sábado. 20.04.2024

La cooperación internacional al borde del colapso

La suma de los brutales recortes de las partidas presupuestarias destinadas a la cooperación internacional para el desarrollo iniciadas en la ultima etapa del gobierno Zapatero y multiplicadas por el gobierno Rajoy, más los recortes producidos en la cooperación descentralizada, han colocado a la cooperación española al borde del colapso.

La suma de los brutales recortes de las partidas presupuestarias destinadas a la cooperación internacional para el desarrollo iniciadas en la ultima etapa del gobierno Zapatero y multiplicadas por el gobierno Rajoy, más los recortes producidos en la cooperación descentralizada, han colocado a la cooperación española al borde del colapso. Las políticas de cooperación para el desarrollo tuvieron un gran impulso en el primer gobierno de Rodríguez Zapatero. Un impulso, más cuantitativo que cualitativo, que nos permitió estar en el primer grupo de países donantes. A partir del 2010 se inicia una etapa de recortes que se ceba especialmente en los fondos destinados a la ayuda oficial al desarrollo. Recortes, que el PSOE primero y después el PP, justifican por las graves dificultades que atraviesan nuestras finanzas públicas. Excusas de mal pagador ya que del conjunto de países de la OCDE tan solo 8 han recortado sus presupuestos destinados a la cooperación internacional. Siendo España la responsable del 70% de los recortes del conjunto de la OCDE, periodo 2009- 2011. Ostentamos el negativo liderazgo mundial en recortes a la cooperación. No eran inevitables estas drásticas reducciones de los fondos de cooperación, han sido decisiones políticas que han priorizado otras cuestiones, como por ejemplo nuestras misiones armadas en el exterior, a las políticas de cooperación al desarrollo. En tres ejercicios presupuestarios, 2011-2012-2013, las partidas destinadas a la cooperación han disminuido un 70%. El presupuesto para este año de la Agencia Estatal de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) es de 260 millones de euros, si se le descuenta los costes de capitulo 1 y 2, los recursos que quedan para financiar proyectos de cooperación son escasísimos. La ayuda humanitaria ha pasado de 127’5 millones el 2010 a 12’3 millones para el 2013. Los portavoces del PP siguen insistiendo con la paparruchada de que “con menos, harán más”, ya me contarán como con un recorte de más del 90% en ayuda humanitaria, España podrá intervenir frente a las catástrofes que se multiplican en el planeta fruto del cambio climático. De entrada ya estamos incumpliendo nuestros compromisos con Haití. La cooperación descentralizada no va mejor. Las Comunidades Autónomas han recortado un 71% sus partidas y los entes locales un 69%. El único incremento, un 19%, se ha producido en los fondos destinados a “ayuda reembolsable”, un tipo de ayuda muy cuestionado por los actores de la cooperación ya que no deja de ser un crédito. Por todo lo anteriormente expuesto se pueden sacar las siguientes conclusiones: 1ª La cooperación española esta al borde del colapso por falta de recursos. 2ª Las ongs dedicadas a la cooperación internacional atraviesan una situación limite que pone en riesgo la supervivencia de muchas y de sus programas de cooperación. 3ª Incumpliremos nuestros compromisos internacionales en materia de cooperación. 4ª La política exterior de España pierde uno de sus principales instrumentos como es la cooperación para el desarrollo. 5ª Perderemos influencia internacional.

La estrategia del PP para salvar la cara frente a esta hecatombe de nuestra cooperación es insistir en la mejora de la eficacia de nuestra ayuda. Objetivo que comparto. La cooperación española ha adolecido de eficacia, control, y seguimiento y evaluación de los resultados de nuestras actuaciones. E insisten, también, en potenciar el papel de los actores privados. Ningún problema. La ley define a empresas y empresarios como actores de pleno derecho en la cooperación. Pero por mucho que potencien a empresas y empresarios, sus donaciones no van a compensar los recortes públicos. Tampoco podemos olvidar que las empresas responden, en primer lugar, a sus intereses por lo que su participación en las políticas de cooperación debe estar sujeta al liderazgo y prioridades de las políticas públicas de cooperación internacional.

La cooperación internacional al borde del colapso