viernes. 29.03.2024

El valor de la palabra dada... Un paso a la mentira

Hablamos muchas veces los mediadores del Poder de la palabra para poder desbloquear un conflicto que parecía irresoluble. Gracias a ella intentamos devolver la confianza en nosotros… Pero Que ocurre cuando se incumple la palabra? Que importante es respetar y mantener la palabra dada, más cuando nadie nos obliga a ello. Una vez que la damos hay que cumplir con el compromiso que se encuentra dentro de ella.

Ser fiel a la palabra dada, crea confianza, ser infiel, desconfianza y apatía. Como muestra un botón. Buscando en todo momento la mediación que nos conduzca ante el incumplimiento de un contrato, en este caso de una empresa modelo como Ikea, se recibe la palabra de cumplir con él aun con demora… el cliente confía, espera, cree que se cumplirá con la palabra dada, y no es asi; inmediatamente se vuelve la confianza en desconfianza, el valor de la palabra en inútil, la llamada en gota en un mar de dudas. ¿es que ya no vale la palabra en nuestros días?

En la medida que podamos, debemos ser fiel a la palabra, lo que ella encierra, y sobre todo que la explicación de su incumplimiento sea sincera y motivadora. Está en juego la credibilidad, el respeto, por eso tan importante es darla, como saber, lo que en su mensaje encierra. Es nuestra carta de presentación, nuestra seriedad en el compromiso, pero desgraciadamente que lejos está la realidad hoy en día. Lo que os contaba querido lector, del ejemplo de una gran marca como Ikea, nos es mas que una muestra y habla de lo que muchas veces se pierde en la negociación directa, si en el conflicto entra en funcionamiento el poder de la palabra.

No cumplir con la palabra dada es un acto de violencia per se y por tanto de nuestra integridad y por tanto una burla y una falta de respeto a los demás

En mas de una ocasión en un proceso de mediación, he deseado que las partes sin llegar a firmar nada, en las próximas, semanas o días, cumplan con lo que hablaron delante de mi en las sesiones comprometidas. A mi me tranquiliza y me hace sentir confiados, tener clientes que hacen lo que dicen, que se honra cumpliendo la palabra y que en cualquier caso, porque todos no estamos eximidos de culpa, si no pudieran cumplirla, lo dicen con tiempo y se disculpan motivando su situación. La comprensión es parte del éxito también en la negociación, y por ende de una “relación sana”    

La palabra puede y debe ser  la expresión cumplida de lo que somos. Es el único patrimonio que nos queda en nuestra posición de decidir. 

Por eso amigos, no prometamos algo en una negociación, que no sepamos si vamos a cumplir, porque lo más importante es que nadie nos obligó a ello. Dicen que el tiempo da y quita la razón, pero no dejemos que la palabra ensucie la verdad y que sea nuestra auténtica tarjeta de visita, de presentación ante los demás

"La palabra dada manifiesta la capacidad humana de afirmarse, a pesar de todas las coacciones materiales", decía Kant. No hay nada más indigno que no mantener la palabra dada.

El valor de la palabra dada... Un paso a la mentira