos, pero el modo en que los ha logrado son los que van en contra de la esencia del fútbol. Para bajar el número de desempleados Mariano Rajoy se ha entrado totalmente a las exigencias de los empresarios con su Reforma Laboral y ya sabemos que las exigencias empresariales suelen ir en contra de los trabajadores. En las estadísticas del desempleo cuenta por igual un empleo precario que uno digno. En las estadísticas del desempleo cuenta lo mismo un empleo a tiempo parcial que un empleo a tiempo completo. En las estadísticas del desempleo cuentan tanto los empleos temporales que los empleos indefinidos. Esta obsesión por bajar el porcentaje de españoles en situación de desempleo ha originado que se disparen los contratos precarios, temporales y a tiempo parcial, cuando no los contratos de formación sin remuneración alguna para el trabajador, para enterrar de forma definitiva la figura del empleo digno, a tiempo completo e indefinido. Dicen que ahora es lo que hay, que no se les puede exigir a los empresarios un esfuerzo. En cada informe de paro registrado vemos que en España se firman cada mes más de millón y medio de contratos para lograr destrucción de empleo o para pequeñas mejoras, como la última que estaba basada en los contratos temporales de la Semana Santa. Da igual que en España ya no sea sinónimo de supervivencia el disponer de un empleo y Rajoy haya creado la figura del trabajador que se encuentra por debajo del nivel de pobreza. Da igual que los empresarios puedan explotar a sus trabajadores firmando contratos de dos horas mientras que le verdadera jornada laboral es la misma que la de un contrato de 40 horas semanales. Da igual que en un mes un trabajador encadene contratos dentro de la misma empresa. Da igual que se permita a los empresarios dar salarios de miseria, salarios propios de países en desarrollo. Todo da igual. Lo importante es que el porcentaje de parados baje. Lo mismo que los equipos de Mourinho. Da igual el modo, lo importante es ganar a costa de lo que sea. Pondré un ejemplo. El Real Madrid de los 100 puntos en Liga y que marcó 121 goles lo hizo al contraataque, como cualquier equipo pequeño. Sin embargo, lo que queda es que esa Liga superó todos los records. Mariano Rajoy tiene como objetivo acabar la legislatura con menos tasa de paro que la que recogió y para ello hará lo que sea con tal de alcanzarlo. No dudará en que dos millones de españoles tengan que exiliarse; no dudará en que los empresarios puedan explotar a los trabajadores; no dudará en permitir que se paguen salarios de miseria. No obstante, su legado, hasta ahora, es la destrucción de más de un millón de empleos, y no se espera que vayamos a mejor.

Al igual que Mourinho, que va con su currículum por delante (2 Champions con 2 equipos distintos, 7 ligas en 4 países, 4 copas, 2 copas de la liga y 1 Europa League) Mariano Rajoy siempre afirma que la derecha es quien puede conseguir prosperidad porque ya lo hicieron cuando gobernó Aznar. Al igual que Mourinho el palmarés es, en cierto modo, una patraña. Los títulos del portugués están ahí, está claro y eso no es discutible, sin embargo el modo de lograrlos sí que le deja en evidencia. El palmarés del que tanto alardea el PP es el origen de la actual crisis en España, la verdadera herencia que generó todos los desempleados que tenemos actualmente. La creación de la burbuja inmobiliaria fue el origen de la generación de millones de puestos de trabajo. No obstante, ahora que no disponen del sector de la  construcción se está demostrando que la derecha española es incapaz de generar prosperidad y empleo para sus ciudadanos. ¿Qué le ocurría a Mourinho cuando no disponía de un equipo competitivo, tal y como le está ocurriendo este año en el Chelsea? Es un fracaso. Pues a Mariano Rajoy le pasa lo mismo.

Sin embargo, sí que hay una diferencia importante entre Mourinho y Mariano Rajoy: el portugués no miente, el portugués siempre va por delante, mientras Mariano se ha revelado como un mentiroso compulsivo y como un cobarde que no da la cara.

Mariano Mourinho