viernes. 19.04.2024

Comunicación para la salida de la crisis, ¿qué podemos esperar?

La crisis económica que sufrimos ha puesto de manifiesto que el capitalismo integrador ha pasado a mejor vida...

@imuroben | La crisis económica que sufrimos ha puesto de manifiesto que el capitalismo integrador ha pasado a mejor vida. En la medida en que las élites globales han optado por vaciar el Estado de Bienestar de sus ventajas sociales la capacidad de seducción del sistema decae y los mecanismos de control social deben de reajustarse. ¿Cómo se producirá ese reajuste?  De momento en España, Portugal, Grecia… vemos un reforzamiento de los mecanismos represivos del Estado: legislación orden público, criminalización ciudadana, violencia policial…

La sociedad debe prepararse para cambios profundos en las relaciones sociales y en los  equilibrios que creíamos estables porque la actual crisis económica los va a alterar. En la medida en que el capitalismo asume lógicas excluyentes necesita desmontar las bases sociales del Estado de Bienestar y esa política trae consigo la precarización creciente de las clases medias, las más sensibles a la seducción por el consumo y las culturas hedonistas facilitadas por el crédito fácil.

Mientras esto ocurre la falta de credibilidad de los medios dificulta un discurso seductor de la salida de la crisis y la agenda mediática deja de estar sometida, en exclusiva, a la corriente dominante. También desde las redes sociales, hasta hoy abiertas a los impulsos ciudadanos, se incorporan temas con capacidad para ser parte del marco de debate de las personas y se rompe parcialmente el monopolio informativo al que estaba sometido la sociedad.

¿Retorno a políticas represivas? ¿Culto al miedo?

En ese contexto, las clases dirigentes forzosamente deberán cambiar los mecanismos del poder para adecuarlos a la nueva situación. No está claro si las formas democráticas serán suficientes para frenar las avalanchas de protestas ciudadanas ni tampoco si fraguarán nuevas experiencias de gobierno que rompan con lo establecido. Lo que es evidente es que, de una forma u otra, el sistema debe de reajustar los mecanismos de control social.

El resurgir de los integrismos, el recurso al miedo, la proliferación de nuevas religiones y sectas basadas en telepredicadores, el fútbol como símbolo del ocio de masas, las pulsiones nacionales e identitarias, la resurrección de pautas familiares tradicionales, el recurso a la “ley y orden”, el sectarismo político… son recursos que serán recuperados en una u otra medida. Mientras tanto, el poder se reafirmará en el control de las instituciones, colegios y universidades, organización de la justicia. Lo que ya venían haciendo lo acentuarán: el monopolio de los medios privados y el control sobre los públicos será explotado hasta sus últimas consecuencias. Cuando se produzca un cambio de gobierno, las posiciones ya conseguidas, las defenderán con uñas y dientes (y ya sabemos como son “sus uñas” y cómo “sus dientes”).

Batalla ideólogica para organizar las defensas, organización política para pasar a la ofensiva

¿Y la izquierda? Debe aprender a disputar “la hegemonía, los consensos, el sentido común” en cada uno de los espacios comunes (universidad, justicia, medios, cultura, ocio…) y a dominar las pautas de los mensajes en una sociedad mediatizada. Desde luego, desarrollando la presencia en redes sociales no solo como instituciones sino también como individuos. Compartir y debatir es esencial para la recuperación de la iniciativa. También, soportar económicamente y favorecer el desarrollo de los medios progresistas de éxito.

La batalla ideológica es fundamental para organizar las defensas. Pero, para pasar a la ofensiva,  es imprescindible la política, construir con generosidad y sentido común (nuestro “sentido común”) una causa general progresista base de mensajes convergentes. Nuestros centros de pensamiento estratégico son los de siempre: las organizaciones sociales, los sindicatos, los partidos, los grupos y colectivos que se atreven a confrontar con las ideas dominantes. Si no sabemos hacerlo nos adentraremos en una nueva fase oscura de la historia. En la medida en que la política sepa encauzar esas energías y organizar una propuesta común los avances se producirán a mayor velocidad.  Y la esperanza volverá a la sociedad.  De nosotros depende.


Nota del editor:  Estas lineas son las conclusiones de la ponencia presentada en la Fundación 1 de Mayo con el título de Comunicación y Poder en el capitalismo actual. El papel de los medios

Comunicación para la salida de la crisis, ¿qué podemos esperar?