viernes. 19.04.2024

El hundimiento

¡Qué gráfica metáfora de la realidad!: Rajoy investido presidente el mismo día en el que España retrasa el reloj del tiempo.

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¡Qué gráfica metáfora de la realidad!: Rajoy investido presidente el mismo día en el que España retrasa el reloj del tiempo. Lo que no sabemos con certeza es cuánto vamos a retrasar; ¿volveremos a los aciagos años de Aznar?; ¿a los años de los orígenes peperos de Alianza Popular resucitando la figura de Fraga?, ¿o retornaremos tal vez a los últimos años maquillados de la dictadura? Lo que sí es cierto para muchos españoles es que, a pesar de las promesas de Rajoy en su discurso del pasado día 26, disfrazando al lobo con la piel del manso cordero -¿qué remedio le quedaba al PP para conseguir los apoyos sino aparentar con la impostura que le caracteriza de prometer una cosa y hacer la contraria?-, volveremos a nadar en la corrupción, según la inteligente expresión del recientemente fallecido Darío Foo.

Escribo estas reflexiones en la mañana del día 29, horas antes de la segunda votación para la investidura de Rajoy como presidente. Conozco el resultado final, pero ignoro quiénes de los diputados del PSOE se habrán abstenido y quiénes, por dignidad y conciencia habrán votado NO.

Que ABC, la Razón, El Mundo, otros muchos medios, algunos grandes empresarios y todos los del IBEX hayan utilizado todas sus baterías en conseguirlo y lo celebren hoy con “champán”, es lo que cabría esperar. Pero que PRISA con la colaboración de Felipe González, que desde hace tiempo ha venido a defender -como dicen los “podemitas”-, los intereses de “la casta”, la taimada Susana Díaz y algunos barones socialistas hayan contribuido y se haya sumado a ello “por sentido de Estado”, con todo el empeño de que han sido capaces, era algo difícil de prever. Como escribía ayer Juanjo Millás, ¡qué corrupción lingüística llamar sentido de Estado al hecho de entregar el Estado por abstención a una organización impregnado de corrupción! ¡Qué peligro tienen aquellos políticos que entregan el poder por sentido de responsabilidad de Estado a un presidente y a un partido que tanto destrozo político, social, económico y en derechos ha causado!

Es un sarcasmo, pues, como si no hubiese sido su objetivo durante meses, que el diario El País titule hoy como una gran noticia que “Rajoy será elegido hoy presidente con la abstención y el desagarro del PSOE”, para añadir que, al margen del ambiente de enfrentamiento que ha caracterizado la sesión del día 27, hay una serie de reformas políticas que se deben acometer de forma urgente; especialmente las referidas a la regeneración. ¿De verdad considera El País que con Rajoy como presidente de nuevo es posible una regeneración democrática? Las expectativas de cambio que se auguraban en las elecciones del 20D van hoy a quedar frustradas, a pesar de esas “150 ilusas y cacareadas reformas” firmadas con el PP por el no menos iluso y dicharachero Albert Rivera, el líder de Ciudadanos que, como “bisoño pontífice máximo”, reparte indulgencias y puestos en “el cielo” a quienes apoyen su postura, mientras disfraza de “responsabilidad” sus veleidades e impostura. Los ciudadanos de bien de este país, los que creen y saben que no puede haber democracia sin ética política, los que valoran por encima de estrategias y oportunismos electorales el cumplimiento de las promesas electorales y la coherencia en los principios programáticos de los partidos, que ni Rajoy ni el Partido Popular son de fiar, pues la corrupción y la falta de transparencia son “las gaviotas” de sus señas de identidad. Sí es de fiar, en cambio, el PP para todos aquellos que en estos años de crisis, tan duros para las clases media y baja, su situación económica ha mejorado, mientras se acentuaban las desigualdades y el trabajo, cuando existía, era más precario para la mayoría de los trabajadores.

Por otra parte, transcurridos casi diez meses desde el “tsunami” en las dos últimas elecciones, un PSOE fracturado ha seguido hundiéndose hacia el fondo de la mar, arrastrado por los vientos, las mareas y las tormentas de sus “mediocres líderes” que no han sabido gestionar las dificultades de esta situación, hasta el extremo de hacer ahora muy difícil la supervivencia de alguno de sus pasajeros, incluso la localización del “cascarón” del barco. 

Escribía Benito Pérez Galdós el 13 de mayo de 1910 en El Imparcial: “Voy a irme con Pablo Iglesias. El y su partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España política. ¡Es por el socialismo por donde llega la aurora”. ¿Firmaría hoy Galdós algo parecido?

En la película “El hundimiento”, dirigida por Oliver Hirschbiegel, lo que más destacan los críticos es la interpretación del actor Bruno Ganz. Sirviendo simplemente como metáfora, en ese hundimiento en que se encuentra actualmente el PSOE, y en el que nos veremos los españoles conel gobierno de Rajoy, ¿quién representa a Bruno Ganz? ¿Estamos ante un PSOE  pasokizado, hundido electoralmente, desnortado ideológica, política y organizativamente e incapaz de llevar a sus militantes y votantes a donde ellos quieren? ¿Qué harán ellos si sus líderes les llevan donde de ninguna manera quieren ir? ¿No les importa a los líderes socialistas, a los Felipe y las Susana que frente a los ocho millones de votos del PP, muchos ciertamente, otros 16 millones han votado que querían un gobierno alternativo, pues eso es lo que se les prometió al pedirles su voto durante la campaña electoral? Habría, entonces, que recordar, a los que tan mal han gestionado esta crisis, esos versos de Juan Ramón Jiménez: “Ellos se irán, y el PSOE estará solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, / sin cielo azul y plácido… / Y se quedarán los pájaros cantando”.

Decía Susana Díaz en el Comité Federal del día 23 que “se ponía en la piel de tantos compañeros y compañeras”. Ignoro en la piel de cuáles y cuántos; sin encuestas pero sí a pie de calle, conozco a muchos que no están en absoluto de acuerdo con ella ni piensan como ella. Y afirmaba que “a este partido le va bien cuando todo lo hacemos juntos”; pues ella es la primera que no lo ha cumplido con sus deseos, pues si alguno de sus barones y líderes ha contribuido en esta situación a escindir y hundir su partido, uno importante ha sido ella, con ese interés no confeso pero muy manifiesto y evidente de auparse a la secretaría general. Estoy convencido, y el tiempo me dará la razón de que, si se presentase a una primarias, de Despeñaperros para arriba, pocos apoyos iba a tener, por muchos interesados cortesanos que la apoyen desde Despeñaperros hacia abajo; esos que “sin palios ni andas” la rodean y sostienen permanentemente, como costaleros a su “virgen sevillana”.

Es bueno recordar en estas reflexiones lo que Pablo Iglesias Posse, el fundador del PSOE, decía a sus dirigentes: “Para los cargos públicos, elegid a los mejores y más capacitados y vigiladlos como si fuesen canallas. Cuando un compañero se postula para un cargo sin que le promuevan las bases, es motivo suficiente para no elegirlo”. Analizando el comportamiento y los argumentos utilizados por muchos de los asistentes en las reuniones del Comité Federal del 1 de octubre -comité en el que una tal Verónica López, al estilo Luis XIV, gritaba, casi enajenada, a todos los participantes: “El PSOE soy yo”- y el del pasado domingo 23 -en el que contra todo lo prometido y repetido, se aprobaba por mayoría la abstención en la investidura de Rajoy-, es obligado reconocer que no han secundado en absoluto ese sensato mandato de su fundador. Entre estas dos reuniones del Comité Federal, en el peor de los casos, deberían haber tenido en cuenta que lo mejor hubiese sido unas primarias, en el marco de una confrontación interna, para decidir a quién le tocaba sacar a flote el barco hundido en “el fondo del mar del Comité Federal del 1 de octubre”.

Recurro de nuevo a la autoridad del Pablo Iglesias el fundador: “El socialismo plantea que no es suficiente contemplar los problemas, analizar  y criticar las cosas que van mal, sino, que de lo que se trata, es de cambiar el sistema que los provoca. El socialismo es democrático en su propia naturaleza. No podemos gobernar en contra de los intereses generales. Una sociedad que avance al socialismo ha de ser democrática en el auténtico sentido de la palabra y de la acción, basándose en el control consciente y la participación ciudadana”. ¿Por qué, entonces, ese miedo a que en esta transcendental situación se le diese la palabra participativa a la militancia? Porque muchos militantes y millones de votantes tenemos claro que por dignidad y principios, no se puede dar la mano con una ABSTENCIÓN a quienes las tienen manchadas e infectadas por corrupción, recortes, incumplimientos y mentiras como es Rajoy y su partido. Aunque sea un tópico, creo que hay momentos -y este lo es- en los que es útil subirse a la épica y decir: Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, según la frase dirigida por Méndez Núñez a los marineros de la guerra inglesa.

Decía el escritor uruguayo Mario Benedetti: “Cuando teníamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas”; de ahí que las preguntas surjan de forma inmediata: ¿Por qué el PSOE ha sido incapaz de generar una alternativa interna que le permitiera salir de ese fondo de agonía en el que se ha ido metiendo y por lo que se ve aún no ha tocado fondo? ¿Acaso no tenía cargos capacitados para haber previsto la desmesura de esta locura y las consecuencias que pueden ocasionar en su militancia y electorado ante futuras elecciones?

Algunos diputados socialistas, cargados de coherencia, sensatez y sentido común, pedían hace días que en la votación se admita sin castigo el No por motivos de conciencia, explicando el doble discurso: o el NO que militantes y votantes piden como fue el compromiso contraído con ellos y que sería vergonzoso ignorar o esa abstención por sentido de Estado emitida por aquellos 11 diputados que han sido más proclives a la abstención y así lo han manifestado.

Ante tan sensata propuesta, la Comisión gestora, en cambio, exige o pide a los diputados y diputadas que hoy tienen que votar que respeten la decisión del Comité Federal  y que voten conforme a lo acordado de manera democrática y mayoritaria en el último Comité.

A mi juicio, respetando la legalidad interna de los partidos, la disidencia no se cose con amenazas; la única sutura que hace cicatrizar las heridas es el éxito; y el éxito por ahora, y durante un tiempo largo, el PSOE lo tiene vetado. Muchos de los barones y el tal Mario Jiménez, portavoz de la gestora y sin ninguna pedagogía, no se han enterado de que lo inteligente en estos momentos es tomar decisiones que faciliten la unidad y no el empleo de amenazas (veladas o manifiestas) que aumenten más la fractura y las disidencias. Se pueden aprovechar las circunstancias o desaprovecharlas. ¿Cómo arbitrar esta situación: con mano dura o con inteligencia? ¿Se puede admitir en estas especiales y extremas circunstancias esa cínica frase de “a los míos el favor y a los otros los reglamentos?

Nunca mejor traído para esta ocasión el diálogo entre don Lope y Pedro Crespo (Pedro, ¡qué casualidad!) sobre el que pivota la obra de Calderón de la Barca “El alcalde de Zalamea”:

Don Lope: “¿Sabéis que estáis obligado / a sufrir, por ser quien sois, / estas cargas?”

Pedro Crespo: “Con mi hacienda; / pero con mi fama, no; / al rey la hacienda y la vida / se han de dar; pero el honor / es patrimonio del alma, / y el alma sólo es de...”; y el alma, como metáfora, es de la persona, en absoluto pertenece a las instituciones, partidos, confesiones religiosas u otras organizaciones.  

Sócrates recordaba a sus alumnos en el ágora griega: “habla para que yo te conozca”, porque aquellos sabios, sobre los que se iba a edificar luego nuestra civilización, ya practicaban entonces el arte de la retórica y, entre los ejercicios más habituales, importado luego a Roma, se encontraba el de que una misma persona tuviera que defender, con el mismo ardor, una cosa y la contraria. Ya entonces se sabía que la política era un arte de simulación y, mientras en las escuelas se practicaba la defensa argumentada de aquello en lo que incluso no se creía, en la calle se tenía muy claro que la política estaba íntimamente ligada a la mentira.  De ahí que exista quien no aporta ideas pero sí muchas frases sonoras para consumo de su parroquia. Insultar sabemos todos; prometer lo imposible, mucho más; enardecer los instintos de la indignación, sólo los demagogos y los populistas. ¡Qué fácil es construir un discurso con frases gruesas e insultos que consiguen titulares, pero que en nada ayudan a hilvanar un proyecto fiable y posible!

En el fondo, y de nuevo recurro al fundador del PSOE, es lo que Pablo Iglesias, el fundador, decía:”Por mucho que valgan las ideas, no pueden prosperar en el grado que deben si sus sostenedores, y principalmente los que ocupan las primeras filas, no son enteros, serios y morales. No sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con buenos ejemplos y la recta conducta y coherencia de sus hombres”.

Al cerrar este artículo escucho que Pedro Sánchez ha renunciado a su acta de diputado y que la gestora rechaza un último intento de abstención mínima de sus diputados. ¿Cómo se ha podido tirar por la borda no sólo la autoridad que Pedro Sánchez tenía ante muchos militantes y la poca que le queda al PSOE con esta criticable decisión de la gestora? Tiempo habrá para opinar sobre ello en próximos artículos. Mientras, como decía Sófocles por boca de uno de los personajes en su tragedia Antígona: “El futuro nadie lo conoce, pero el presente avergüenza a los dioses”; en este caso, a los ciudadanos.

El hundimiento