martes. 23.04.2024

De nuevo 7 de Octubre

Los derechos laborales y sociales no son tales, mientras no sean derechos universales en todos los países.

De nuevo 7 de Octubre, Jornada Mundial del Trabajo Decente.  Al paso que vamos en este planeta, deberíamos empezar a preguntarnos si el Trabajo Decente es un concepto en extinción a manos de poderes económicos que no dudan en actuar como depredadores de recursos naturales y vidas de seres vivos de todo tipo, incluidos los humanos.  Frente a su avaricia, el papel de los Gobiernos es de permisividad, al menos cuando no de connivencia. Los abusos empresariales buscan recomponer beneficios a costa de los derechos laborales y sociales.  La consecuencia inmediata es la desregulación de los mercados laborales, la condena a la precariedad y los bajos salarios, el aumento de la desigualdad y la pobreza, que se dispara en el conjunto del planeta.

España no es una isla en este panorama desolador. El Gobierno español del Partido Popular se ha convertido en comparsa fiel y ferviente de las políticas de austeridad reinantes en la eurozona. Con más de 4 millones de personas paradas, una cuarta parte de los trabajadores y trabajadoras con un contrato temporal y casi dos millones de personas con contratos de trabajo a tiempo parcial, nuestras relaciones laborales presentan un desequilibrio cada vez más evidente a favor del empresariado y en detrimento de la clase trabajadora.

Nuestros salarios han bajado 7 puntos desde 2011, mientras que más de 3 millones de personas llevan más de un año en el desempleo y 2,3 millones más de dos años.  La mitad de las personas paradas de larga duración no recibe ya prestación alguna.

El Gobierno se consuela con un espejismo de crecimiento superior a la media europea.  El cuento de la lechera que desemboca en la ilusión de que se van a crear cientos de miles, millones de empleos, en un futuro más o menos lejano. Sin embargo es evidente que no habrá salida de la crisis, si la crisis se enquista y se instala entre las familias trabajadoras.

Es evidente que las propuestas presupuestarias del Gobierno, nos alejan aún más de una superación de la crisis con más Justicia e Igualdad. Con más y mejor empleo.

Por eso, este 7 de Octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente, en España tenemos una cita para forzar que las personas se sitúen en el centro de las políticas y son las personas las que necesitan empleos de calidad, con derechos laborales y con salarios dignos.  Y eso no lo vamos a conseguir si perviven los efectos perversos de las reformas laborales impuestas.

Los Gobiernos, especialmente el Gobierno de España, tienen la obligación de reforzar las prestaciones por desempleo. CCOO y UGT hemos planteado la urgencia de contar con una prestación de ingresos mínimos para cuantas personas carecen de los recursos básicos que aseguren su autonomía personal y su suficiencia económica. Una prestación que debería ir acompañada de un reforzamiento de los Servicios Sociales y de las redes de protección social. 

El destrozo educativo, o sanitario, el debilitamiento de los servicios sociales, los golpes contra la atención a la dependencia, o las pensiones, deben ser inmediatamente afrontados y corregidos.

Nuestras políticas de empleo dejan mucho que desear.  No podemos seguir contando con un Servicio Público de Empleo, incapaz de atender a las personas desempleadas y desaparecido en la búsqueda de empleo para las personas desempleadas. Es problema de recursos económicos, pero también de recursos humanos, e inversión tecnológica.

Por último, sólo podemos conseguir trabajo decente, si nuestros derechos laborales y sociales se ven garantizados. La Ley de Seguridad Ciudadana, la reforma del Código Penal, o la pervivencia del artículo 315.3 de dicho Código Penal, facilitan la persecución sindical impidiendo la movilización y el ejercicio de la libertad sindical. Y sin libertad sindical simple y llanamente no hay democracia.

Año tras año, el 7 de Octubre, el sindicalismo se moviliza en todo el planeta por el trabajo decente. Los derechos laborales y sociales no son tales, mientras no sean derechos universales en todos los países. No hay derechos seguros en España, ni en país alguno, mientras en cualquier lugar del mundo la avaricia empresarial triunfe sobre el derecho a una vida digna. Por eso reivindicamos los derechos laborales y sociales en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

De nuevo 7 de Octubre