jueves. 28.03.2024

El fundamentalismo de las genovesas

La foto de mujeres del PP en pie en su escaño aplaudiendo como hoolingans es para hacer reflexionar a muchos y, sobre todo, a muchas...

¿Se imaginan ustedes que un kurdo votara a favor del exterminio de los de su raza por parte de Sadam Hussein? ¿Se imaginan ustedes a un comunista chileno votando a favor de Pinochet? ¿Se imaginan ustedes a un refugiado tutsi votando en favor del genocidio en Ruanda por parte de los hutus? ¿Se imaginan ustedes a un demócrata español votando a favor de Falange Española? Sería absurdo, ¿verdad? El tema sería surrealista y cruel. Eso es lo que ocurrió en el Congreso de los Diputados con las mujeres del Partido Popular que votaron en contra de la retirada de la Ley del Aborto de Rajoy y del PP. Ya no es la Ley de Gallardón, es la Ley de todo el PP, tal y como se demostró en dicha votación.

Es totalmente ilógico lo que ocurrió. Cualquier persona de bien debería estar escandalizada. Mujeres votando en contra de los derechos de las mujeres, de sus propios derechos. ¿Acaso estas mujeres están más cómodas con una vuelta a los años del franquismo donde la mujer no era más que un sujeto de segunda categoría, sumisa a los designios de los hombres, eternamente menor de edad y sin ningún tipo de derecho ni libertad? Parece que sí. Durante el franquismo la mujer estaba relegada a un segundo escalón dentro de la escala de derechos. Parece que esas mujeres del Partido Popular anteponen su propio fundamentalismo ideológico a los derechos que la lucha de muchas consiguieron conquistar. Siempre se ha dicho que una mujer machista es peor que el más convencido de los hombres machistas. El ejemplo lo tuvimos en el Parlamento. Mujeres que aplaudían con crueldad y sin disimulo la supresión de derechos que la Ley del Aborto de Mariano Rajoy va a imponer. La foto de mujeres del PP en pie en su escaño aplaudiendo como hoolingans es para hacer reflexionar a muchos y, sobre todo, a muchas.

¿Qué logran esas mujeres con su desprecio a sus propios derechos? Mantenerse en el escaño, no hay más. Anteponer el fundamentalismo católico que impera en su ideología a sus derechos es cruel, es infame, es vomitivo. Lo que quedó claro ayer es que esas mujeres quieren volver a su minoría de edad. Su propio machismo les impone que sean hombres quienes decidan sobre su maternidad. La propia incultura democrática de estas mujeres les hace estar ciegas ante la evidencia de que es la mujer quien tiene que decidir sobre su maternidad y no una ley injusta, miserable y cruel, una ley que viene determinada por las presiones de sectores fundamentalistas que anteponen los presuntos derechos de una célula en formación a los de un ser vivo. Son los mismos que defienden que una mujer embarazada con riesgo de su vida muera antes de abortar.

Da la sensación que existe un odio oculto en el PP hacia todo lo que representa igualdad de derechos entre hombres y mujeres, por no hablar del odio no tan oculto hacia el colectivo LGTB. Ese fundamentalismo del Partido Popular hacia la igualdad de derechos lo vemos también en los continuos atentados hacia las mujeres por parte de otra mujer, de Ana Mato, la Ministra de Sanidad.

Los atentados de Ana Mato contra las mujeres son constantes y en asuntos tan graves como la violencia de género, al querer cambiar el sistema de registrar los casos de terrorismo machista al incluir en las estadísticas a las mujeres que pasan más de 24 horas ingresadas en un hospital. Esto es un apoyo del Partido Popular a los maltratadores. Es lógico, teniendo en cuenta la visión de superioridad del hombre sobre la mujer y la justificación de la violencia. Esta medida es un insulto y una provocación. Quiero recordar que en el mes de junio hubo un repunte de casos de terrorismo machista y la ministra no lo condenó. ¿Por qué? Porque su silencio justifica dicha violencia machista. Será que ella misma es una mujer machista.

Otro atentado contra los derechos de la mujer es la retirada de la cobertura del Sistema Nacional de Salud de los anticonceptivos más modernos, de las píldoras que garantizan a la mujer tener una sexualidad libre sin miedos a un embarazo no deseado. Pero claro, Ana Mato es defensora a ultranza del Método Ongino. Sólo se folla cuando la mujer está en su época no fértil dentro del ciclo de ovulación. A esta eliminación de los anticonceptivos protegidos por el SNS se une la derogación del derecho a abortar de las mujeres que su compañero de Ejecutivo, el troglodita Ruiz Gallardón, ha aprobado en Consejo de Ministros. Se sigue la lógica nacionalcatólica para las mujeres que practican y disfrutan libremente de su sexualidad, dentro o fuera de una pareja estable: si follas y te preñan, te jodes y te aguantas, haber practicado la santa castidad.

Otro atentado contra las mujeres por parte del PP es la medida para que la Seguridad Social cubra los tratamientos de reproducción asistida a las mujeres que convivan en pareja heterosexual, dejando fuera a aquellas mujeres que libremente deciden ser madres independientemente de si son heterosexuales, solteras o lesbianas. ¿Quién coño es Ana Mato para decidir qué mujeres pueden tener acceso a su maternidad? ¿Qué tiene que ver su situación afectiva o su orientación sexual para negar el acceso a la maternidad? La ministra dijo que la falta de varón no es un problema médico. Es decir, que a partir de ahora, las mujeres que quieran se madres tendrán que pasar por el catre, quieran o no quieran. Dentro de la mentalidad nacionalcatólica de Ana Mato y de las mujeres del PP los tratamientos de reproducción asistida son un atentado a la naturaleza. Para ellas deberían estar prohibidos porque no ha sido Dios quien ha obrado el milagro de la procreación. Sin embargo, eliminar el acceso a solteras y lesbianas a los tratamientos de reproducción asistida es una contradicción a su propio modo ya que niegan la creación de nonatos, de esas células que tienen más derechos que las mujeres.

Que Gallardón sea un machista y se haya quitado la careta de progresía que mostró mientras era alcalde o Presidente de la Comunidad de Madrid entra dentro de la lógica. Lo que no entra dentro de la lógica es que desde el sector femenino del Partido Popular se sea aún más machista. Mujeres luchando contra los derechos de las mujeres. Mujeres aplaudiendo que gracias a la Ley del Aborto de Mariano Rajoy y el PP dejarán de ser libres para decidir sobre algo que es tan suyo como la maternidad. Las mujeres del Partido Popular son fundamentalistas y en el Congreso lo demostraron.

El fundamentalismo de las genovesas